La participación del pueblo es fundamental para llevar adelante una gestión gubernamental eficiente y enfocada en las necesidades que atingen a los sectores más vulnerables, pero esta participación debe ir más allá del discurso demagógico, debe ser real, tangible, auténtica. Así lo entendió el presidente Luis Arce y, en esa línea, junto a todo su equipo de ministros, en días pasados llevó adelante el primer Gabinete Social con la participación de representantes de más de 30 organizaciones sociales y sindicales del país.
La creación de este Gabinete Social es uno de los mandatos que emergieron del Gran Cabildo del Pueblo, celebrado el 17 de octubre de 2023 en El Alto, con el objetivo de avanzar en la profundización del Proceso de Cambio.
El pacto entre el Gobierno y las organizaciones sociales, sellado en el Gran Cabildo del Pueblo, no podía quedar en el simple discurso. Es así que, conforme a lo acordado, el 23 de enero se celebró la reunión entre el Ejecutivo y la máxima representación de los sectores sociales del país, en la que se abordaron temas de interés para el conjunto y se aprobó su reglamento de trabajo.
Esta es una muestra de lo que es un verdadero gobierno del pueblo y para el pueblo, tal como lo recalca el presidente Luis Arce en sus elocuciones.
Esta jornada de trabajo conjunto marcó un hito y es un precedente en lo que concierne a la práctica de gobernar de la mano del pueblo. Esta experiencia se constituye, además, en una reivindicación para los sectores sociales que históricamente defendieron la democracia y los recursos naturales, incluso a costa de sus propias vidas, en innumerables episodios como la Guerra del Gas o las masacres de Senkata y Sacaba, que quedan grabados en la memoria colectiva.
Si fueron estos sectores los que permitieron la recuperación de la democracia, ¿no es acaso un menester su participación en la gestión de gobierno? La respuesta es evidente y bajo esa premisa se está consolidando una nueva era en la que el Ejecutivo y las organizaciones sociales se condensan para trabajar por un solo objetivo, consolidar una Bolivia digna, soberana, industrializada y con mayores oportunidades para las nuevas generaciones.