Gunnar Mendoza Loza, archivista, bibliógrafo e historiador, fue y es ejemplo de trabajo metódico y perseverante, con vocación de servicio en el cumplimiento del deber. Ya lo dice el dicho: “El que no vive para servir, no sirve para vivir”.
Este año 2024 se destacan tres fechas importantes en la vida de Gunnar Mendoza Loza: 30 años de su fallecimiento (5 marzo), 80 años de su posesión como director del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (3 abril) y 110 años de su nacimiento (3 septiembre) en Uncía, provincia Bustillo, del departamento de Potosí.
Evocar la figura y obra de Gunnar Mendoza es referirse a muchas facetas y cualidades de este trabajador y artesano de la cultura, como archivista, historiógrafo, bibliotecario y bibliógrafo, “atrincherado” desde su cuartel-hogar del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB).
Fue y es ejemplo de trabajo metódico y perseverante, con vocación de servicio en el cumplimiento del deber. Ya lo dice el dicho: “El que no vive para servir, no sirve para vivir”.
Jaime Mendoza, en Sucre, con sus hijos Lucía y Gunnar.
Afectado por la “célula primordial del oficio”, a temprana edad fue ayudante de los trabajos historiográficos-geopolíticos de su padre, Jaime Mendoza, su mentor (uno de sus maestros-modelos), quien estimuló la naciente vocación historiográfica de su hijo. En 1924, cuando el niño Gunnar contaba con nueve años de edad, Jaime Mendoza le imprime una dedicatoria-mensaje en su ensayo La Universidad de Charcas y la idea revolucionaria, y que Gunnar Mendoza la asume como un mandato y en su propio destino.
Como trabajo-homenaje, Gunnar Mendoza ha elaborado y le ha dedicado a su padre la monumental Bio-bibliografía de Jaime Mendoza, 1886-1993. Escritos de (A) JM; Escritos sobre (B) JM (Sucre, 1974-1993. Fichero). Y una serie de 20 trabajos que se han compilado en sus Obras completas.
Los estudios elementales los realiza bajo la tutela de sus padres (1920-1925). Al instalarse la familia Mendoza en la ciudad de Sucre, estudia en el colegio Sagrado Corazón (1926-1931); siendo un destacado estudiante fue merecedor de certificados de ‘Testimonio de Honor por su Buena Conducta y Aplicación’ y del primer premio en certámenes y asignaturas. Al concluir sus estudios de secundaria, como representante del 6º curso, se despide con un mensaje de agradecimiento (Adiós al Colegio. El País. Sucre, 21.Oct.1931). Luego estudia en la Facultad de Derecho de la Universidad de San Francisco Xavier (1932-1936). Al obtener la Beca Rockefeller, realiza estudios de especialización en archivología en el Instituto de Archivos de The American University y el Archivo Nacional Estados Unidos, en Washington DC (1958-1959).
Mientras estudia Derecho, es miembro de la Comisión Revisora de Documentos sobre el Chaco (1933-1936), del Ministerio Relaciones Exteriores (en el Archivo Nacional de Bolivia). Es su primer contacto con el ANB con la compulsa, desciframiento y copia de documentos coloniales y republicanos.
Gunnar Mendoza (centro) en puertas de la ABNB.
En su juventud practicó el oficio periodístico como redactor, editor y director del periódico El País de Sucre (1937-1938). A través de una serie de artículos, notas y editoriales emprende temas de actualidad (cuestión agraria, educación, servicios básicos, higiene y salubridad, tradiciones, cuestión política y social, urbanismo, etc.), de denuncia y crítica contra la injusticia social; circunscribiéndose en beneficio del interés público, de los intereses de Chuquisaca y Bolivia. Anteriormente (1931-1932 y 1937) ya había escrito seis artículos en El País.
