Días atrás, el presidente del Banco Central de Bolivia (BCB) dio a conocer que las reservas internacionales netas del país se incrementaron de $us 1.709 millones (31 de diciembre de 2023) a 1.905 millones (31 de agosto de 2024), pero este incremento pareciera insignificante, sin embargo se debe considerar que hay condiciones externas e internas que se están superando.
En el ámbito externo, tenemos el incremento de las tasas de interés de las principales potencias, lo que ocasiona que la mayor parte de los capitales financieros vayan al sistema financiero de estos países; también se tienen los conflictos bélicos (Rusia – Ucrania e Israel – Hamás), que, aparte de incrementar el precio del petróleo, hacen que una buena parte de los recursos financieros se destinen al financiamiento de armamento y otros gastos militares.
En el aspecto interno, las dificultades son más irracionales, ya que por intereses político electorales se bloquean créditos internacionales que están destinados a proyectos de inversión, sobre todo a carreteras, esto debido a intereses políticos, llegan a tal grado de irracionalidad que se bloquea un crédito de “reposición” que viene de organismos internacionales, que en tiempos de pandemia se comprometieron a colaborar al país para temas sociales, por ejemplo el pago de luz, agua y otros servicios de las familias mas pobres, una vez que el Estado boliviano pagó las facturas de las familias pobres, estos organismos internacionales enviaron los recursos a nuestros país, pero la Asamblea Legislativa no aprobó ni aprueba, haciendo que esos recursos estén en la “congeladora”, que seguramente serán aprobados cuando su candidato presidencial gane las elecciones de 2025.
Este crecimiento de las RIN se debe principalmente a la aplicación de la Ley N° 1503 (la ley del oro) que permitió al BCB comprar 12,38 toneladas de oro del mercado interno. Este incremento permitió tener al país el respaldo financiero tanto para el pago de la deuda externa programada, así como seguir con la subvención de hidrocarburos, para mantener el poder adquisitivo de la moneda nacional, sobre todo de las familias de escasos recursos.
En una política contraria a la que aplica el Estado boliviano, el gobierno argentino procedió a vender el oro de las reservas internacionales de la Argentina por $us 1.500 millones, todo esto sin la aprobación del parlamento argentino, con el único fin de tener liquidez para poder realizar un nuevo incremento de los salarios de los parlamentarios, el incremento de presupuesto de la agencia de inteligencia mediante “gastos reservados”.
Pero para contener la inflación del país vecino, Milei redujo los subsidios a las familias pobres, así como la negación de una nivelación a los jubilados argentinos. Todas estas acciones contra los sectores desposeídos de la Argentina traen consigo graves efectos sociales, así tenemos que el último informe de la Unicef establece que más de un millón de niños en Argentina van a dormir sin cenar y cerca de tres millones de padres dejan de consumir algún alimento del día para proveer el mismo a sus hijos, ni qué decir del incremento de la pobreza que llego a 48,3%.
Los ciudadanos bolivianos debemos valorar estos aspectos sociales, que, pese al contexto de boicot interno, sumado a las condiciones externas, seguimos resguardando el aspecto social del pueblo.
Escrito por Miguel Marañón.