El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pronunció el viernes 22 de septiembre un discurso en el 78 periodo de sesiones de la Asamblea General de las NNUU ante los escaños casi vacíos.
En su discurso presentó su visión integral para la paz, apoyándolo con un mapa ilustrativo para su defensa. En el mapa mostrado por Netanyahu todos los territorios palestinos forman parte de la Gran Tierra de Israel. Mostró un ‘mapa de Israel’ donde este se extiende sobre todo el territorio palestino desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo, negando así a Palestina y a su pueblo; un mapa que también incluía parte del sur del Líbano y las alturas del Golán sirio como parte de “la Gran Israel”. Netanyahu reiteró que no hay ningún plan en el programa de su gobierno para participar en un proceso político negociado con los palestinos que conduzca al fin de la ocupación, y que sus mapas para el Nuevo Medio Oriente apuntan principalmente a borrar el nombre y la cuestión de Palestina.
El extremismo de las condiciones y dictados propuestos por el Primer Ministro israelí en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, revela verdaderamente sus posiciones contrarias a la paz y una extensión de una mentalidad colonial arrogante que trata los derechos del pueblo palestino como un asunto interno israelí que controla según los programas de su coalición de extrema derecha.
Netanyahu no desperdicia ninguna oportunidad para sabotear cualquier esfuerzo encaminado a lograr la paz a través de sus campañas engañosas destinadas a revertir los hechos del conflicto y eliminar la cuestión palestina de la escala de preocupaciones regionales e internacionales, utilizando la manipulación de las palabras con el fin de perpetuar la ocupación, profundizar los asentamientos y el sistema de apartheid, y ganar más tiempo para ahondar en la anexión silenciosa y gradual de la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Este.
El comentarista del Canal 13 israelí, Gili Tamari, al hablar sobre el discurso de Netanyahu ante la Asamblea General, dijo que Netanyahu habla de paz y de la visión de un nuevo Oriente Medio, pero que, si se analiza en detalle, es muy difícil hacer paz en el Medio Oriente. Tamari señaló que Netanyahu presentó un mapa de Israel en 1948, con sus fronteras y la ausencia de un Estado palestino, añadiendo: “Miren esta mentira. ¿Acaso el mundo no conoce el mapa de Israel de 1948?”. El comentarista israelí indicó la ausencia de la posibilidad de una “solución de dos Estados” en el mapa, afirmando: “¿De qué paz está hablando? ¿Con quién quiere hacer la paz?”.
Los intentos de Netanyahu de poner patas arriba la Iniciativa de Paz Árabe e ignorar las necesidades estratégicas para resolver primeramente la cuestión palestina por ser la puerta de entrada a la seguridad, la estabilidad y la paz justa y duradera en la región, así como las mentiras de Netanyahu sobre su supuesta preocupación por los intereses de los pueblos de la región, son desmentidas diariamente por la escalada israelí del conflicto, que revela un intento de comercializar con el concepto de paz a cambio de paz, tal y como consta en las interpretaciones y explicaciones de sus seguidores desde los pilares de la derecha gobernante.
La esencia del nuevo proyecto de Netanyahu se basa en el hecho de que la normalización de relaciones con los países árabes es lo que obligará a los palestinos a abandonar sus “ilusiones” sobre el establecimiento de un Estado palestino en el territorio ocupado en 1967, olvidando para siempre que Jerusalén y los lugares sagrados son sus tierras y la capital de su Estado.
El movimiento sionista quiere que nuestro pueblo palestino reconozca su falsa narrativa a cambio de permitirnos existir como residentes extranjeros de clase baja en nuestras tierras. También quieren que nuestro pueblo acepte las políticas de discriminación y apartheid de acuerdo con la Ley de Nacionalidad Judía, desvinculándose de los problemas de nuestro pueblo. Quieren que nos rindamos a esa visión y neguemos los hechos de la historia, nuestros derechos nacionales históricos y la lucha de nuestro pueblo por su libertad y su derecho a poner fin a la ocupación y la autodeterminación de acuerdo con todas las resoluciones internacionales que quedaron muertas en la era del régimen unipolar y de hegemonía que se opone a los derechos de los pueblos.
Desde la fundación del Estado de Israel, la comunidad internacional les ha permitido, a expensas de los derechos políticos nacionales palestinos, continuar como un Estado por encima de la ley, un “Estado canalla” que practica todas las formas de crímenes y colonialismo, hasta el punto del apartheid.