El tema del narcotráfico en la región es bastante complicado, no solo por los intereses económicos que conflagran alrededor de los grupos criminales que se dedican a este ilícito, sino porque los vínculos de estas organizaciones criminales llegan a corromper estructuras políticas, institucionales y/o policiales.
El Gobierno de Bolivia dio un osado paso al querer detener a Sebastián Marset, un hombre de bastante peso dentro del narcotráfico en el sur del continente y que pudo burlar sin muchas dificultades a las instituciones de Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay desde hace ya varios años.
Marset, a pesar de su corta edad, es un hombre que logró conectar varios eslabones de la cadena de cocaína en la región, desde la producción, la distribución mediante transporte fluvial, terrestre o aéreo, y la exportación a países en Europa, volviéndose muy rico.
El Gobierno boliviano logró incautar decenas de vehículos e inmuebles de propiedad de él o de las personas que lo ayudaron a conseguirlos, y detener al segundo al mando de su organización criminal en Bolivia, además de a casi una veintena de personas; sin embargo, parece no ser suficiente hasta dar con el cabecilla de esta organización criminal.
Ahora, basados en las declaraciones de nuestras autoridades, y también en algunos informes emitidos por las autoridades de otros países, podríamos decir lo siguiente:
1. Existen tres hipótesis sobre el paradero de Marset: dos que se encuentra en Bolivia y una que ya estaría en el exterior. Es decir, que existe un 66% de posibilidad de que aún se encuentre en Bolivia y un 33% de probabilidad de que haya fugado del país y esté escondido en otro país.
2. Si Marset se encuentra aún en Bolivia tiene una seria dificultad, porque se sabe que escapó con su familia, con niños muy pequeños, lo que dificulta su fuga, y además, porque cualquiera de los niños que pueda ser encontrado por la Policía llevaría casi inevitablemente a la entrega del cabecilla.
3. De la misma manera, si Marset se encuentra aún en Bolivia tiene la ventaja y la desventaja de estar con seguridades constantemente, lo que lo mantiene en constante alerta y eleva el nivel de equivocación posible.
4. La mayoría de los líderes, por decirlo de alguna manera, de otros clanes dedicados al narcotráfico, al ver que Marset se encuentra con dificultades, probablemente están buscando su salida o su muerte para tomar ellos el mando; no olvidemos que en el narcotráfico el promedio de vida en el ilícito oscila entre los 10 y 12 años.
5. Asimismo, al ser un hombre ya descubierto y reconocido públicamente, negociar con sus pares se dificulta, y las autoridades andan más alertas a su paradero.
6. El cambio de gobierno en Paraguay, de la misma manera, dificulta temporalmente su seguridad en ese país, por lo que seguro esperará que se concrete el cambio para regresar.
En conclusión, podríamos decir que más temprano que tarde, el señor Marset será capturado, sus caminos se estrechan y también su capacidad de movilización.
Entender la dificultad de lidiar y combatir este ilícito es muy importante para no creer que combatir esto es como ver una serie de narcos, o que es fácil capturar un delincuente de esta naturaleza.