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Mahmoud Elalwani

El fracaso del Consejo de Seguridad en detener la agresión israelí

Estas violaciones requieren responsabilizar a la fuerza ocupante y boicotearla, urge que Naciones Unidas asuma sus responsabilidades legales para poner fin a la ocupación y reconocer al Estado de Palestina.

La continuación de la devastadora guerra de Israel por vigésimo cuarto día consecutivo, con una destrucción masiva y sin precedentes en la Franja de Gaza, ha causado más de 8.306 muertos, entre ellos 3.800 niños, y más de 21.048 heridos; ha provocado y profundizado la expansión de la catástrofe humanitaria entre los civiles, incluido el hambre, y el desplazamiento bajo devastadores bombardeos aéreos. El gobierno extremista liderado por Netanyahu practica su odio ciego y su enfoque basado en el racismo, apartheid y el genocidio, que pretende convertir la Franja de Gaza —que tiene una superficie de 362 kilómetros cuadrados— en una fosa común para más de dos millones de palestinos. Basta ya de matanzas e injusticias.

Tras el fracaso internacional para garantizar la entrada de las necesidades humanitarias a la Franja de Gaza, nos preguntamos: ¿Dónde está la humanidad al proporcionar combustible a los aviones de guerra que propagan la muerte por toda la Franja de Gaza mientras privan a los hospitales de Gaza de él?

La obligación del Consejo de Seguridad y de la comunidad internacional es detener de inmediato la agresión israelí contra el pueblo palestino. El fracaso de la comunidad internacional a la hora de detener la guerra destructiva de Israel para liquidar la Franja de Gaza y así liquidar la causa palestina, amenaza gravemente los cimientos del orden mundial, hace perder la legitimidad de las instituciones internacionales y su credibilidad mermada, especialmente la de aquellas instituciones destinadas a preservar y garantizar los principios de los derechos humanos, transforma el contenido de la Carta de las Naciones Unidas y los textos del derecho internacional porque los derechos humanos han sido reducidos a mera tinta sobre papel y han sido reemplazados por la ley de la selva y la lógica de que los fuertes se comen a los débiles. El fracaso crónico del Consejo de Seguridad es imperdonable.

¿Acaso no es responsabilidad del Consejo de Seguridad mantener la paz y la seguridad internacional y preservar los propósitos y objetivos de la Carta que se comprometió con los pueblos, salvar a las futuras generaciones del flagelo de la guerra y tomar medidas conjuntas eficaces para prevenir y eliminar las causas que amenazan la paz, de conformidad con los principios de justicia y derecho internacional?

¿Es imposible que el Consejo de Seguridad cumpla con sus responsabilidades y aplique su mandato y sus decisiones sin ser selectivo ni aplicando una doble moral en lo que respecta a Palestina?

¿No es su papel enfrentarse ante la agresión contra seres inocentes, bebés, niños y mujeres? ¿No es su papel brindar protección a los civiles palestinos de los crímenes actuales de la ocupación y detener esta de inmediato? ¿No debe tratar la raíz del problema, las causas de la inestabilidad y la ausencia de seguridad y paz representadas por el deseo abrumador de las autoridades de ocupación israelíes de colonizar la tierra de Palestina y desplazar a su pueblo?

Empoderar al pueblo palestino con sus derechos legítimos e inalienables, no olvidándolos ni ignorando su sufrimiento y su humanidad es la puerta de entrada a la seguridad y a la paz. “Ignorar los derechos humanos conduce a actos bárbaros que dañan la conciencia humana”.

¿No se encuentra su conciencia humana herida por los crímenes de la ocupación israelí perpetrados durante las décadas de su ocupación colonial o ante lo que el pueblo palestino está afrontando hoy en términos de terrorismo y asesinatos? ¿No le preocupa la matanza de niños por los bárbaros bombardeos que matan a inocentes y que tienen como objetivo hogares, hospitales, escuelas, mezquitas, iglesias, periodistas, trabajadores del sector de la salud y empleados de las Naciones Unidas? ¿No está herida su conciencia humana por la destrucción, el hambre y la deshumanización del pueblo palestino? ¿No se sienten horrorizados ante las incalificables declaraciones de funcionarios israelíes que llaman fríamente a la limpieza étnica y al genocidio, y describen al pueblo palestino a veces como “hijos de las tinieblas” y otras veces como “animales humanos” para permitir su matanza?

Los niños palestinos en Gaza escriben sus nombres en sus manos para que no se conviertan en cadáveres no identificados y sean enterrados en fosas comunes. Israel ha exterminado a decenas de familias en un acto de venganza contra niños, mujeres y civiles. Esto es lo que el mundo acordó evitar que sucediera, se ampliaron los propósitos de la Carta del derecho internacional de las NNUU para prohibirlo.

Por otro lado, el bajo nivel de reacciones internacionales y su debilidad ante la magnitud de la catástrofe humanitaria que está azotando a los civiles en Gaza y ante la destrucción que se produce en la vida palestina, hace perentorio dirigir las demandas, los llamamientos, las expresiones de preocupación y las expresiones formales de adhesión a la solución de dos Estados. El tradicionalismo no es suficiente ni satisfactorio, ni está a la altura del nivel de responsabilidad que la comunidad internacional debe asumir para detener la agresión de inmediato, especialmente porque no encuentra oídos que la escuchen entre los funcionarios israelíes habituados a estas posiciones y reacciones internacionales tibias que consideran una cobertura de apoyo a sus intentos de completar la liquidación de la cuestión palestina y sus derechos, aprovechando dicha debilidad para cometer más crímenes y llevar a cabo sus planes coloniales expansionistas encaminados a socavar cualquier oportunidad de implementar el principio de una solución de dos Estados.


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