Como cada 21 de junio, el Estado Plurinacional recibe hoy al Willka Kuti - "retorno al sol" o Año Nuevo Andino Amazónico y del Chaco—, que marca el año 5533 en el calendario andino y es una reivindicación de la recuperación y la revalorización de las culturas indígenas y del fortalecimiento de la identidad plurinacional, que considera a esta celebración como la manifestación, expresión, tradición, cosmovisión y saberes ances- trales de las naciones y pueblos indígena originario campesinos de Bolivia.
Esta festividad milenaria coincide con el solsticio de invierno en el hemisferio sur y es una fecha importante porque marca el inicio del ciclo agrícola con el arribo del tiempo fértil en que el sol alcanza su punto más lejano, dando paso al periodo de la siembra en agosto y septiembre. Además, es una época en que con un abanico de cere- monias se agradece a la Pachamama (Madre Tierra) y al Inti (Padre Sol) por la abundancia y la fertilidad; también se pide por la armonía y el equilibrio entre la naturaleza y el ser humano.
La ceremonia central de este Año del Bicentenario de Bolivia será encabezada por el presidente Luis Arce en el complejo arqueológico del municipio de Tiwanaku, en el departamento de La Paz, lo que se replicará en más de 200 lugares sagrados reparti- dos por el territorio nacional, en los cuales se recibirá los primeros rayos solares como un símbolo de renovación y se acompañará con actos simbólicos como purificaciones, ofrendas y agradecimientos para recibir las bendiciones del inicio de un nuevo ciclo.
En abril de 2005, la Ley 3018 declaró Patrimonio Intangible, Histórico y Cultural de la Nación al Año Nuevo Aymara que se celebra cada 21 de junio en Tiwanaku. En junio de 2009, bajo el manto del Estado Plurinacional, el Decreto Supremo 173 estableció a la fecha del solsticio de invierno como feriado nacional inamovible, con la suspensión de actividades públicas y privadas. Mientras que, en noviembre de 2018, la Ley 1128 dictó la ampliación de la denominación a Año Nuevo Andino Amazónico Chaqueño.
Esta celebración se constituye en una expresión cultural y espiritual de la nueva Bolivia que reemplazó a la República colonial, republicana y neoliberal, sobre todo, para saldar una deuda histórica: la inclusión plena de lo indígena-originario-campesino, y así constituir una sociedad descolonizada, libre de la discriminación y la explotación, en la cual los pueblos indígenas se han convertido plenamente en beneficiarios de políticas públicas en cuanto a salud, educación, servicios básicos, acceso a la función pública...
El proceso de cambio liderado por el MAS enarbola este respeto a la pluralidad en lo cultural, lo espiritual, lo económico, lo social, lo jurídico, lo político y lo lingüístico, que se traduce en un Estado Plurinacional que reconoce a las 36 nacionalidades del tejido social del país; que asume principios ético-morales pluralistas como el ama qhilla, el ama llulla y el ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), o el suma qamaña (vivir bien); que recuperó al milenario Willka Kuti de la cosmovisión andina.
AEP