Gunnar Mendoza fue y es un destacado archivista, historiógrafo y bibliógrafo. Dinamizando esta triple actividad ha desempeñado varias tareas que le consagraron como distinguido trabajador en la preservación y difusión de los recursos documentales y bibliográficos de y sobre Bolivia. Durante 50 años (1944-1994) dirigió el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB), donde se dedicó a la organización, descripción y servicio de esta institución. Su considerable producción intelectual cuantitativa y cualitativa se encuentra en libros, folletos, revistas, boletines, periódicos y escritos inéditos, que se han reunido en sus Obras completas, editadas por el ABNB (Sucre, 2005-2007).
En historiografía tiene estudios sobre la historia social, principalmente, con la edición, como publicista documental, de obras imprescindibles: Diario de un comandante de la independencia americana,1814-1825 de José Santos Vargas (Sucre, 1952; México, 1982, La Paz, 2008); Relación general de la Villa Imperial de Potosí: Un capítulo inédito en la historia del Nuevo Mundo, de Luis Capoche, en coedición con Lewis Hanke (Madrid, 1959); Causa criminal contra Francisco Ríos, El Quitacapas,1809-1811 (Sucre, 1963); Historia de la Villa Imperial de Potosí, de Bartolomé Arzáns de Orsúa y Vela en coedición con Lewis Hanke (Providence, Rhode Island, 1965); Diccionario y maneras de hablar que se usan en las minas y sus labores en los ingenios y beneficios de los metales (1609), de García de Llanos (La Paz, 1983); Álbum de paisajes, tipos humanos y costumbres de Bolivia, 1841-1869 de Melchor María Mercado (La Paz, 1991); Sucre y la organización de la República de Bolivia en 1825 (Sucre, 1998).
Gunnar Mendoza tuvo varias facetas en su vida laboral e intelectual.
De los estudios biográficos, destacan versiones originales de Gabriel René-Moreno, historiador y bibliógrafo; de Jaime Mendoza; del historiador-guerrillero José Santos Vargas; de Bartolomé Arzáns de Orsúa y Vela, cronista colonial; personajes con quienes se identificó plenamente, considerándolos sus maestros-modelos, y de Pedro Vicente Cañete y Melchor María Mercado.
Al referirse a sus maestros-modelos, entre otros, decía de los jóvenes investigadores: “...son y serán hasta el final sus maestros, no a pesar de su juventud sino por su juventud. Ellos ni se dan cuenta de esto /.../ Le dan lecciones de vida, y la vida vale más que la historiografía” (1986). Cuando un grupo de investigadores, nacionales y extranjeros, le dedica Estudios bolivianos en homenaje a Gunnar Mendoza L. (1978), don Gunnar corresponde con un trabajo y les decía: “...nosotros hemos aprendido de ellos más que ellos han aprendido de nosotros, no sólo en los menesteres de los oficios archivístico, bibliográfico y/o histórico, sino en los menesteres del supremo oficio de la humanidad y de la vida /.../ Pues no hay mejor maestro que el que no pretende enseñar ni mejor aprendizaje que el que se hace sin saber siquiera que uno está aprendiendo” (1979).
Su preocupación y atención constantes sobre la situación de los archivos y documentos de Bolivia se orientan a la preservación y conservación desde la legislación archivística con proyectos originales de disposiciones legales (decretos supremos 05758, 13957, 22144, 22145, 22146, 22199, 22396), con la recopilación de estos e informes. Asimismo, sobre bibliotecas (Depósito Legal: 1834, 4650).
En cuanto a estudios y artículos —cuyo pensamiento se refleja en teoría y metodología— se cuenta sobre archivística, historiografía, ensayos, comentarios y crítica. También escribió notas preliminares y prólogos a obras de otros autores sobre archivística, arte, historia, literatura, etnografía, sociología y para la publicación y difusión de documentos o fuentes particularmente del ABNB en periódicos y revistas.
En bibliografía destaca fundamentalmente la monumental Bio-bibliografía de Jaime Mendoza, 1886-1993. Escritos de (A) JM; Escritos sobre (B) JM (Sucre, 1974-1993. Fichero). También se cuenta sobre Pedro Vicente Cañete, Gabriel René-Moreno, Ricardo Jaimes Freyre; la Bibliografía guaraya preliminar (1956), Los cien primeros años del periodismo impreso en Bolivia, 1823-1922 (1979). Asimismo, su currículum vitae (registro de su producción intelectual).
