El creador nacional expondrá piezas relacionadas con su visión sobre la Pachamama y la cosmovisión andina.
El artista Roberto Mamani Mamani, reconocido por su uso del color y la fuerte simbología indígena, presenta una exposición inédita denominada Pachamama: grito de amor y ternura, en la Sala Maruja Monteverde de la Casa Museo Guayasamín en Quito, Ecuador.
La exposición consta de una recopilación de 30 obras recientes, presentadas en torno a sus últimos trabajos sobre la Pachamama, el mundo y la cosmovisión andina. La iniciativa forma parte de los festejos que se organizan en honor al aniversario de los 105 años del maestro Oswaldo Guayasamín, a su legado y aporte al arte ecuatoriano, sudamericano y mundial.
Esta exposición estará al alcance del público hasta el 29 de julio, por lo cual estarán presentes las principales autoridades de Quito, al igual que los cuerpos diplomáticos de la ciudad, para dar la bienvenida al artista boliviano.
La invitación de la Fundación Guayasamín a Mamani Mamani es importante y singular porque reconoce la convocatoria personal del propio Oswaldo Guayasamín al artista cuando estuvo en Bolivia y porque es un reconocimiento a su trabajo y trayectoria dentro del arte sudamericano.
Roberto Mamani Mamani, nacido el 6 de diciembre de 1962, es un artista aymara boliviano. Su obra es significativa por el uso de la tradición y los símbolos indígenas aymaras. Su arte se ha exhibido en todo el mundo, incluidas galerías en Washington DC, Tokio, Múnich, China, Singapur, Londres, varias ciudades de Europa y toda Sudamérica.
Las pinturas de Mamani Mamani se basan en su herencia aymara e incluyen imágenes coloridas y estilizadas de madres indígenas, cóndores, soles y lunas, entre otros temas. Mamani Mamani emplea colores fuertes y vibrantes similares a los colores que aparecen en los tejidos artesanales tradicionales, que son ampliamente utilizados por los pueblos indígenas del altiplano boliviano. Su uso de símbolos indígenas es especialmente significativo en el contexto sudamericano, donde las culturas indígenas han sido consideradas inferiores a la cultura europea.
La Paz/AEP