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Poncho Hayruru

Venezolanos en el “El Pulgarcito de América”

El Gobierno de El Salvador viola hoy el derecho internacional y los derechos humanos ante un azorado continente.

Durante un prologado tiempo de la historia del siglo XX, los pueblos latinoamericanos en lucha expresaban su solidaridad con salvadoreños rebelados en contra dictaduras militares que asolaron esas tierras. Fueron 48 años de terrorismo de Estado que carcomieron las entrañas de una sociedad que terminó por desconocerse, por resistirse a su auto exterminio.

Quién hubiera imaginado entonces que aquella tierra de heroicos combatientes por la liberación nacional, los luchadores eternos guiados por Farabundo Martí, por sucesivos héroes anónimos asesinados en recurrentes masacres; que aquel suelo fecundo de Shafic Handal, de Arnulfo Romero, entre otros cientos de ejemplos de vida; quién diría que “El Pulgarcito de América” diera hoy lecciones de prepotencia y servilismo descarados, como una réplica grotesca de las políticas Washington.

Bajo la justificación de otorgar seguridad a la sociedad, el Gobierno salvadoreño ha instituido en ese país, verdaderos campos de concentración donde, según dicen sus autoridades, están delincuentes de alta peligrosidad y con interminables prontuarios de crímenes y violaciones de todo tipo. Nada para sentirse orgulloso, por cierto. Sin embargo, en ese frenesí policiaco, el Gobierno de El Salvador mantiene detenidos a 252 ciudadanos venezolanos deportados de Estados Unidos y que no cometieron ningún delito en ese país. Es más, como al parecer, ninguno de los “delincuentes” que son cazados, rapados, encadenados y humillados sin ninguna consideración, aquellos venezolanos migrantes echados de EEUU no fueron sometidos a juicio alguno ni tuvieron derecho a la defensa.  El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha calificado ese hecho de un secuestro internacional inadmisible, inhumano y absolutamente ilegal. La respuesta del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, avergüenza al mundo y chantajea con un “intercambio” de presos en Venezuela; les devolvemos a sus migrantes ilegales expulsados de EEUU a cambio de la lacra de filiación derechista y contrarrevolucionaria, dice Bukele (palabras más, palabras menos), convertido hoy el nuevo gendarme del vecindario. Sobre este bochorno internacional, ni la ONU ni la OEA han abierto la boca.

Entre tanto, de fondo, se escucha un cántico del venezolano del  inmortal Alí Primera:

Hermano salvadoreño

Viva tu sombrero azul

Dale que tu limpia sangre

Germinará sobre el mar

Y será una enorme rosa

De amor por la humanidad

Hermano salvadoreño

Viva tu sombrero azul

Por: Poncho Hayruru/


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