Los políticos de la derecha fascista y neoliberal, que constituyen las minorías políticas desde la fundación de la República hasta hoy día, son las mismas que no ganaron en las elecciones generales de 2005, 2009, 2014, 2019 y 18 de octubre de 2020.
Y actualmente publicitan mentiras increíbles por los medios de comunicación para mellar la imagen del actual Gobierno y captar el voto de los electores en las elecciones generales anunciadas para el 17 de agosto de 2025, gritando desaforadamente: ¡Sacaremos al MAS del poder!, ¡Vamos a salvar Bolivia! y denunciando desde el año pasado un supuesto fraude en las elecciones referidas; y otras mentiras que hacen “salir el tiro por la culata”, conforme al análisis siguiente.
Minoría es la “Parte menor de las personas que componen una nación, ciudad o cuerpo…, parte de la población de un Estado que difiere de la mayoría de la misma población por la raza, la lengua o la religión…, conjunto de votos contrarios a la opinión del mayor número de votantes”, y mayoría es la “Cualidad de mayor…, mayor número de votos conformes en una votación…, parte mayor de las personas que componen una nación, ciudad o cuerpo…, la que consta de más de la mitad de los votos”, conforme nos refiere la Real Academia Española (RAE).
En consecuencia, el grito enardecido de los políticos de la derecha fascista “¡Dios quiere que se vaya el MAS!”, publicitado día y noche en su campaña electoral, demuestra que ellos reconocen que son minorías políticas en la democracia boliviana y, como tales, nunca ganarán a las mayorías políticas que desde las elecciones de 2005 son parte del MAS-IPSP; resultando así que no les sirve de nada tratar de hacer creer que son enviados de Dios, salvadores de la Patria, ni defensores de la DEMOCRACIA y la LIBERTAD. Esas sobredosis del ego son propias de las minorías que no saben cómo vencer a las mayorías, por ello precisamente se ven obligados a levantar el nombre de Dios en vano, para manipular —con su odio acumulado— a millones de bolivianas y bolivianos, a los aymaras, quechuas y guaraníes, que cuando no hay elecciones anunciadas les discriminan tratándoles de “bestias humanas indignas de ser llamadas ciudadanos”. Por eso las minorías políticas nunca ganarán a las mayorías.
Ni qué decir si el grito “¡100 días carajo!” publicitado sin cesar, el pueblo boliviano sabe que no es plan de gobierno ni programa de gobierno, sino un grito manipulador, demagógico, mentiroso y estúpido que tales políticos gritan para hacer creer que son poderosos, que no sirve para ganar a la mayoría sino para ser aplastado por ésta; porque en democracia las mayorías aplastan a las minorías indiscutiblemente, porque sus cuadros políticos y organizaciones sociales se imponen arrolladoramente, al punto que algunos politólogos llaman el rodillo político; como ocurrió en las elecciones anteriores y ocurrirá en las elecciones anunciadas. Ante esa diferencia abismal del poder y fuerza de las mayorías frente a las minorías, metafóricamente se dice “El águila no casa moscas (Aquila non capit muscas); por eso las mayorías no se preocupan de las minorías, como el pez grande no se preocupa del pez chico.
Esa realidad prueba que las minorías políticas nunca ganaran a las mayorías, porque no tienen el poder ni la fuerza que tienen las mayorías, es que las minorías son lo contrario del pueblo unido. Ser minoría en democracia es sinónimo de perdedor y víctima; se mire con el cristal con que se mire.
Las minorías políticas solo sirven para dar golpes de Estado haciendo uso de la manipulación y la fuerza, para saquear las riquezas del Estado –como lo demuestra la historia y prueban sus antecedentes-, por eso, quieren el poder a cualquier costo, como lo hicieron en el golpe de Estado de 2019 y gobierno de facto de Jeanine Añez, porque odian la hoz del campesino y el martillo del obrero, por eso no festejan el día del trabajo nunca, y prefieren matar al pueblo que dicen representar y defender. Por ello, sabiendo que perderán dicen cínicamente que habrá fraude electoral en las próximas elecciones, para tratar de justificar un golpe de Estado, humillar y perseguir a miles de personas y matar a más bolivianas y bolivianos.
Ignorando la Lógica, creen que siendo minoría pueden ganar en las elecciones anunciadas, sabiendo perfectamente que ninguna minoría ganó a ninguna mayoría en democracia –donde nunca ganaron y siempre perdieron-. Tales derrotas electorales, demuestran a todas luces, que las minorías nunca ganarán a las mayorías, ni que decir, sí ya se ganaron el voto castigo bloqueando los créditos internacionales que beneficiaban al pueblo, y por oponerse caprichosamente a la industrialización emprendida permanentemente por el gobierno central.
Esta verdad no necesitaba ser dicha, pero, porque el sentido común es el menos común de los sentidos, y tales políticos carecen de luces para convencerse que las minorías nunca ganarán a las mayorías, resulta justifica que sea dicha; además, porque las minorías solo obtienen el poder mediante un golpe de Estado. En consecuencia, tales políticos necesitan entender eso para unirse al MAS-IPSP y ganar en las elecciones generales, porque, según la Lógica y la Inteligencia Artificial (IA) es lógico que las minorías se unan a las mayorías.
Por: Armando Aquino Huerta/