El concierto fue parte de los festejos por los 400 años de trabajo formativo de la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca.
La Paz, 02 de abril de 2024 (AEP). – El patio histórico de Casa de la Libertad, testigo silencioso del nacimiento del país, recibió a la escuela de música de San Ignacio de Moxos. El evento se celebró como parte del homenaje a los 400 años de la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca. Entre los invitados especiales se encontraban el presidente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FC-BCB), Luis Oporto Ordóñez, y los consejeros de administración: Jhonny Quino, Guido Arze y Manuel Monroy Chazarreta.
La música de la Amazonia llegó hasta Casa de la Libertad. Al estilo barroco, los violines, violonchelos, contrabajos e instrumentos nativos recordaron un pasaje de la historia del país, la huella de los jesuitas que fundaron el pueblo a finales del siglo XVII.
San Ignacio de Moxos es una de las reducciones jesuíticas de Sudamérica, donde hace más tres siglos la cultura hispánica se impregnó en los habitantes locales que vivían de la crianza y caza de animales. Uno de los legados culturales es la música, que era resguardada por ancianos que transmitieron sus conocimientos a sus hijos; sin embargo, la llegada de nuevos tiempos trajo consigo la falta de interés de los más jóvenes. Ante ello surgió un proyecto de rescate de esas melodías que ahora es parte de la cultura moxeña.
Ante la importancia de fortalecer estas manifestaciones de los pueblos indígenas, el director de Casa de la Libertad, Mario Linares, gestionó el concierto gratuito que embelesó al público asistente.
“Es un placer tener la distinguida presencia del Ensamble de Moxos. La música del Beni no se hubiera llegado a conocer si no fuera por la maravillosa obra que hace la escuela. Celebramos con gratitud a la orquesta, quienes no dudaron en acompañarnos en esta magnífica noche”, sostuvo Linares.
La directora de la escuela, Raquel Maldonado, recordó que el trabajo se gestó hace 29 años, con el objetivo de recuperar la memoria cultural de los pueblos de la Amazonia boliviana.
Maldonado resaltó que la escuela también se dedica a salvaguardar la Ichapekene Piesta, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2012. La festividad reinterpreta el mito fundacional moxeño de la victoria jesuítica de San Ignacio de Loyola, asociado a las creencias y tradiciones indígenas.
La directora precisó que por ello utilizan instrumentos hechos con las formas ancestrales para conservar el sonido que se escuchaba en ese entonces.
“La música persiguió a la religión y se resignificó, esa es una muestra de nuestra identidad y cultura. En cada fecha del calendario litúrgico, esa música vuelve a ser escuchada. Si bien es barroca, es diferente. No suena como la europea, por eso nuestro repertorio también contiene música de la tradición oral que no está escrita, pertenece a nuestros abuelos”, explicó Maldonado.
El recital inició con música de la Semana Santa en Moxos, como la Sinfonía de la olimpiada de Vivaldi, Kyrie de la misa a la fuga San Jhoseph, Pasión moxeña y continuó con los coros y el repertorio de la conmemoración cristiana.
La segunda parte estuvo dedicada a recordar la música moxeña, recuperada de la tradición oral. La última pieza aludió al velorio tradicional, entonces se lucieron las máscaras, tambores, sombreros de alas anchas. Los macheteros que llevaban un tocado de plumas en forma de rayos de sol, una túnica blanca y un machete en la mano anunciaban el final del emocionante concierto.
