El equipo londinense levantó la copa después de vencer con un doblete de Cole Palmer (minutos 22 y 30) y otro tanto del brasileño Joao Pedro (43). El conjunto británico sorprendió al PSG con un arranque valiente, de presión alta y de serio trabajo defensivo, todo lo contrario del once parisino.
Chelsea dio el golpe y con una actuación brillante venció con absoluta contundencia por 3-0 a PSG en la gran final disputada en el estadio MetLife para coronarse campeón del Mundial de Clubes 2025.
El equipo londinense le robó todas las virtudes al campeón de Europa con un primer tiempo perfecto y se quedó con una victoria en un partido que nadie esperaba. Cole Palmer, la figura de la tarde, marcó un doblete y Joao Pedro el 3-0 definitivo.
Enzo Maresca goleó a Luis Enrique en la batalla táctica de los entrenadores. El ingreso de Reece James al mediocampo desarticuló el plan del español y la mejor línea media del mundo fue superada por Chelsea.
El conjunto inglés salió a jugar el encuentro con la actitud con la que se deben afrontar las finales. Desde el primer minuto demostró que no iba a ser un rival más en el camino perfecto del PSG lujoso. Se plantó en campo rival y los goles cayeron porque los buscaron. En el primer tiempo sacó la ventaja y en el segundo la controló con algo de suerte y mucha inteligencia.
Cole Palmer le robó todo el protagonista a las estrellas de PSG. Si fuera por este día, el Balón de Oro es para el inglés sin dudas. Hizo todo: creó, definió, presionó, fue mediocampista y delantero. Su actuación quedará en el recuerdo.
Enzo Fernández y Moisés Caicedo también fueron fundamentales en esa batalla del centro del campo que ganó Chelsea. El argentino impuso todo su carácter para jugar en instancias definitivas y su jerarquía. El ecuatoriano fue el amo de la zona por sobre Vitinha, quien había brillado todo el torneo.
Chelsea necesitaba hacer el partido perfecto para ganarle a un PSG que venía de pasear a Real Madrid. Así lo entendió Maresca y así se lo transmitió a sus futbolistas, que salieron convencidos de que podían ser campeones.
El fútbol nos entregó una vez más una muestra de su indiscutible imprevisibilidad. Nadie vino a Nueva Jersey a ver la final que terminamos viendo, pero sí nos vamos con la convicción de haber visto a un gran campeón.
MAL CIERRE
La final se fue calentando poco a poco -Joao Neves fue expulsado por agarrar del pelo a Cucurella- y terminó de la peor forma.
El Chelsea se disponía a celebrar su sorprendente victoria sobre el Paris Saint-Germain (3-0) cuando se formó una tangana Mundial en el centro del campo.
La inició Donnarumma, que se fue directo a por un jugador del Chelsea cuando se cruzó con Joao Pedro. Comenzaron a discutir y, en esas, apareció Luis Enrique que, entre forcejeo y forcejeo, pese a los intentos de Kimpembe de sujetarle, terminó por propinarle una bofetada al propio Joao Pedro.
En la trifulca se vio implicado un miembro de seguridad del PSG contra el que arremetieron varios jugadores ‘blues’. Por suerte emergió Maresca para poner paz y llevarse a su compatriota Donnarumma.
AEP