El VI Encuentro Nacional de Museos Locales y Comunitarios se celebró en Oruro con una agenda centrada en la sostenibilidad cultural, la autonomía y el turismo identitario.
El tren oxidado descansa al sol como un testigo silencioso del pasado. A su alrededor, el sonido de las voces comunitarias se mezcla con el viento del altiplano. Machacamarca, con su historia ferroviaria aún latente en los rieles del recuerdo, fue el punto de encuentro de quienes, lejos de vitrinas relucientes y edificios monumentales, han levantado museos con alma, con rostro propio, con memoria viva.
Del 23 al 25 de mayo, esta localidad orureña fue sede del VI Encuentro Nacional de Museos Locales y Comunitarios de Bolivia, espacio clave para intercambiar experiencias, articular estrategias y reafirmar el papel de estos museos como guardianes de la memoria cultural desde la raíz comunitaria.
Un espacio de diálogo y fortalecimiento cultural
Organizado por la Asociación de Representantes de Museos Comunitarios – Qhapaq Ñan (Asoremuc-QÑ) y el Comité Impulsor de Museos Comunitarios de Bolivia (Cimucob), el encuentro reunió delegaciones de varios departamentos que compartieron sus experiencias en gestión y promoción cultural. Durante tres jornadas se desarrollaron mesas de trabajo, talleres y exposiciones, abordando temas como la sostenibilidad de los museos, la educación patrimonial y la participación comunitaria en la gestión cultural.
El evento contó con el respaldo de diversas instituciones y aliados, entre ellos el Centro Cultural de España en La Paz (CCELP), el Gobierno Autónomo Departamental de Oruro, el Gobierno Autónomo Municipal de Machacamarca, el Centro Cultural Jallpa, Qhapaq Ñan Xperience y Thakhi Pro Estudio Comunicación Multimedia y Turismo.
En esta oportunidad se promovió el fortalecimiento de una red nacional de museos comunitarios, impulsando la colaboración entre instituciones y comunidades para proteger y difundir el patrimonio cultural boliviano.
Machacamarca, un escenario con historia
La elección de Machacamarca como sede no fue casual. Esta localidad alberga el Museo Ferroviario Simón I. Patiño, un referente que resguarda la memoria del desarrollo ferroviario en Bolivia y su impacto en la región. El museo, parte de los circuitos culturales promovidos por el Gobierno Autónomo Departamental de Oruro, fue el escenario ideal para las actividades del encuentro.
Los participantes también visitaron la comunidad de Sora Sora, donde conocieron sus costumbres, gastronomía y patrimonio cultural y natural, en una experiencia de inmersión en la riqueza local.
Compromisos y proyecciones
Al cierre de la cita, los asistentes reafirmaron su compromiso con la preservación del patrimonio y con los museos comunitarios como espacios de educación, memoria y cohesión social. Se acordaron futuras actividades conjuntas y se propuso la creación de una plataforma digital para facilitar la comunicación y el intercambio de recursos entre museos comunitarios del país.
El encuentro fue celebrado bajo el amparo de la Declaración de Machacamarca, documento que recoge los avances, desafíos y horizontes del movimiento de museos comunitarios en Bolivia. En él se reitera el compromiso de proteger el patrimonio desde una gestión cultural basada en la identidad local, la participación activa y el conocimiento ancestral.
Un esfuerzo colectivo por la memoria viva
Desde su primera edición en 2011, este encuentro se ha consolidado como un espacio de reflexión crítica, diálogo horizontal y construcción colectiva. En su sexta versión, reunió a representantes de museos comunitarios de La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y Santa Cruz, junto a autoridades, académicos, colectivos culturales, universidades, gestores, sabios locales y técnicos comprometidos con la defensa del patrimonio.
La Declaración de Machacamarca reconoce que estos museos, surgidos de la voluntad e identidad de las comunidades, cumplen un papel fundamental en la educación, la memoria histórica, el fortalecimiento cultural y el desarrollo local. También subraya que su existencia se sostiene, en muchos casos, gracias a la resiliencia frente a la desatención institucional, lo que hace aún más valiosa su labor.