Las conferencias o discursos —exposiciones orales en relación a su trabajo intelectual— fueron ampliamente presentadas por Gunnar Mendoza sobre archivística, historiografía, bibliotecología, arte y cultura, así como en ocasión de las distinciones y homenajes, en congresos y reuniones, presentaciones de libros, actos oficiales del ABNB y otros.
Don Gunnar Mendoza impulsó y participó en varios congresos, coloquios, reuniones, seminarios, etc. (alrededor de 24, con su asistencia y/o envío de ponencia: 14 nacionales y 10 internacionales), particularmente sobre archivística y fuentes documentales, asimismo sobre bibliotecas.
Por su inagotable labor y producción intelectual, así como ejemplar maestro, fue acogido por destacadas instituciones y organizaciones académicas y culturales del país y del extranjero, habiendo sido merecedor de varias distinciones y homenajes —sin importarle ser recompensado, tomándolo más bien como estímulo para continuar en la ardua labor que él se imponía (autoexigencia)— a los cuales respondía con un trabajo intelectual o discurso: Premio Nacional de Literatura-Ministerio de Educación y Bellas Artes (1956); Premios Anuales del Sindicato de Trabajadores de la Prensa de Chuquisaca y el Semanario El Noticiero (1978); Estudios Bolivianos en Homenaje a Gunnar Mendoza L. (1978); Condecoración Nacional de la Gran Orden Boliviana de la Educación - Ministerio de Educación y Cultura (1979); Premio a la Cultura de la Fundación Manuel Vicente Ballivián (1979); Condecoración española de Gran Maestre de la Orden del Mérito Civil (1985); Doctor Honoris Causa de las Universidades San Simón de Cochabamba (1984); San Andrés de La Paz (1985); San Francisco Xavier de Chuquisaca (1986); Tomás Frías de Potosí (1988); Placa de Homenaje de la Asociación de Residentes Chuquisaqueños de La Paz (1986); Condecoración Municipal Gran Churuquella - Alcaldía de Sucre (1987); Placa de Homenaje de la Asociación Nacional de Expositores del Libro - La Paz (1988); Premio Nacional de Cultura - Ministerio de Educación y Cultura (1988); Condecoración de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (1990).
Al recibir el Premio Nacional de Cultura (2 marzo de 1989), sentenció: “... estas distinciones son para nosotros ante todo un estímulo para seguir trabajando en una tarea que no está ni mucho menos terminada, pues queda en ella todavía mucho que podemos y debemos hacer. En realidad, para nosotros esta tarea exige ‘morir al pie del cañón’”.
Sus Honras y Exequias Fúnebres (7.Mar.1994) contaron con la participación de varias instituciones (académicas, culturales, universitarias, políticas) y/o autoridades nacionales, locales, oficiales y/o públicas y privadas; amigos y familiares. Una serie de homenajes póstumos se realizaron en Sucre, La Paz, Potosí, Cochabamba y Santa Cruz, que expresaron reconocimiento a este conspicuo ciudadano que honró a Bolivia, por lo que fue considerado entre los 100 personajes del siglo XX.
En su homenaje se han creado dos premios: Distinción Unión de la Cámara Junior de Sucre Jóvenes Unidos para el Progreso (Vocación a la Cultura, versiones: I-IX, 1994-2003), y el Premio Nacional de Promotores de la Cultura del Ministerio de Educación y Cultura (Resolución Suprema 27 de mayo de 1998).
Fue y es paradigma del trabajo no sólo en el ámbito de la archivística, la historiografía y la bibliotecología, sino también un ejemplo de vocación y servicio para cualquier dirigente, empleado público, empresario, médico, político, etc. Se definía a sí mismo como “un simple trabajador”, “un trabajador más”, o un “artesano de la cultura”, que cumplía su faena lo mejor que podía con la consagración de sus actividades y deberes, de la misma manera en que otros consagran las suyas al estudio, la música, el deporte, la política, en fin, a la vida.
La Paz/AEP