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Martín Moreira

Inversionistas confían en Bolivia mientras Bloomberg aboga por medidas de ajuste innecesarias

A pesar de que Bloomberg informa sobre el repunte de los bonos soberanos de Bolivia, su análisis ignora el contexto más amplio de las políticas implementadas para fortalecer la economía nacional.

La ‘ley del oro’, junto con la estabilidad de las reservas internacionales netas, y los cambios en la matriz productiva gracias a la industrialización y reinversión en materias primas estratégicas, así como las medidas para controlar la inflación y combatir el contrabando, han generado confianza entre los inversionistas extranjeros. Sin embargo, Bloomberg parece abogar por medidas de shock que no son necesarias y que perjudicarían a la población. Esta plataforma, una vez más, no reconoce el valor del Modelo Económico Boliviano, que busca preservar el bienestar social y fomentar la inversión en un contexto de soberanía económica.

El portal de noticias financieras Bloomberg informó que los bonos en dólares de Bolivia han alcanzado su nivel más alto en un año. Sin embargo, este análisis ofrece solo una visión parcial del complejo contexto que atraviesa el país. Según Bloomberg, el repunte de los bonos se debe en parte a la postura positiva de KNG Securities y a los desafíos legales que enfrenta el expresidente Evo Morales, lo que ha reducido sus posibilidades de regresar al poder. Pero la verdadera pregunta es: ¿qué ha motivado realmente a los inversores a adquirir nuevamente bonos soberanos de Bolivia? ¿Por qué Bloomberg insiste en que esta tendencia refleja expectativas de cambios estructurales y posibles medidas de ajuste? ¿Por qué no se reconoce el historial económico del país ni se valora la fortaleza del Modelo Económico Social Comunitario Productivo?

Un ejemplo reciente de esta situación es el comportamiento de los bonos con vencimiento en 2030, que el 10 de octubre subieron 3,5 centavos, situándose en 60,5 centavos por dólar. Ese mismo día, KNG Securities señaló que estos pagarés parecían atractivos porque cualquier reestructuración futura probablemente se centraría en diferir los pagos, en lugar de reducir las tasas de cupón o los montos de capital. Sin embargo, esta interpretación se basa en proyecciones que no consideran plenamente las fortalezas estructurales y la capacidad de respuesta del modelo económico boliviano.

En este artículo, profundizaremos en cómo Bolivia ha enfrentado la crisis global, la politización excesiva, los constantes ataques a la gestión económica y los bloqueos promovidos por intereses particulares. Además, analizaremos cómo el modelo económico boliviano ha mostrado resiliencia ante estas adversidades, algo que Bloomberg parece ignorar deliberadamente.

El renovado interés de los inversionistas en los bonos soberanos de Bolivia se debe a tres acciones concretas implementadas por el gobierno de Luis Arce desde el inicio de su gestión. Estos logros podrían haber sido aún más exitosos, y el país podría haber evitado el difícil momento económico actual si no fuera por la intervención política motivada por una carrera electoral prematura, liderada por Evo Morales. Esta situación ha fortalecido a una oposición desorientada, proporcionándole herramientas para desgastar el Modelo Económico. Sin embargo, dicho modelo ha demostrado ser altamente resistente, y con los ajustes estructurales realizados ha brindado respuestas sólidas ante las diversas coyunturas políticas, sociales y, por supuesto, económicas.

La primera acción tomada por el Estado boliviano fue la promulgación de la Ley N° 1503, conocida como la Ley de Fortalecimiento de las Reservas Internacionales Netas. Después de dos años de espera, se aprobó la llamada ‘ley del oro’, que autoriza al Banco Central de Bolivia (BCB) a comprar el metal producido en el país, refinarlo y venderlo en los mercados internacionales para obtener dólares, un recurso del que Bolivia dispone en grandes cantidades. Esta medida ha generado entusiasmo entre los inversionistas extranjeros, ya que la Ley N° 1503 ha contribuido a estabilizar las reservas internacionales netas (RIN), generar divisas para el sistema financiero y mejorar la rentabilidad de los bonos soberanos bolivianos.

