Desde 1973, esta formación ha permitido a profesionales bolivianos transformar sus carreras y elevar la archivística en el país. Estos archivistas, ahora líderes en su campo, continúan promoviendo la profesionalización y el reconocimiento del campo, demostrando la importancia de la capacitación en la preservación del patrimonio documental boliviano.
La Escuela Nacional de Documentalistas de España, adscrita a la Biblioteca Nacional de España, impartió el curso de Organización y Administración de Archivos, dirigido a archivistas iberoamericanos. Se trataba de cursos especiales de capacitación, impartidos mediante el Programa de Becas (PEC-1224-D) de la Organización de Estados Americanos, organizados por la Dirección General de Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Educación y Ciencia, con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores de España y la OEA.
El curso fue creado por la Resolución 7ª de la Primera Reunión Interamericana de Archivos (Washington, DC, octubre de 1961): Formación Profesional de Archiveros, en que se recomendaba la creación de la escuela y se ofrecía un plan de estudios.
Theodore Schellenberg y Gunnar Mendoza
Un hito fundamental es la creación del Comité de Archivos (1947), organismo especializado de la Comisión de Historia del Instituto Panamericano de Geografía e Historia, establecido para “ayudar a la conservación, arreglo y conocimiento de los archivos históricos de América”. Este Comité designó a T. R. Schellenberg para organizar la Primera Reunión Interamericana sobre Archivos (PRIA). Schellenberg tuvo que viajar hasta Potosí para entrevistarse con Gunnar Mendoza, con quien planificaron el amplio programa de la reunión. El célebre archivista norteamericano aprovechó su presencia en esa ciudad para dictar conferencias sobre organización de archivos. Asistieron a la PRIA, por Bolivia, Gunnar Mendoza, Guillermo Ovando Sanz y Mario Chacón Torres, al igual que los directores de archivo de Latinoamérica y Estados Unidos.
La PRIA concluyó sus debates con la Declaración de Principios y sus resoluciones se convirtieron en una verdadera base programática para el desarrollo archivístico entre las décadas de 1970 y 1980. Se crearon varios grupos de trabajo, entre ellos el de la Guía a las Fuentes de América Latina.
De izquierda a derecha, Luis Sánchez Belda, Carmen Pescador del Hoyo, Miguel León Portilla, NN, Carmen Crespo Nogueira, Javier Malagón y Vicenta Cortés Alonso.
Vicenta Cortés Alonso resume sus alcances: “este encuentro fue la primera piedra de la que han ido saliendo varios sillares del edificio de los archivos americanos. Es más, la semilla allí sembrada, simbólicamente, estaba germinando y se convertiría en un buen semillero de nuevas iniciativas”. Efectivamente, la PRIA originó un vasto programa de cooperación técnica que desarrolló España a favor de los archivos Iberoamericanos.
Los cursos de profesionalización de España
Vicenta Cortés Alonso fue la responsable de ejecutar la Resolución 7ª de la PRIA (Cf. Formación de Archiveros) desarrollada sobre la base del proyecto de Javier Malagón, donde surgieron los cursos auspiciados por el Centro Interamericano para el Desarrollo de los Archivos en Córdoba, Argentina (1972-1988), y los de la Escuela Nacional de Documentalistas en Madrid, España, con becas del Programa Especial de Capacitación de la OEA (PEC-1224), que se inició en 1973 y culminó en 1982, impulsado por José Sánchez Belda y ejecutado por Vicenta Cortés Alonso, a la sazón inspectora general de Archivos y directora del curso; Carmen Crespo Nogueira, directora del Centro de Conservación y Restauración y Carmen Pescador del Hoyo, directora del Archivo General de la Administración, en Alcalá de Henares. Celso Rodríguez, de origen argentino, alto funcionario de la OEA, apoyó incondicionalmente el desarrollo de los archivos de Latinoamérica.
Ingreso al Archivo General de Indias (AGI), en Sevilla, España.
Programa del curso
La malla curricular del curso comprendía la base sustancial de la archivística. Como se observa en las asignaturas y unidades:
1. Planificación y Organización de Archivos, impartida por Vicenta Cortés Alonso, cuyas unidades muestran su solidez: Documentación, Recursos Humanos, Edificios e instalaciones y Organización.
