Con su diversidad de sabores y tradiciones se ha ganado fama incluso fuera de las fronteras y ostenta el título de Capital de la Gastronomía Boliviana.
Ubicada en el centro de Bolivia, Cochabamba destaca por sus fértiles valles situados entre la cordillera de los Andes. Conocida como la región de la eterna primavera, se beneficia de un clima mediterráneo ideal para el descanso, la salud y la recreación, atrayendo a turistas tanto nacionales como internacionales. Según el Viceministerio de Turismo, esta región no solo es un paraíso natural, sino que también brilla por su riqueza cultural y gastronómica.
A propósito del aniversario de esta hermosa región, Ahora El Pueblo ha elaborado un detallado listado de los atractivos históricos y turísticos que adornan al departamento conocido también como la Llajta. Además de su impresionante paisaje, la región es famosa por su exquisita gastronomía, motivo por el cual ha sido reconocida por la Unesco como Ciudad Creativa en Gastronomía.
Desde su diversidad de ecosistemas hasta sus patrimonios arqueológicos y culturales, Cochabamba ofrece una experiencia única para todos los visitantes. Su combinación de belleza natural, historia rica y tradiciones vivas la convierten en un destino imperdible.
Legado invaluable
Históricamente, los valles de Cochabamba —valle alto, valle bajo y valles del cono sur— han sido los graneros de Bolivia, de acuerdo con información del Viceministerio de Turismo. Este papel crucial se ha mantenido desde la época precolombina, colonial y republicana hasta hoy.
La región alberga un valioso patrimonio arqueológico con sitios emblemáticos como Incallajta, Qhapaq Ñan e Inca Rakay, que son herencia de las culturas Tiwanaku e Inca. La Nación Indígena Originaria Quechua, que habita Cochabamba, también contribuye a la riqueza cultural con sus tradiciones y costumbres.
Biodiversidad
La Llajta es un paraíso para el ecoturismo. La región cuenta con una gran biodiversidad en sus ecosistemas montañosos. Al norte, el Parque Nacional Tunari presenta bosques semiáridos, mientras que al noreste el Parque Nacional Carrasco destaca por sus bosques nublados y pluviselvas. Estos parques son ideales para actividades como el aviturismo, trekking y turismo recreativo.
Cochabamba está situada a los pies de la cordillera del Tunari, en un fértil y productivo valle a 2.558 metros sobre el nivel del mar. Fotos: Viceministerio de Turismo
Conectado con Cochabamba, el Parque Nacional Torotoro, conocido por su impresionante geografía, forma parte de una ruta cultural junto a los pueblos coloniales de Tarata, Totora, Aiquile, Arani, Pocona y Punata. Estos pueblos ofrecen una visión del pasado colonial con su arquitectura y tradiciones perdurables.
Gastronomía de excelencia
“El cochabambino no come para vivir, vive para comer”, es una de las frases más populares y arraigadas en Cochabamba, que va de la mano con otro dicho muy conocido: “No hay mejor lugar que Cocha para comer”. Esta merecida reputación le ha otorgado el título de Capital Gastronómica de Bolivia, ganado gracias a la amplia variedad de sazones, aromas y sabores que caracterizan la auténtica gastronomía qhochala.
Foto: Ministerio de Culturas
Sin duda, uno de los platillos bandera de la región es el chicharrón, acompañado de la tradicional chicha, un deleite para el paladar que los qhochalos sirven sin escatimar, según Abel Aruquipa, un reconocido chef cochabambino en la ciudad de La Paz, por traer todos los sabores de la tierra valluna hasta la sede de gobierno.
También se destacan en sabor el silpancho cochabambino, un plato tradicional que consiste en carne de res apanada, frita al sartén y servida con huevo frito, ensalada fresca de cebolla, tomate y locoto (llajua). Otra delicia es el pique a lo macho, preparado con carne de res picada, salchicha, chorizo, locoto, cebolla y papa frita, entre otras exquisitas combinaciones culinarias.
El trópico
El trópico de Cochabamba y comunidades interculturales (que también pertenecen al norte integrado de Santa Cruz) están situados en la ecorregión de Yungas, es conocido por su clima tropical y exuberantes pluviselvas. Esta región es una de las más lluviosas del planeta y destaca por su producción agroindustrial, que incluye café, cítricos, banano, palmito y plantas industriales como urea y papel. También es el lugar donde se cultiva la hoja de coca, con oportunidades para el agroturismo.
Los ríos caudalosos, como el Ichilo e Isiboro, permiten disfrutar de deportes de aventura como rafting y canotaje. Los parques nacionales Carrasco y Amboró, situados en las laderas orientales de los Andes, ofrecen una amplia variedad de ecosistemas, desde lagunas glaciales hasta bosques nublados.
Destino cultural y natural
Al norte del trópico, el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure alberga a las naciones yuracaré, yuqui y chimán, que viven en los bosques tropicales y a lo largo de los ríos. La biodiversidad y las costumbres de estas comunidades añaden una dimensión cultural única al turismo.
La oferta de servicios turísticos ha crecido de manera constante en los polos de Villa Tunari, en Cochabamba, y Buena Vista, en Santa Cruz. Desde estos puntos se accede, a través de la Carretera Bioceánica y caminos secundarios, a diversas atracciones naturales, culturales y de aventura. Además, el destino cuenta con un aeropuerto internacional en Chimoré, lo que facilita el acceso. Este destino es especialmente popular entre el turismo interno, ideal para el descanso y la recreación, gracias a la presencia de balnearios en hoteles, ríos y lagunas, todo en un agradable clima tropical.
A partir de su historia, la región dio a Bolivia una herencia en cultura, arte y gastronomía, según artistas que han transcendido las fronteras. Cochabamba ha sembrado en Bolivia una cultura única y típica, producto de una simbiosis de diversos orígenes étnicos. Esa herencia, combinada con una gastronomía excepcional, ofrece una experiencia completa para cualquier visitante.
La Paz/AEP
