La exposición busca reflexionar sobre el “neohumanismo andino” que habría desarrollado el creador.
La Paz, 04 de noviembre de 2023 (AEP). – El 8 de noviembre, el reconocido muralista Walter Solón habría cumplido 100 años de edad. Para recordar el legado que dejó en diferentes técnicas artísticas, sobre todo la pintura mural el Museo Nacional de Arte (Socabaya 485) inaugurará la exposición “Solón: Neohumanismo andino”, a las 18.30.
Según el boletín informativo de la Fundación Solón — liderada por el hijo del artista, Pablo Solón— la muestra explora las diferentes maneras en las que el creador “persigue la práctica de la humanidad conjugando valores éticos universales y raíces culturales de nuestra tierra”.
Una de las principales figuras de la propuesta pictórica del creador potosino es Don Quijote, protagonista de la obra El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, escrita por el español Miguel de Cervantes.
“La primera sala estará dedicada a sus dibujos del Quijote y recibirá a los visitantes con la frase: ‘Sancho, ¿no es locura contemplar tanta cordura?’ Esta interrogante es un llamado a mirarnos al espejo en un momento en que cada día mueren más de 10.000 niños por desnutrición y cientos son sepultados bajo el fuego de la guerra ¿Qué estamos haciendo cada uno de nosotros? ¿Somos parte de los que voltean la mirada o somos seguidores del Quijote?”, puede leerse.
El Quijote de la Mancha fue uno de los grandes protagonistas de la propuesta del muralista Potosino. | Foto: Fundación Solón
Este personaje transita momentos específicos de la historia nacional, representados en el arte de Solón. Su mensaje enarbolando sobre todo la justicia y la libertad, son universales. Según explica la fundación que lleva su nombre estos valores — además de una búsqueda de la esperanza, la bondad y la utopía— están presentes constantemente en estos dibujos, y serían el núcleo del “neohumanismo andino” del pintor, porque “como uno de sus Quijotes dice: ‘La humanidad es un engaño, si no se la practica’”.
En la segunda sala se apreciarán obras más cercanas al “surrealismo indígena” de sus primeros años, pasando por sus primeros frescos de protagonismo mestizo en Sucre, sus murales en los que destaca un Tupaj Katari reconstituido, la lucha contra la impunidad que encarnan “los ángeles” y los sueños de sus últimos bocetos sobre el Quijote y los niños.
“La síntesis del neohumanismo andino de Solón se encuentra en el dialogo entre el Quijote y la Piedra, entre la justicia y la memoria, entre los valores universales y nuestras raíces culturales. Para Solón la vida humana y no humana debe ser preservada. La intolerancia, el fanatismo, el conformismo, el servilismo y el egocentrismo denigran la condición humana y nos hacen perder nuestra humanidad. La opresión y explotación del otro y la naturaleza”.