Legado de religión y arte. Las Misiones Jesuíticas de Chiquitos fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1990 por la Unesco.
Las Misiones Jesuíticas, desperdigadas por toda la Chiquitania en el departamento de Santa Cruz, declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), se muestran al mundo en todo su esplendor.
Durante el siglo XVII, los misioneros jesuitas emprendieron una labor titánica en toda la zona oriental de lo que hoy es Bolivia, evangelizando a los pueblos indígenas de la región y descubriendo aptitudes innatas en música y artesanía en los pobladores originarios, a las que supieron encauzar e incentivar.
La zona posee una gran riqueza natural, especialmente en recursos forestales, y su población, de origen chiquitano, es rica en manifestaciones folklóricas.
DIEZ MUNICIPIOS
Misiones Jesuíticas es un circuito que recorre las tierras bajas del oriente boliviano.
Su nombre se debe a la región indígena donde los jesuitas españoles desarrollaron buena parte de la evangelización en la época de la Colonia, en los siglos XVI y XVII, por lo que en 1992 fue incluida en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
El recorrido de Misiones, donde se aprecia una gran riqueza cultural e histórica, está compuesto por diez pueblos: San Xavier, Concepción, San Ignacio, San Miguel, San Rafael, Santa Ana de Velasco, San José de Chiquitos, Santiago, Santo Corazón y San Juan de Taperas, hoy en ruinas.
Las mayores atracciones de esta zona son sus iglesias, verdaderas joyas arquitectónicas cuidadas por pueblos que aún poseen interesantes manifestaciones culturales de la época misional, las cuales representaban la voz cristiana en medio de ese mundo salvaje.
El otro gran atractivo que tiene la zona es el Festival de Música Barroca y las fiestas religiosas de Semana Santa y Corpus Christi, que transportan a la época colonial porque las procesiones se desarrollan con vestimentas e instrumentos construidos por los propios habitantes de la región.
TURISMO
Las misiones de Chiquitos, las únicas en funcionamiento y de una belleza única, fueron propuestas para formar parte de un tour que incluiría las ruinas de Paraguay, Brasil y Argentina.
Los templos de las Misiones Jesuíticas en Bolivia son los únicos de las reducciones evangelizadoras americanas que permanecen en pie y que aún cumplen una misión religiosa en este territorio.
Sus bailes, música, gastronomía y manifestaciones culturales, junto con otros atractivos naturales, deleitan el recorrido del circuito misional.
LA PRIMERA REDUCCIÓN
Las misiones de Chiquitos tenían en principio la denominación de “reducciones” porque su objetivo era reunir a todos los indígenas de costumbres nómadas en un solo lugar, formarlos bajo los preceptos de la religión cristiana e instruirlos en las artes.
Estas reducciones abarcaban gran parte de los territorios de los actuales departamentos del Beni y Santa Cruz, y son fácilmente reconocibles en la actualidad por cuanto llevan, en su totalidad, nombres de inspiración religiosa.
La primera de estas misiones fue la de San Javier, fundada en 1691 en homenaje a San Francisco Javier, principal seguidor de Ignacio de Loyola e iniciador de la labor misionera en las selvas sudamericanas.
En la actualidad, la Iglesia de San Javier, ubicada en la plaza principal, de acuerdo con los cánones urbanísticos del siglo XVII, luego de haber sido restaurada, muestra todo el esplendor del arte chiquitano, con sus monumentales columnas, su altar y sus santos, enteramente labrados en madera de la región.
Rasgos típicos de la arquitectura chiquitana son los corredores bajo aleros sostenidos por columnas de “cuchi”, destinados a proteger del inclemente sol de la región o, por el contrario, de las torrenciales lluvias.
La Paz/AEP