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¿Cómo festejará Arias a La Paz?

La llegada de julio trae consigo un ambiente festivo para las paceñas y paceños que se aprestan a conmemorar un año más de aquella revolución de 1809, en la que un grupo de rebeldes se levantaron en contra del dominio español, para así encender, en La Paz, una llama de libertad que se propagaría por el continente y que nunca más se pudo apagar.

Este mes, en particular, se constituye en una ocasión propicia para que, como parte de las celebraciones, los habitantes de la ciudad reciban obras que coadyuven a mejorar sus condiciones de vida; lastimosamente esto no sucederá este año, al menos no de parte de la alcaldía paceña.

En días pasados, el alcalde Iván Arias anunció con bombos y platillos su Agenda de las Fiestas Julias, en la que denomina entrega e inauguración de obras a lo que en realidad son apenas licitaciones de las mismas y, en el mejor de los casos, el pavimentado de algunas calles y avenidas.

Entre las obras a “inaugurar” que anunció el burgomaestre están: “el inicio de obras de la canalización del río Orkojahuira, el inicio de las obras de la Ruta del Amor, la licitación de la remodelación de la plaza Abaroa, el Superasfalto de las avenidas Armentia, Sucre y Tejada Sorzano”, lo que evidencia que en realidad lo que la población paceña verá en julio es apenas dar los primeros pasos para que en un futuro, confiando en que realmente se encaminen esos proyectos, se puedan ver obras concretadas; de hecho, gran parte de estos trabajos son promesas que sostiene desde su campaña electoral.

Tal parece que estas acciones responden a una desesperación por parte de Arias y el equipo que lo acompaña, al ver que tenía encima una fecha importante y crucial para mostrar la gestión que se desarrolla en el municipio, pero, al percatarse de que no hay mayores avances, se tuvo que improvisar maquillando las calles con pavimento, que lejos de ser una obra de impacto —ya que es una acción que debería realizarse de manera recurrente—, es lo único que queda por hacer faltando un par de semanas para el 16 de julio.

Es una lástima que, desde hace dos años, la alcaldía paceña solo haya destacado por denuncias de corrupción, pagos incumplidos a trabajadores, robos de cemento asfáltico, abandono de las unidades educativas, entre otras anomalías que parecen recurrentes.

Sería bueno que verdaderas obras de impacto para los paceños se hubieran planificado y ejecutado con el mismo entusiasmo y premura con los que se organiza la verbena. Solo queda aguardar que las autoridades ediles tomen conciencia, asuman su verdadero rol, y toda la palabrería y demagogia con la que ensalzan sus anuncios se transformen en hechos concretos, porque eso es lo que la población espera.


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