Mientras el telón se cierra en Bolivia para este año, las cifras económicas pintan un panorama que desmiente rotundamente aquellos intentos de sembrar temor y pesimismo en la población. Es innegable que los desafíos han sido muchos, tanto a nivel interno como en el complejo tablero internacional, pero Bolivia ha demostrado una capacidad de resistencia y adaptación digna de reconocimiento.
Los datos no mienten. Una inflación acumulada hasta noviembre del 1,5% es un reflejo tangible de la estabilidad económica que el país ha conseguido mantener. Para poner esto en perspectiva, Bolivia se erige como el segundo país con el menor incremento de precios en alimentos a nivel regional, solo detrás de Ecuador.
En contraposición, naciones hermanas como Venezuela y Argentina enfrentan tormentas inflacionarias que han erosionado la calidad de vida de sus ciudadanos.
El reciente movimiento económico importante que ha resonado en las últimas semanas del año es un testimonio adicional del dinamismo boliviano. La inyección de Bs 2.000 millones con el pago del aguinaldo en el servicio público ha repercutido positivamente en varios sectores, subrayando la importancia de políticas bien ejecutadas.
Pero no todo es color de rosa. Lamentablemente, la paralización de la aprobación de proyectos de ley en la Asamblea Legislativa por parte de sectores de la oposición ha frenado el flujo de recursos vitales para la inversión pública y la generación de empleos.
Es un llamado urgente: en lugar de obstaculizar, es imperativo trabajar en pro del beneficio colectivo.
Es desafortunado ver cómo algunos sectores persisten en difundir una narrativa de crisis económica que no se ajusta a la realidad. La solidez económica de Bolivia no es obra del azar, sino el resultado de decisiones políticas responsables y acertadas y un compromiso firme con el bienestar ciudadano.
Mirando hacia el futuro, es esencial que el país siga por la senda del diálogo y la colaboración. Bolivia tiene ante sí enormes oportunidades y desafíos, y solo a través de la unidad y el compromiso podrá continuar su marcha hacia un futuro próspero y equitativo para todos sus ciudadanos.
Bolivia ha demostrado una vez más su capacidad para superar adversidades y mantenerse firme en su camino hacia el desarrollo. Es hora de reconocer esos logros y trabajar juntos por un futuro más brillante para todos.
