La invitación del gobierno del presidente Luis Arce a la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), los productores de oleaginosas en Bolivia (Anapo), la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo (Cainco) y, entre otras, la Cámara de Exportadores para un diálogo sobre la economía y la producción marca un punto importante en la búsqueda de soluciones consensuadas para los desafíos económicos que enfrenta el país.
Esta apertura democrática del Ejecutivo es un gesto que merece ser reconocido y aprovechado en su totalidad.
En un momento en que Bolivia, al igual que el resto del mundo, se enfrenta a las secuelas de la pandemia de Covid-19, una crisis económica internacional y los efectos colaterales de conflictos como los de Rusia-Ucrania e Israel-Palestina, la necesidad de unidad y colaboración entre todos los sectores de la sociedad es más imperativa que nunca.
El presidente Arce, al convocar este diálogo, demuestra una madurez política y económica encomiable, reconociendo que las soluciones a los problemas complejos requieren de la participación y el compromiso de todos los actores involucrados.
La agenda propuesta para este encuentro abarca temas vitales, como la economía, la producción, las exportaciones e importaciones, el subsidio a los carburantes y la escasez de divisas. Estos son asuntos que afectan directamente no solo al sector empresarial, sino a toda la población boliviana. Por ello, el país espera con expectativa una respuesta conjunta del Gobierno y los empresarios que ofrezca un camino claro y certero hacia el futuro.
Las medidas anunciadas por el presidente Arce el 6 de agosto, que incluyen incentivos tributarios, plataformas de pago digitales, planes de empleo para jóvenes emprendedores y la liberación de exportaciones, entre otras, demuestran una visión integral de la problemática económica. Ahora, es fundamental que estas propuestas sean discutidas y enriquecidas con las aportaciones del sector empresarial.
El llamado a un diálogo sin cálculos políticos o electorales es particularmente importante. En tiempos de crisis, la tentación de anteponer intereses partidistas o sectoriales puede ser fuerte, pero es precisamente en estos momentos cuando se requiere de una visión de Estado que priorice el bienestar general de la nación.
Gobierno y empresarios tienen la oportunidad de mostrar al país que la colaboración entre el sector público y privado puede generar respuestas efectivas y soluciones inmediatas.
El llamado al diálogo del presidente Arce es un paso en la dirección correcta. Ahora, el país espera que los empresarios estén a la altura de las circunstancias.
