La antigua imagen, considerada milagrosa desde el siglo XIX, sigue siendo el símbolo de unidad y esperanza para este rincón de la provincia Muñecas, donde la fe se celebra entre montañas verdes y gestos de hospitalidad. Hoy, la comunidad, la iglesia y organizaciones de chumeños se unen para impulsar la restauración total del templo parroquial.
- Víctor Hugo Monroy Arias
Entre colinas cubiertas de un verde vibrante, que parece no tener fin, emerge Chuma, la capital de la provincia Muñecas, del departamento de La Paz, como un paraje donde la naturaleza y el alma se entrelazan en armonía. Este pintoresco pueblo, envuelto en campos de maíz y árboles frutales, no es solo un punto en el mapa, es un susurro del pasado que aún resuena entre los surcos de la tierra y en las ramas cargadas de frutos. Es mucho más que un paisaje encantador: es un refugio de calidez humana, en la que cada saludo lleva el eco de una antigua tradición de hospitalidad.
Aún hoy, Chuma conserva intacta su esencia de vergel interandino, merecedora del apelativo de “Versalles boliviano”, tal como la denominó el semanario paceño El Comercio en un artículo publicado el 6 de julio de 1878, dando testimonio así de su riqueza natural, cultural y espiritual que perdura en el tiempo.
Sin embargo, lo que verdaderamente eleva a Chuma por encima de su belleza paisajística y la hospitalidad de sus pobladores es la presencia de su patrona celestial: la Santísima Virgen de la Asunción, cuya imagen ha sido fuente de milagros, fe profunda y tradición viva por generaciones.
Una imagen celestial entre los hombres
La señalada crónica de 1878 describe a la imagen de la Virgen de la Asunción con palabras cargadas de admiración y espiritualidad: “Tanta es su perfección, tan misteriosa y edificante su actitud, que pensamos que no tenga otra competidora sino en el Cielo”.
Una de muchas historias milagrosas que se tejen en torno a ella cuenta que José Córdova, gobernador de la región y hermano del obispo de la diócesis a la que pertenecía la iglesia de Chuma, blasfemó ante la imagen, comparándola de manera irrespetuosa. En ese mismo instante quedó mudo. Arrepentido de su pecado, llevó robada la imagen al interior de la República, donde un artista le dio los últimos toques que la convirtieron en una obra de belleza celestial. A su regreso, bajo la dirección del mismo gobernador, ya libre del castigo, fue recibida con una procesión multitudinaria, con danzas originarias, con la presencia de párrocos de toda la diócesis y vecinos de la población, convirtiendo su retorno en uno de los momentos religiosos más memorables de la historia regional.
El templo que guarda la fe del pueblo
La actual iglesia de Chuma tiene sus raíces en 1856, cuando fue construida gracias al esfuerzo conjunto de los residentes locales, no obstante, un trágico incendio —ocurrido el 21 de octubre de 1921— destruyó por completo el templo original. Milagrosamente, la imagen de la Virgen de la Asunción fue salvada de las llamas, hecho que reafirmó aún más la fe del pueblo.
Posteriormente, con trabajo y devoción, se edificó la nueva iglesia, que hoy permanece como centro espiritual y símbolo de fe, donde cada año, el 15 de agosto, se celebra la solemnidad de la Asunción con gran fervor. Esta fecha, instituida ya en el siglo V y proclamada como dogma por el papa Pío XII, en 1950, conmemora el día en que María fue llevada al cielo en cuerpo y alma, siendo la primera criatura humana en compartir plenamente la gloria de la resurrección de su hijo.
La celebración de la Virgen de la Asunción no solo llena de alegría a los habitantes de Chuma, sino que también representa un profundo reencuentro con la fe para los chumeños que residen en La Paz, en los distintos rincones de Bolivia y en el exterior. Esta festividad, cargada de emoción y fervor, se convierte en un símbolo de unidad, esperanza y amor inquebrantable hacia su patrona, reforzando los lazos que los unen con sus raíces y su identidad espiritual.
Un culto que merece un altar digno
Ya en 1878, la prensa señalaba con pesar que la imagen de la Virgen permanecía en un nicho lateral modesto, impropio de su majestuosidad. Se proponía, entonces, que se replicara la imagen, se recaudaran fondos económicos y se promoviera una romería que revitalizara a Chuma y su entorno.
Uno de los protagonistas de la revitalización del templo en el siglo XIX fue el recordado doctor Venancio Cordero, párroco de Chuma, a quien se elogia por su dedicación en mejorar la iglesia: desde la limpieza hasta la instalación de una majestuosa puerta principal, considerada en su época como una de las mejores del país. Su ejemplo sigue siendo un modelo de liderazgo pastoral, comprometido con Dios y con su pueblo.
Hoy, Chuma mantiene viva su fe gracias al legado de sus antepasados, a su gente trabajadora y a la guía de su Virgen, gracias al compromiso incansable de los pobladores y al liderazgo de la Peregrinación Pedestre La Paz – Chuma, brigada ‘Héctor Enríquez B.’. A la fecha, este templo se ha consolidado como uno de los más hermosos y mejor conservados de la región.
Por el trabajo conjunto y sostenido, se realizan constantemente labores de mantenimiento, como ser el recableado e iluminación del interior de la iglesia, el cambio de cerámica de los pisos, pintura, refacción de la fachada de la torre, iluminación del exterior de la iglesia y otros aspectos clave, preservando así no solo su belleza arquitectónica, sino también su profundo valor espiritual y cultural para la comunidad.
Desde 2022 se conformó una comisión técnica con el objetivo de llevar adelante los estudios necesarios para la reparación total del techo del templo parroquial de Chuma. Este importante proyecto, que comenzó a ejecutarse en 2025, cuenta con el respaldo del Obispado de El Alto y es impulsado por un Comité Multisectorial, integrado por destacadas personalidades de la comunidad chumeña y por instituciones como el Centro de Acción Chuma, la Junta de Vecinos, la Asociación de Conjuntos Folklóricos y la Peregrinación La Paz - Chuma.
La obra contempla el cambio completo de la imagen arquitectónica del interior del templo, reemplazando el cielo falso por un acabado en madera con vigas vistas, además del techado externo con estructura metálica sobre viga de hormigón armado, bajo cálculo estructural y la instalación de canaletas que protegerán y preservarán este espacio sagrado.
Este esfuerzo representa un paso fundamental para conservar y embellecer uno de los patrimonios más valiosos de Chuma. Por ello, invitamos a todos los hijos de este querido pueblo, así como a los amigos y simpatizantes en Bolivia y en el exterior, a sumarse con su apoyo económico. Cada aporte, grande o pequeño, será clave para hacer realidad este sueño colectivo.
Un futuro sostenido en la fe
La devoción sigue viva, el milagro permanece, porque mientras haya corazones que crean, la Virgen de la Asunción seguirá siendo el lazo que une a su pueblo.
Cada año, los hijos de Chuma regresan desde lejos, impulsados por el amor a su tierra y por una fe que no se apaga. No es solo una tradición, es un acto de amor profundo, de gratitud y de identidad. Es volver al origen, al abrazo cálido con los antepasados, abuelos, padres y deseos de que la Virgen cuide, proteja y bendiga al suelo que los vio nacer.
Que la Santísima Virgen de la Asunción siga sosteniendo la unidad de su pueblo, manteniendo viva la fe, la devoción y el amor por esta tierra bendita llamada Chuma. Porque mientras ella esté en el corazón de su gente, Chuma seguirá latiendo con esperanza.
AEP
