El presidente Luis Arce afina las metas planteadas por su administración rumbo a 2025, año del Bicentenario de Bolivia, y sus ministros tienen la responsabilidad de “pisar el acelerador” para concretar los objetivos trazados.
El camino avanzado desde el inicio de su mandato constitucional es, sin duda, importante. Arce, un economista de prestigio internacional de 59 años, ha logrado para el país, en el ámbito social, oportunidades, inclusión y justicia social.
El crecimiento económico y la redistribución de ingresos después de la pandemia del coronavirus y el golpe de Estado de 2019 son elementos de su gestión que se valoran a nivel internacional.
Y es que, al asumir el mando de la nación, luego de ganar el verificativo electoral de 2020 con el 55,11% del voto popular, se ocupó de contener la pandemia y le tocó enfrentar cuatro olas de la enfermedad sin recurrir a confinamientos ni cuarentenas económicas, como lo hizo el régimen de facto.
El Ejecutivo a su mando trabajó en la reducción de la pobreza, de las desigualdades, la generación de empleos, la industrialización con sustitución de importaciones, la diversificación de producción y la seguridad con soberanía alimentaria.
Con la reconstrucción de la economía y la consolidación del Modelo Económico Social Comunitario Productivo se retomó la senda de la estabilidad, el desarrollo y el crecimiento económico.
El Gobierno salió victorioso ante los obstáculos derivados de la crisis externa y los intentos desestabilizadores por parte de sectores radicales de la ultraderecha.
Y rumbo al Bicentenario, el mandatario prevé que Bolivia llegará a 2025 con estabilidad económica, política, social, sanitaria, educativa y cultural consolidada.
El Gobierno tiene una agenda de desarrollo que comprende para los siguientes dos años y medio de gestión la ejecución de megaobras en carreteras, plantas industrializadoras, siderurgia y más unidades educativas y hospitales.
El ciudadano y las organizaciones sociales ven, así lo reflejan encuestas de diferente corte, que el país va por el camino correcto.
Y desde afuera de nuestras fronteras se percibe a Bolivia como un referente indiscutible en el crecimiento económico de la región.
El Plan Estratégico Nacional del Bicentenario 'La Bolivia que Soñamos al 2025' es una política de Estado de construcción colectiva que apuntala el desarrollo como herencia para las futuras generaciones.