2. Paleografía y Diplomática Hispanoamericana (siglos XV al XVIII), a cargo de Araceli Guglieti, traía temas desafiantes y desconocidas para nosotros en esa época: escritura cortesana, redonda o de juros, itálica o bastarda, procesal (encadenada o de cadenilla), acompañada de prácticas, estudio diplomático del documento y análisis de cédulas reales, provisiones, ejecutorias de nobleza y juros.
3. Archivos Públicos y Privados, impartida por Pilar Sierra Navarro, incluía 36 unidades, entre las que destacan criterios de clasificación de archivos y política archivística española, que mostraba la estructura de los archivos españoles: Archivos Generales-Históricos, Archivos Regionales y Archivos provinciales; Archivos de la Administración Central; Archivos de la Administración de Justicia, Archivos de la Administración Provincial, Archivos de la Administración Local, Archivos militares, Archivos de la Fe Pública, Archivos del Patrimonio Nacional, Archivos Eclesiásticos, Archivos de las Reales Academias, Archivos de la Entidades y Corporaciones, Archivos de Sociedades Culturales y Recreativas, Archivos de Empresa, Archivos Familiares y Archivos Especiales.
Postulación conjunta, por Bolivia y España, del manuscrito de Pedro Vicente Cañete y Domínguez. Esther Cruces, directora AGI; Luis Oporto, presidente de la FC-BCB; Guillermo Morán, subdirector AGI; Cristina Díaz, jefa de Relaciones Internacionales del Ministerio de Cultura de España; y Julia Samper, archivera del AGI.
4. Conservación de Documentos de Archivo, impartida por Carmen Crespo, con tres unidades: Preservación, Restauración y Reprografía y Microfotografía.
La quinta materia. 5. Administración, Clasificación y Ordenación de Archivos, impartida por Carmen Pescador del Hoyo, con cuatro unidades: Consideraciones Generales, Administración de los Archivos, Trabajo Técnico.
6. Instrumentos de Trabajo: Confecciones y Publicaciones, impartida por la misma profesora, con las unidades: Terminología, Definiciones, la Ficha Catalográfica de Archivo.
7. Instituciones Españolas en América, impartida por Ricardo Jerez, contemplaba las unidades: Gobierno Central, Las Audiencias, El Virrey, el Gobierno Local, la Justicia, el Notariado, las Instituciones de Comercio y la Iglesia.
8. Temario de Confección sobre Archivos de Empresa, con ocho unidades referidas a las funciones, interconexiones, valoración, topología documental, manuales, esquema orgánico empresarial, información archivística y secundaria, papel de los archivos en los sistemas de documentación empresarial.
9. Introducción General y Métodos, impartida por Guillermo de Ávila, con siete temas: Organización y métodos, racionalización y simplificación del trabajo, programación y control, normalización.
10. Informática, impartida por María Molina, con ocho unidades que mostraban los primeros planteamientos que luego darían lugar a la digitalización y los documentos electrónicos.
Como se puede ver, para su época, el curso abordaba temas vanguardistas, sin dejar de lado la base esencial de la archivística.
Pasantías profesionales
El curso asumió como método de enseñanza la teoría y praxis archivística. La primera se expresa en un sólido programa curricular muy actualizado con visión de futuro, como hemos visto. La asegunda fortalecía la formación teórica con pasantías y visitas a archivos emblemáticos de España. El VII curso del año 1979 realizó pasantías en el Archivo Histórico Nacional, Archivo del Ministerio de Hacienda (Madrid), Archivo General de la Administración (Alcalá de Henares), Archivo Histórico Provincial de Orense, Archivo General de Indias (Sevilla) y Archivo del Reino de Valencia. Se programaron visitas de estudio al Archivo Patrimonio Nacional, Archivo Histórico de Protocolos, Biblioteca Nacional, Biblioteca del Patrimonio Nacional, Departamento de Antropología y Etnología Americana y al Centro de Conservación Nacional. En las pasantías y visitas, logramos ver la aplicación práctica de la teoría archivística, fundamental para la formación profesional.
