La festividad marca también los 100 años de la coronación de la deidad como Reina de Bolivia, en un evento que une tradición, espiritualidad y cultura.
Copacabana, a orillas del imponente lago Titicaca, se alista para vivir una de las celebraciones más importantes de su historia el 1 y 2 de febrero: la festividad de la Virgen de la Candelaria, que en 2025 conmemora los 442 años de su entronización y el centenario de su coronación como Reina de Bolivia.
“La Virgen de Copacabana es mucho más que un símbolo religioso. Es un punto de unión entre lo espiritual y lo cultural, con una trascendencia que va más allá de nuestras fronteras”, afirmó Richard Paye López, director de Cultura y Turismo del Gobierno Autónomo Municipal de Copacabana.
Ayer, autoridades del Ministerio de Culturas y del municipio dieron inicio oficial a los preparativos para la Festividad de la Virgen de Copacabana, un evento cargado de tradición y espiritualidad.
La alcaldía, en conjunto con la Iglesia Católica, la Cámara Hotelera, la Federación de Gremiales y el sector lacustre, trabaja de manera coordinada para ultimar detalles y garantizar una experiencia inolvidable para los visitantes que llegarán al municipio.
UNA CELEBRACIÓN DE CULTURA Y FE
La festividad arrancará el sábado 1 de febrero con una entrada folklórica que reunirá danzas autóctonas y expresiones tradicionales como la morenada, la kullawada y otros bailes que reflejan la riqueza cultural del país. Este evento no solo rinde homenaje a la Virgen, sino también a las tradiciones que unen a Bolivia en torno a su diversidad.
El domingo 2 de febrero, el día principal, se llevará a cabo una solemne procesión que recorrerá las calles del municipio, en la que devotos y visitantes llevarán a la Virgen en un acto cargado de espiritualidad y devoción.
“Esta fiesta no se limita a un solo día; es una celebración que ocurre a lo largo del año y que reúne no solo a la población de Copacabana, sino a cientos de peregrinos y turistas de diferentes lugares del país y del mundo”, explicó Paye, quien destacó el trabajo conjunto de las autoridades gubernamentales y municipales.
DEVOCIÓN CON IMPACTO INTERNACIONAL
El viceministro de Patrimonio e Industrias Culturales y Creativas, Juan Carlos Cordero Nina, aprovechó la ocasión para lamentar que, hasta ahora, la festividad y la imagen de la Virgen de Copacabana no hayan sido declaradas como patrimonio cultural nacional.
“Estamos en tiempos difíciles y de división, y es urgente reconocer lo que nos une como bolivianos. La declaratoria de la Virgen y su festividad como patrimonio cultural nacional debería ser un símbolo de nuestra identidad”, afirmó.
Cordero también destacó la importancia de postular la festividad de la Virgen de Copacabana a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco.
Según el viceministro, los milagros de la Virgen de Candelaria se remontan a los siglos XVII y XVIII, cuando los mineros de Potosí acudían a ella en busca de protección frente a los peligros del trabajo en la Casa de Moneda.
Su carácter milagroso ha dejado huella en generaciones de creyentes y continúa siendo motivo de devoción en diversas partes del continente.
Más allá de su festividad religiosa, Copacabana es un destino natural, cultural y arqueológico único. Este rincón del altiplano no solo guarda la Basílica de la Virgen, construida entre 1610 y 1651, sino también una conexión espiritual que trasciende el tiempo.
El viceministro resaltó que la influencia de la Virgen de Copacabana ha llegado a lugares tan lejanos como Brasil, donde una playa lleva su nombre, y Argentina, donde los peregrinos la veneran en la región del departamento boliviano de Tarija.
Enfatizó que esta devoción compartida es un testimonio del impacto cultural y espiritual de la Virgen en Sudamérica.
AEP