El avance del gigante asiático en el espacio es proporcional a su tamaño. Científicos chinos han propuesto construir un lanzador magnético en la luna para proporcionar una forma rentable de enviar de regreso a la Tierra los recursos extraídos de la superficie lunar.
La instalación de levitación magnética funcionaría según el mismo principio que el lanzamiento de martillo en el atletismo, pero rotaría a velocidades cada vez mayores antes de lanzar la cápsula de lanzamiento hacia la Tierra. En términos directos, se dice que los científicos chinos están planeando un sistema de lanzamiento giratorio a la Luna. De esta manera, el sistema magnético funcionaría de la misma manera que un lanzador de martillo olímpico para enviar recursos lunares de regreso a la Tierra.
Esta teoría se basa en que aprovechando el entorno único de la Luna, como su alto vacío y su baja gravedad, sería capaz de expulsar cargas útiles dos veces al día a aproximadamente el 10% del coste de los métodos de transporte existentes, según investigadores del Instituto de Ingeniería de Satélites de Shanghai.
“La preparación técnica del sistema es relativamente alta. Dado que sólo consume electricidad y no requiere ningún propulsor, será de escala relativamente pequeña y fácil de implementar”, escribieron los investigadores en la revista Aerospace Shanghai. “El objetivo principal es” extraer y devolver helio-3 para ayudar a resolver la crisis energética de la Tierra. El proyecto también impulsará el desarrollo de tecnologías de minería espacial, vehículos de lanzamiento pesados e inteligencia artificial.
Este punto es de gran importancia, ya que el helio-3, que es un isótopo ligero y estable del más común helio-4, ha sido aclamado como un combustible limpio, seguro y eficiente que puede generar energía mediante fusión nuclear controlable. Según el periódico, sólo 20 toneladas del material cubrirían las necesidades anuales de electricidad de China.
Según este enfoque de los científicos chinos, aunque la Tierra sólo tiene alrededor de 0,5 toneladas de helio-3, se estima que hay 1 millón de toneladas en el suelo lunar, suficiente para satisfacer las necesidades energéticas del mundo durante más de mil años. Es importante resaltar que a pesar de ser viable en términos operativos, no existe una definición de cómo se extraería el helio y cómo regresaría a la Tierra. El sistema de lanzamiento propuesto utilizaría un brazo giratorio de 50 metros (165 pies) y un motor superconductor de alta temperatura para lanzar cápsulas cargadas con recursos lunares.
Después de 10 minutos, el brazo giratorio alcanzaría la velocidad de escape de la Luna de 1,5 millas por segundo (aproximadamente una sexta parte de la velocidad de escape de la Tierra) para colocarla en la trayectoria correcta para regresar a la Tierra. El sistema funcionaría con energía solar y nuclear, recuperando más del 70% de la energía después de cada lanzamiento, gracias a un diseño que permitiría convertir la energía cinética nuevamente en electricidad durante la fase de desaceleración posterior al lanzamiento.
El grupo de investigadores, ingenieros y científicos responsables del proyecto sugirió, dado el nivel de integración de las dos potencias, que podría formar parte de un proyecto conjunto ruso-chino propuesto para construir una estación de investigación en el polo sur lunar de aquí a 2035. En términos de valores de inversión, construir la estación de lanzamiento costaría alrededor de 130 mil millones de yuanes (18,2 mil millones de dólares), pero el coautor del artículo, Chu Yingzhi, dijo en la reunión del año pasado de la Asociación China de Ciencia y Tecnología que extraer de tres a cinco toneladas de helio 3 por año podría generar ingresos de 100 mil millones de yuanes.
Dentro de un campo concluyente, la intención final es poder calcular el ángulo de lanzamiento correcto con una precisión de 0,1 grados para minimizar la necesidad de ajustes más adelante en la misión. El sistema está diseñado para durar al menos 20 años, pero pesará alrededor de 80 toneladas y tendrá que esperar a que el cohete superpesado de China comience a funcionar antes de poder llevarlo a la luna.
En cuanto a las cuestiones por resolver, según la prensa china, los principales retos para el diseño del lanzador eran instalarlo en la accidentada superficie lunar, garantizar que el brazo giratorio permaneciera estable a altas velocidades y garantizar que pudiera resistir las variaciones de temperatura, la radiación cósmica y polvo lunar. En última instancia, el equipo pretende completar el desarrollo de componentes clave para 2030, seguido de la verificación de la superficie lunar y la implementación a gran escala para 2045.
Escrito por Tulio Ribeiro.