Documentos de las colonias de España en América, en el Archivo General de Indias.
Participación de archivistas bolivianos
El Archivo de La Paz, dependiente de la Carrera de Historia de la Universidad Mayor de San Andrés, envió jóvenes estudiantes e historiadores a formarse en los cursos especiales de capacitación. El primer curso se realizó en 1973 y el décimo en 1982. Participaron 157 alumnos de Argentina (18), Bolivia (13), Brasil (14), Colombia (8), Costa Rica (11), Chile (11), Ecuador (11), Guatemala (1), Haití (2), Honduras (2), México (12), Nicaragua (5), Panamá (3), Paraguay (5), Perú (23), República Dominicana (4), El Salvador (4), Uruguay (3) y Venezuela (7).
Asistieron por Bolivia Mary Money (1975), Mario Chacón Torres, Jorge Guzmán Soliz (1976), Luis Tejerina Cisneros (1977), René Arze Aguirre, Luis Tapia Campos (1978), Jorge Cortés Rodríguez, Luis Oporto Ordóñez (1979), Elvira Cárdenas Román, Roberto Choque Canqui, Édgar Valda Martínez (1980), Gonzalo Aguilar Dávalos y Laura Escobari de Querejazu (1981). Su extensión natural vendría a ser la Escuela Iberoamericana de Archivos que se imparte en Alcalá de Henares (Madrid, España).
La mayoría de los becarios bolivianos tuvieron destacado desempeño a su retorno a Bolivia. Por ejemplo, Mary Money es actualmente profesora titular de Paleografía y es la primera posdoctora en Historia; René Arze Aguirre fue director de la carrera de Historia de la UMSA y director del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia; Roberto Choque Canqui fue el primer historiador aymara titulado, fue director del Archivo de La Paz (UMSA) y del Archivo Histórico Municipal de Cochabamba; Édgar Valda Martínez fue director del Archivo de la Casa Nacional de Moneda y actualmente es profesor en la Carrera de Historia de la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca; Laura Escobari fue directora del Archivo de La Paz y se jubiló como profesora titular de la carrera de Historia de la UMSA.
Visita al alma mater, la Biblioteca Nacional de España. A la derecha, el monumento al rey Alfonso el ‘Sabio’.
Retorno al alma mater
El 24 de septiembre de este año se desarrolló una reunión técnica para postular, conjuntamente por Bolivia y España, el manuscrito original de Pedro Vicente Cañete, titulado Guía geográfica, histórica, política y legal de Potosí (1897), al Programa Memoria del Mundo de la Unesco.
Fue emocionante ingresar al Archivo General de Indias (AGI), en la histórica ciudad de Sevilla, para evaluar el manuscrito original de la guía que custodia el Archivo de la Casa Nacional de Moneda en Potosí, Bolivia, y el manuscrito original con el título de Descripción, que custodia el AGI.
En el despacho de la directora Esther Blanco Cruces se encuentran los retratos de los promotores de la creación del AGI: Juan Bautista Muñoz, el fundador, flanqueado por los retratos de los reyes Carlos I y Carlos III, que apoyaron cada cual en su momento a fortalecer los archivos de indias.
Concluida la reunión, viajé a Madrid para retornar a Bolivia. Después de 45 años tuve la oportunidad de visitar a mi alma mater en la archivística profesional. En efecto, en 1979 fui becario del VII Curso de Organización y Administración de Archivos, que fue determinante para desarrollar mi vocación de historiador experto en archivística, habiendo obtenido por examen de competencia la plaza titular de docente de Archivística en la carrera de Historia de la UMSA.
Las escalinatas, que conducen al imponente edificio de la Biblioteca Nacional están flanqueadas por los monumentos de Nebrija, Lope de Vega, Cervantes, San Isidoro y el Rey Alfonso el Sabio. Este destaca por haber ordenado la compilación de la legislación feudal ordenadas en las Siete Partidas, que fueron trasladadas a América, siendo el primer corpus indiano.
*Magister scientiarum en Historias Andinas y Amazónicas. Docente titular de la carrera de Historia de la UMSA.
La Paz/AEP