La presidenta de Honduras recordó que los golpes representan violencia, destierro y violación a DDHH.
La presidenta de Honduras, Xiomará Castro, denunció ayer que se está fraguando un golpe de Estado contra su gobierno, en lo que fue su primera reacción a la ruptura del tratado de extradición con EEUU, luego de las declaraciones injerencistas de la embajadora de ese país en Tegucigalpa.
Castro manifestó: “Yo quiero decirles que se está fraguando un plan contra nuestro gobierno, ayer (miércoles) atacaron al jefe en las Fuerzas Armadas y el ministro de Defensa en nuestro país”.
Valoró que eso significa “un ataque que no se puede permitir porque debilita la institucionalidad de las Fuerzas Armadas”, ahora que están enfocadas al proceso electoral.
La mandataria recordó: “Ya vivimos un golpe de Estado y sabemos lo que eso significa”. Explicó que “eso significa violencia, destierro, persecución, violaciones en los derechos humanos”.
En ese sentido, afirmó: “Prometerle al pueblo hondureño que no más golpes de Estado” y que no va a permitir que “se utilice el instrumento de extradición para intimidar o chantajear a las Fuerzas Armadas de Honduras”.
El jueves 27 de enero de 2022, Castro fue investida como la primera mujer presidenta de Honduras luego de ser elegida en las urnas el 28 de noviembre de 2021. La izquierdista empezó una legislatura de cuatro años.
Xiomara Castro es la esposa del expresidente hondureño Manuel Zelaya, quien fue derrocado el 28 de junio de 2009. Sus opositores aseguran que fue derrocado por, entre otras, acercarse a Venezuela y Cuba y saltarse varias leyes de su país. Sus seguidores lo consideran un golpe de Estado.
Honduras se encuentra en el centro de una tormenta diplomática que involucra acusaciones de injerencia estadounidense y amenazas de desestabilización interna. El canciller hondureño, Enrique Reina, denunció un intento de “golpe de barracas” que, según fuentes de inteligencia, estaría vinculado a recientes declaraciones de la embajadora de Estados Unidos, Laura Dogu.
El canciller Reina informó que la inteligencia hondureña detectó un plan para dividir a las FFAA, con el fin de destituir al jefe Rossvelt Hernández.
Agencias