El viernes 13 de septiembre, España acogió una cumbre de alto nivel denominada Para Implementar la Solución de dos Estados, con la participación de España, Noruega, Eslovenia, Irlanda, el Alto Representante para Asuntos Políticos Exteriores y de Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell, Egipto, Arabia Saudita, Qatar, Jordania, Palestina y Turquía, para discutir formas de poner fin a la guerra en curso en los territorios palestinos y ratificar la opinión de la Corte Internacional de Justicia que dictaminó que la ocupación es ilegal.
Los cancilleres se reunieron en Madrid en medio de la peor crisis que el Medio Oriente ha visto en décadas, para reafirmar el compromiso compartido de implementar la solución de dos Estados como la única manera de lograr una paz y seguridad duraderas, de conformidad con el derecho internacional, con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas y con las resoluciones de legitimidad internacional.
El Primer Ministro Palestino dijo: “Gaza sigue siendo una herida sangrante que no se ha detenido; los planes israelíes no son solo contra Gaza o Cisjordania, sino contra el pueblo palestino y su existencia”.
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, afirmó en la reunión que los pasos dados hacia el reconocimiento del Estado de Palestina son “importantes pero insuficientes” y que “la solución de dos Estados (palestino e israelí) es la única solución para la paz y la estabilidad en la región”. Albares subrayó que debe iniciarse un proceso de paz bajo los auspicios de las Naciones Unidas, y las partes interesadas en el conflicto deben estar obligadas a participar en él.
Albares señaló que España había impuesto sanciones a los colonos que cometieron actos de violencia en Cisjordania y especificó que España e Irlanda habían enviado una carta a la Unión Europea para solicitar que se impusieran sanciones a Israel; destacó la importancia de que Palestina sea miembro pleno de las Naciones Unidas y puntualizó que la violencia cometida por Israel es inaceptable.
Durante los años de desarrollo del proceso de paz, las partes y la comunidad internacional definieron términos de referencia y criterios para implementar la solución de dos Estados basándose en las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad, las reglas y principios del derecho internacional y la Iniciativa de Paz Árabe. Sin embargo, las acciones unilaterales ilegales, los asentamientos, los desplazamientos forzados y el extremismo han frustrado las esperanzas de paz de ambos pueblos. Desde el 7 de octubre se viene desarrollado ante nuestros ojos una tragedia sin precedentes de sufrimiento humano, genocidio y violaciones flagrantes del derecho internacional, que ponen en peligro la paz y la seguridad internacional.
Treinta y tres años después de la conferencia de paz celebrada en Madrid, las partes y la comunidad internacional no han podido lograr el objetivo común que se propuso: poner fin a la ocupación israelí (que comenzó en 1967) de los territorios palestinos, incluida Jerusalén Oriental, para lograr una realidad de dos Estados independientes y soberanos, Israel y Palestina, que convivan uno al lado del otro en paz y seguridad, integrados en la región, sobre la base del reconocimiento mutuo y la cooperación efectiva para conseguir una estabilidad y una prosperidad común. La solución de dos Estados fue propuesta en la Conferencia de Madrid de 1991 y en los Acuerdos de Oslo de 1993 y 1995, pero el proceso de paz lleva años estancado.
El mundo se enfrenta al fracaso del sistema de seguridad internacional como resultado de su total incapacidad para poner fin a este nivel de matanza y destrucción llevada a cabo por la maquinaria asesina israelí durante casi un año. Los ministros reunidos pidieron a la comunidad internacional que active la opinión consultiva emitida por la Corte Internacional de Justicia que afirmó la ilegalidad de la presencia continua de Israel en los territorios palestinos ocupados y exigieron que se detuvieran inmediatamente todas las actividades de asentamiento.
Las medidas expuestas en la cumbre son necesarias para permitir que el Gobierno palestino cumpla con sus deberes en Cisjordania y en la Franja de Gaza y para lograr una paz justa y duradera en la región; es necesario que la comunidad internacional aísle y boicotee la ocupación del estado racista, apoyar las posiciones de los países que se han presentado ante la Corte Internacional de Justicia y presionar para la ejecución de estas decisiones.
Hay que implementar las medidas propuestas. Ha llegado el momento de poner fin al sufrimiento y al asesinato de niños, mujeres y ancianos, a la guerra de exterminio y limpieza étnica en Palestina, hay que garantizar el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación y a establecer su Estado independiente con Jerusalén Este como su capital.
Escrito por el Embajador del Estado de Palestina en Bolivia, Mahmoud Elalwani.