Hoy el vinilo no es exclusivo de coleccionistas, melómanos o nostálgicos amantes de lo vintage, es el formato que se está poniendo de moda nuevamente. El informe de la Recording Industry Association of America (RIAA) en 2022 señala que los aficionados a los vinilos compraron más de 41 millones de unidades frente a los 33 millones de CD que se vendieron.
La Paz, 09 de abril de 2023 (AEP).- Es un sublime momento el que se vive cuando la aguja de diamante toca el surco del disco de vinilo para reproducir la música análoga. Se cierra los ojos y se puede sentir dentro de la habitación al grupo o cantante como si las melodías fueran en vivo. Así de mágico es escuchar una canción en un tocadiscos.
Pero esta no es una escena de la década de los ochenta, es reciente, porque el vinilo revivió. Se puso de moda nuevamente y las empresas reabrieron las viejas fábricas en desuso, aniquiladas por el Compac Disc y el formato MP3.
Y es que los coleccionistas aseguran que el vinilo captura la fidelidad de una canción, que es imposible de superar en medios digitales, y que por eso hoy el vinilo genera nuevamente una industria a la que nostálgicos melómanos, adeptos a la música y las nuevas generaciones como los hípsters (asociados a lo vintage) también ven con agrado.
Para los fanáticos el vinilo nunca murió, nunca estuvo al borde de la extinción, tomando en cuenta que hoy las disqueras más grandes del mundo decidieron retornar al formato del LP long play o elepé (disco de larga duración) para lanzar desde reediciones de reliquias de diferentes géneros como el rock, hasta nuevo material en géneros como el reguetón.
El que fue considerado el rey de los formatos musicales desde 1950 hasta 1980 fue desplazado por el CD (Compact Disc) o disco compacto en la década de 1990, y prácticamente sepultado por el MP3 (formato de compresión digital para la transmisión rápida de archivos de audio y video a través de internet).
Hoy el vinilo no es exclusivo de coleccionistas, melómanos o nostálgicos amantes de lo vintage, es el formato que se está poniendo de moda nuevamente.
El informe de la Recording Industry Association of America (RIAA) en 2022 señala que los aficionados a los vinilos compraron más de 41 millones de unidades frente a los 33 millones de CD que se vendieron. Esto representa un 3% más que en 2021, cuya cifra fue de 40 millones. Algo que no había ocurrido desde 1987, cuando se registró una mayor venta de vinilos que discos compactos. Al mismo tiempo, informaron que las ventas en formato CD bajaron un 28%.
Taylor Swift, Harry Styles, Maluma y Bad Bunny son algunos de los artistas de moda que se subieron al estilo retro de la minúscula aguja navegando por un surco negro.
Para el antropólogo boliviano, músico y coleccionista de discos Fernando Hurtado Valdivia, el regreso al vinilo responde al hastío de la gente en la década del 2000, cuando las descargas de MP3 estaban a la orden del día.
“Había un montón de plataformas de descarga gratuita o de intercambio; si yo daba un disco de Metallica, por ejemplo, me daban otro de Led Zeppelin, o lo que sea, con personas de cualquier lugar del mundo”, recuerda el apasionado por la música.
Ese fenómeno mundial abrió la caja de Pandora y las empresas disqueras empezaron a perder dinero porque la música, gracias al internet que aún era lento, llegó al confín más remoto del mundo.
Pero el 13 de abril del 2000, la banda de rock Metallica demandó a Napster, un servicio para compartir música, por haber filtrado su sencillo I Disappear, de la banda sonora de Mission Impossible 2. Napster se declaró en bancarrota en 2002 y el problema terminó.
“Este juicio es clave porque a partir de ese momento aparecen millones de otras páginas; se cierra Napster y aparecen 300 páginas de descarga gratuita de Metallica. Entonces, luego aparecen mil, dos mil, tres mil páginas, y ya no puede hacer nada, así como sus empresas disqueras tampoco, y se le sale de las manos a todo el mundo”, explica Fernando.
En 2010 se registró la mayor expansión y difusión del MP3, entonces, los empresarios tomaron cartas en el asunto, pues empresas grandes como Sony, Warner y Universal decidieron volver a producir vinilos para ganar dinero nuevamente.
“Las empresas empezaron a producir el vinilo y a las nuevas generaciones les llamó la atención; a los hípsters, que son los más jóvenes y modernos, les gusta la onda retro”, refiere el antropólogo.
Coleccionistas
El DJ y coleccionista internacional de vinilos Abad Alarcón organiza dos veces al año la Feria del Vinilo en la ciudad de La Paz, a la que asisten coleccionistas, melómanos y nostálgicos compradores.
“Viajo a Holanda, a la feria más grande del vinilo que se realiza en Ámsterdam, y traigo discos europeos. Son dos veces al año, generalmente en abril y noviembre. Entonces, lo que yo hago es comprar el material y lo traigo acá, y por eso se realiza dos fechas al año”, explica.
Abad sabe que el negocio no le da para sobrevivir, pero al menos sí para dar felicidad a sus compradores, muchos de ellos sus amigos, quienes rememoran tiempos pasados con la calidad del audio que da un disco análogo.
“El sonido analógico suena más cálido que el digital, tiene más calidad, entonces la gente, y más los coleccionistas, la gente mayor, van inculcando a los que siguen, a sus hijos, y, como verás, hay gente joven asistiendo a la feria”, señala Abad.
Coleccionistas de la talla de Julio César Valda Ríos, quien tiene la colección más grande del país de Michael Jackson, acuden a la feria en busca de alguna reliquia o simplemente un disco que lo catapulte a la década dorada de los ochenta.
“No solamente vienen a la feria coleccionistas, vienen DJ, y el DJ solamente va a querer lo que es sonado en una noche de discoteca, pero Abad trae más allá de lo que es para un DJ, o sea, canciones que son bien buscadas. Yo, por ejemplo, aquí tengo uno que estoy escogiendo de Kc & The Sunshine Band, de 1982, que rara vez lo ponen los DJ”, refiere Valda.
El momento en que la aguja se coloca sobre el surco del vinilo y la música empieza a sonar por los parlantes no solamente es una linda sensación, sino que transporta al pasado y los recuerdos de aquella época fluyen. Cuando se cierran los ojos, un vinilo es una especie de máquina del tiempo.