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Tulio Ribeiro

Los herederos del trumpismo sueñan con llegar al poder

Con el regreso de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, los líderes mundiales de derecha se preparan para celebrar su toma de posesión el 20 de enero de 2025.

El evento promete ser una confraternización histórica entre diferentes figuras, quienes han sido protagonistas de una creciente ola de Unidos en oposición a la izquierda y su llamado al “globalismo”, estos jefes de Estado (poderes de izquierda actuales, inminentes o recientes) comparten una visión similar del mundo, pero difieren en prioridades, estrategias y estilos. Sus trayectorias, moldeadas por contextos geopolíticos y realidades variadas, reflejan un movimiento cohesivo en retórica y heterogéneo en contenido.

Al tiempo que fortalecen la red internacional de apoyo e influencia mutuos, estos personajes, casi siempre tildados por la prensa de “extremistas”, desempeñan papeles en el cambiante escenario. Estos líderes calificaron la victoria de Trump como histórica y de impacto global. Milei, el primero de ellos en reunirse con el republicano tras su elección, fue tratado como “mi presidente favorito”. El presidente argentino incluso anunció su deseo de negociar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos. Jair Bolsonaro y sus aliados cercanos vieron, a su vez, la posibilidad de que la relación construida con el republicano influya en su proyecto político interno, ya que está incapacitado. Cada uno, a su manera, apuesta por la continuidad y consolidación de la agenda derechista, defendiendo valores tradicionales resistentes a las agendas progresistas. Aunque existen diferencias entre ellos, todos creen que están conectados con las mismas expectativas y creencias profundamente arraigadas que sus votantes.

Jair Bolsonaro —el expresidente brasileño, a pesar de no ser elegible hasta 2030 y ser objeto de tres acusaciones— mantiene una importante base de apoyo. Ha expresado en público la esperanza de fortalecer su grupo con el regreso de Trump al poder, además del ascenso de la derecha en Europa y América Latina. Javier Milei —el economista libertario que fue elegido presidente de Argentina a finales de 2023 en medio de una grave crisis económica— ha seguido una audaz agenda de austeridad y privatización al tiempo que se acercaba a los líderes mundiales de derecha. Giorgia Meloni —primera ministra italiana y líder del partido de derecha Hermanos de Italia— ha fortalecido su posición en Europa. Ha centrado su discurso en la defensa de la familia, especialmente de la maternidad. Ahora busca una alianza estratégica con Estados Unidos. Viktor Orbán (Hungría) —primer ministro húngaro desde 2010— es conocido por su postura nacionalista y conservadora, que incluye medidas estrictas contra la inmigración y reformas judiciales controvertidas. Ha influido en los movimientos de derecha en toda Europa. Marine Le Pen (Francia) —líder de la Agrupación Nacional— es uno de los principales nombres de la derecha en Europa. Tras perder la Presidencia de 2022, mantuvo su base de apoyo, centrándose en la inmigración, la seguridad y las críticas a la Unión Europea. Este año su partido estuvo cerca de formar el bloque parlamentario mayoritario. Benjamín Netanyahu —el primer ministro de Israel, líder del partido Likud— regresó al poder en 2022 luego de una breve ausencia. Figura central de la política israelí durante décadas, ha implementado cambios en el sistema judicial y reforzado posturas de línea dura en cuestiones de seguridad y diplomacia. Andrzej Duda —el presidente polaco— es una figura importante en el grupo de líderes conservadores europeos. Defensor de los valores familiares y de la rigidez en materia de inmigración y soberanía nacional, sufrió un revés político en 2023 al ver la elección de un primer ministro de izquierda. Nayib Bukele —el presidente salvadoreño— sigue siendo una figura controversial. Conocido por sus duras políticas de seguridad, su uso activo de las redes sociales y sus apuestas por las criptomonedas, mantiene altos índices de aprobación, a pesar de las críticas internacionales.

En Estados Unidos, el fenómeno Trump está vinculado a la reacción contra los aspectos negativos de la globalización, especialmente en relación con China. En Argentina, Milei simboliza el descrédito de la clase política. Bolsonaro es considerado un caso diferente: pese a las tensiones con China, no comparte la misma visión de las pérdidas provocadas por la globalización y, en Brasil, el tema migratorio tiene menos peso que en Europa o EEUU. Las similitudes de Bolsonaro con otros líderes de la derecha global en temas como el liberalismo económico y la agenda aduanera contienen diferencias, no siempre totalmente alineadas con esta agenda.

La victoria de Trump reforzó la oposición de la derecha global a organizaciones multilaterales como el G20 y la ONU. Ahí está la singularidad del presidente Nayib Bukele, de El Salvador, quien impulsó el uso de las criptomonedas como estrategia de desarrollo económico. Desde la elección de Trump, Bitcoin se ha apreciado sustancialmente, impulsado por el optimismo de los inversores ante el apoyo estadounidense al sector y el nombramiento de Elon Musk en su gobierno. En El Salvador, bitcoin se convirtió en moneda común en 2021, pero Bukele reconoció que la adopción popular fue limitada, aunque las ganancias financieras fueron relevantes.

Bukele, con una política monetaria innovadora, y Milei, con una reducción del Estado para debilitar a los burócratas e impedir el uso político de la maquinaria pública. En línea para unirse al grupo de las derechas más destacadas del mundo, Santiago Abascal, líder del partido español Vox, defiende la lucha contra la inmigración ilegal y la promoción de los valores tradicionales. Vox ha ganado un apoyo creciente e influyó en la escena política, como parte del fenómeno de fortalecimiento de los conservadores en Europa. Otro candidato es André Ventura, líder del partido portugués Chega, fundado en 2019. El partido obtuvo el 18,1% de los votos en las elecciones de marzo, consiguiendo 50 escaños en la Asamblea de la República, cuadriplicando la representación anterior. Pero para mostrar cómo la inclusión social está viva, las elecciones de izquierda en Uruguay chocan en América del Sur. La elección de Yamandú Orsi, del partido de centro izquierda Frente Amplio, para la presidencia de Uruguay es un contrapunto al reciente ascenso global de la derecha.

En noviembre, Orsi ganó la segunda vuelta con el 49,8% de los votos, superando a Álvaro Delgado, representante de la derecha que logró el 45,9%. Su victoria marca el regreso de la izquierda al poder en el país, sucediendo a Luis Lacalle Pou, de derecha. En el escenario latinoamericano, el logro de Orsi está en línea con otros de izquierda en la región, como el de Claudia Sheinbaum en México. Dos victorias muy importantes demuestran que la realidad puede derrotar a los “proyectos de derecha”.

Por: Tulio Ribeiro/


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