Hacia un Bicentenario con identidad y justicia cultural
En el marco del Bicentenario del Estado Plurinacional de Bolivia (1825-2025), el encuentro también fue una oportunidad para reflexionar sobre los avances logrados desde la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado en 2009, que reconoció por primera vez la existencia de múltiples naciones y pueblos indígenas en el país.
Este reconocimiento se consolidó con la Ley 530 de Patrimonio Cultural (2014), que valida a los museos comunitarios como espacios legítimos de gestión patrimonial bajo la autodeterminación de los pueblos. Sin embargo, los participantes denunciaron la falta de una reglamentación específica que garantice recursos, asistencia técnica y mecanismos de protección jurídica ante amenazas concretas.
Demandas urgentes y acciones estratégicas
Después de tres días de trabajo colectivo, los representantes emitieron una serie de demandas estructurales, entre ellas:
- Fortalecimiento del Comité Impulsor de Museos Comunitarios de Bolivia (Cimucob), con representantes regionales en los cinco departamentos participantes.
- Asistencia técnica continua de universidades, gobiernos departamentales, fundaciones culturales y colectivos especializados.
- Programas de dinamización cultural que incluyan visitas, cursos, festivales, exposiciones, rutas turísticas y encuentros interculturales.
- Registro físico y digital del patrimonio cultural y natural de las comunidades indígenas, como herramienta de protección frente a amenazas extractivistas.
- Articulación digital e internacional mediante plataformas en línea para fortalecer redes de cooperación, capacitación y visibilidad.
- Impulso al turismo comunitario como estrategia sostenible basada en la identidad cultural y la economía propia.
- Formación de recursos humanos mediante talleres, cursos breves y capacitación técnica intercultural.
Determinaciones y compromisos: rumbo a Santa Cruz 2026
Entre las resoluciones, se acordó que la sede del VII Encuentro Nacional de Museos Comunitarios y Locales será la comunidad de Caraparicito, municipio de Lagunillas, provincia Cordillera del departamento de Santa Cruz, en 2026. La decisión fue asumida por consenso, en reconocimiento al liderazgo de la Nación Guaraní y al trabajo del Museo Comunitario de Caraparicito.
Se ratificó también un principio central: el desarrollo local debe basarse en la identidad cultural de cada comunidad, fortaleciendo la educación, la producción artesanal, el turismo y la economía desde la raíz cultural. Asimismo, se planteó la necesidad urgente de crear espacios de discusión normativa que permitan a las comunidades incidir en la reglamentación de los museos, en el marco de la Ley 530.
Una voz colectiva con visión de futuro
El VI Encuentro Nacional de Museos Comunitarios y Locales no solo fue una celebración del patrimonio y la cultura viva, sino también una voz colectiva que exige reconocimiento, autonomía y el derecho a existir con dignidad desde lo propio.
La Declaración de Machacamarca se perfila como una hoja de ruta que articula saberes ancestrales y herramientas contemporáneas, en una apuesta decidida por el diálogo intercultural, la soberanía cultural y la construcción de un país donde los museos no solo cuenten historias, sino que sean protagonistas vivos de los procesos sociales.
La Asociación de Representantes de Museos Comunitarios – Qhapaq Ñan expresó su gratitud a los voluntarios que hicieron posible el evento: Sergio Durán Chacón, Alejandra Wendy Gonzales, Marco Antonio Choque Callapa, Yolanda Torrico Barra, Leslie Alejandra Zapata Vásquez, Carlos Ángel Huallpara Loza, Juan Carlos Chambilla Forra, Viviana Ángela Marín García, Ismael Victoriano Flores, Kevin Antonio Patón Torrico, Verónica Llanque Ferrufino y José Adalid Vera Velasco.
El encuentro terminó, pero la locomotora del movimiento comunitario sigue en marcha. En las mochilas de regreso, además de artesanías y cuadernos con apuntes, cada delegación llevó consigo nuevas alianzas, aprendizajes y el impulso colectivo de seguir construyendo desde lo propio.
La Declaración de Machacamarca no es solo un documento: es un llamado a mantener encendida la chispa de la memoria viva, a exigir lo justo y a defender el derecho de los pueblos a narrarse desde su propia voz. En el horizonte ya se asoma Caraparicito, sede del próximo encuentro, donde la Nación Guaraní abrirá las puertas para que la historia siga escribiéndose desde abajo, con identidad, dignidad y horizonte común.
AEP
