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Miguel Maranon

La reducción de la deuda

La semana anterior, el Banco Central de Bolivia dio a conocer que la deuda externa del país se redujo de 33%, que se tenía a diciembre de 2020, a un 26,9% a marzo de 2024, respecto al Producto Interno Bruto (PIB).

Esta reducción de la deuda se debe a que Bolivia ha cumplido estrictamente todos los planes de pago que tenía comprometidos con sus acreedores, pero también es bueno recordar que el destino de esa deuda es para ejecutar proyectos de inversión que generan ingresos, parte de estos ingresos son destinados para pagar la deuda.

Ahora bien, se debe destacar que nuestros principales acreedores son entidades internacionales que conceden créditos para proyectos productivos; así tenemos que de los $us 13.377 millones el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es el mayor acreedor con el 32,1%, esta entidad destina créditos para infraestructura de activos y otros proyectos productivos. Luego está el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) con 20,7%, al igual que la anterior los prestamos están destinados a proyectos; dentro de la deuda bilateral con países tenemos a China con 9,8% créditos destinados sobre todo a la construcción de carreteras.

Dentro de la composición de esta deuda también se encuentran los Bonos Soberanos, que alcanzan un 13,8% de la deuda, destacando que la emisión de estos bonos, aparte de diversificar las fuentes de financiamiento externo, reflejan la solidez de la economía y la confianza que tiene el país a nivel internacional.

El manejo planificado y responsable de la deuda es también un reflejo de la estabilidad y crecimiento económico, que contradice las críticas que realizan varios analistas económicos, que semanas pasadas insistían que el modelo económico boliviano ya estaba desgastado, que la crisis económica era inminente. Gritaban a los cuatro vientos que el país solo estaba “sobreviviendo” de deudas, incluso se atrevieron a enviar (algunas exautoridades) cartitas a los organismos internacionales para pedirles que suspendan todo futuro crédito destinado al país.

Sería bueno conocer las opiniones de aquellos analistas que alarmaban a la ciudadanía, indicando que el país estaba a un paso del default, que la deuda era insostenible y otras afirmaciones que nunca tuvieron un respaldo estadístico, técnico o algún dato que sustentara semejantes afirmaciones. La ciudadanía ya está acostumbrada a que estos analistas sigan con el mismo discurso durante 16 años, sin embargo lo alarmante es que muchos medios de comunicación les siguen dando cobertura a su “teoría de crisis”, sin cuestionarles ni mucho menos exigirles datos o evidencias de sus afirmaciones.

Seguramente, estos analistas al ver que los datos de la deuda externa no refleja sus teorías buscaran otros temas y datos aislados para seguir con su trabajo especulativo y así tratar de debilitar el modelo y la economía nacional.

Como puede observar la ciudadanía, los datos y resultados del modelo económico tienen el respaldo internacional; el cumplimiento de los pagos de la deuda externa es resultado del crecimiento económico mediante la diversificación de la economía, y la capacidad de pago hace que Bolivia siga siendo un país solvente y sujeto a recibir nuevos créditos productivos.


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