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El legado energético de Luis Arce

A una semana de dejar el mando de la nación, el presidente Luis Arce eligió Tarija, el corazón energético del país, para anunciar un hallazgo que busca inscribirse en la lista de legados de su gestión: el descubrimiento de gas en el pozo exploratorio Bermejo-X46D.

Más allá de la geología, el anuncio tiene un valor político y simbólico: intenta cerrar su mandato con la promesa de que Bolivia aún puede sostener su futuro sobre los cimientos del gas, el mismo recurso que sostuvo durante décadas la economía nacional.

El pozo X46D, perforado a más de 3.900 metros de profundidad, forma parte del Plan de Reactivación del Upstream de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).

Según Arce, el hallazgo no es un hecho aislado, sino parte de un conjunto de 57 proyectos de exploración iniciados durante su gestión, de los cuales 20 han sido exitosos.

Las cifras, presentadas en el acto de Bermejo, reflejan un intento de revertir un ciclo de estancamiento en el sector hidrocarburífero y responder a una preocupación estructural: la caída sostenida de la producción y exportación de gas que golpeó a las finanzas públicas y a las regiones productoras.

El mandatario afirmó que las reservas actuales podrían bordear entre 3,5 y 4 trillones de pies cúbicos (TCFs), un volumen aún no certificado oficialmente, pero que busca devolver confianza a un país que vio disminuir su renta gasífera y su papel como exportador estratégico.

En ese sentido, el anuncio también es una declaración de continuidad: “Estamos dejando un país con exploración, lo que nosotros no recibimos”, dijo Arce, subrayando la ausencia de proyectos activos al inicio de su mandato.

El discurso energético de Arce combina tres ejes: la reactivación de la exploración, la sustitución de importaciones mediante biocombustibles y la industrialización del gas y el litio.

Su promesa de una “solución estructural al problema de los combustibles” busca contrarrestar la dependencia creciente de las importaciones de diésel y gasolina, que en los últimos años representaron un gasto elevado para el Estado.

La exploración, según el mandatario, es el camino hacia la soberanía energética y la reconstrucción de la confianza en los recursos naturales del país.

La producción de gas cayó a menos de la mitad desde su pico en 2014 y los contratos de exportación con Brasil y Argentina se encuentran en sus fases finales.

Los nuevos descubrimientos, aunque alentadores, todavía deben demostrar su magnitud comercial y su capacidad para reemplazar los campos maduros que se agotan.

En ese contexto, el hallazgo de Bermejo X46D no solo representa alentadores datos técnicos, sino un símbolo de cierre.

Con Bermejo-X46D, el mandatario se despide con la imagen de un país que vuelve a perforar, a buscar, a creer que debajo de su territorio aún late una promesa energética.

Su gestión será recordada por devolver dinamismo a la exploración.

Su mensaje busca trascender la coyuntura postelectoral: “No discursos, no promesas, estamos haciendo obras”, dijo en Bermejo.

Con ese acto, el presidente Arce deja grabado en el balance de su mandato un mensaje de continuidad productiva, como si el último pozo de su gestión fuera también una metáfora del país que excava en su subsuelo buscando nuevas oportunidades.

AEP


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