Según algunos inversionistas e instituciones financieras, como Barclays, un destacado banco de inversión con sede en Londres, la ‘ley del oro’ ha sido bien recibida porque el Banco Central de Bolivia está comprando, refinando y monetizando el oro de manera ágil, lo que genera confianza en el mercado. Barclays ha recomendado realizar inversiones internacionales a través de la compra de los bonos soberanos emitidos por el BCB. Gracias a esta ley, Bolivia ha mejorado sus reservas internacionales netas (RIN), alcanzando 1.901 millones de dólares, lo que genera perspectivas alentadoras para el crecimiento futuro de estas reservas si se continúa con este proceso de comercialización del oro, ahora considerado un material de resguardo de inversiones a nivel mundial.

La segunda acción clave del gobierno de Luis Arce fue cambiar la matriz productiva del país a través de dos operaciones estratégicas. La primera fue avanzar hacia la industrialización y la sustitución de importaciones, con una agresiva inversión en materias primas estratégicas, como la exploración de hidrocarburos y minerales, además de continuar con el desarrollo del litio. Esta medida busca garantizar sostenibilidad a largo plazo y estabilidad económica.

La segunda operación fue fortalecer el aparato productivo privado mediante acciones concretas, como la liberación plena de exportaciones, planificadas anualmente para priorizar el abastecimiento del mercado interno y luego las exportaciones. Para facilitar este proceso se implementó la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE), que redujo la tramitología a cinco días, agilizando el comercio exterior. Además, para asegurar el retorno de divisas al país, se simplificaron los trámites del Certificado de Devolución Impositiva (Cedeim), lo que garantiza la entrada de dólares al sistema financiero. El sector agrícola debe depositar el 72% de sus ingresos en bancos bolivianos para acceder a este certificado; el sector minero, el 70%, y el industrial y manufacturero, el 60%. Esto asegura la disponibilidad de dólares comerciales en las entidades bancarias bolivianas, manteniendo la liquidez de esta divisa en el mercado.

La tercera acción del Gobierno boliviano consiste en controlar la inflación mediante políticas enfocadas en la lucha contra el contrabando de productos, tanto los que salen como los que ingresan al país, con el objetivo de proteger el poder adquisitivo de los ciudadanos y la industria nacional. Esta estrategia incluye diversas medidas, como la militarización de fronteras, penas de prisión que oscilan entre 9 y 14 años, y un control exhaustivo de mercados y centros de abasto. Estas acciones están diseñadas para mitigar la inflación, el agio y la especulación en los precios.

Asimismo, se prevé reducir a cero los aranceles de productos clave, como implementos de limpieza, medicamentos, maíz y trigo, con el objetivo de combatir la inflación importada. Otra de las propuestas es mejorar la distribución de productos al eliminar intermediarios, optimizando así la cadena de suministros que conecta a los productores con los comercializadores. Esto se llevará a cabo a través de ferias Del Campo a la Olla y el apoyo constante de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) para garantizar precios justos en los productos.

Estas acciones son también una muestra de un modelo económico resiliente, con objetivos claros y contundentes, que no son tomados en cuenta por Bloomberg. Esta plataforma, en su análisis, parece desear que en Bolivia se implementen medidas de ajuste que irían en contra de la población, sin considerar las políticas económicas implementadas por el Estado, las cuales buscan preservar el bienestar y el poder adquisitivo de los bolivianos a través del crecimiento y desarrollo del sector productivo. Este enfoque genera empleos mediante inversiones públicas y privadas, además de un apoyo decidido a la productividad y las exportaciones, buscando alternativas para la generación de recursos propios sin depender de fondos buitres y con un modelo económico soberano para los bolivianos.

Por: Martín Moreira/


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