El técnico profesional destacó la buena actuación de la Selección boliviana Sub-23, que mostró un mejor nivel al de gestiones pasadas.
La Paz, 22 de enero de 2024 (AEP). – Para el técnico profesional Juan Carlos Paz García, en el fútbol boliviano hay talento, pero faltan competencias en las que los niños y jóvenes demuestren sus condiciones y cualidades para la práctica del deporte rey.
Destacó la buena actuación de la Selección boliviana Sub-23, que mostró un mejor nivel al de gestiones pasadas. Confía en que los jugadores que empataron con Venezuela en el torneo Preolímpico tengan la oportunidad de jugar en la Selección mayor, casi eliminada del Mundial 2026, en los próximos partidos de las Eliminatorias mundialistas.
—Juan Carlos, ¿cómo analiza el empate de Bolivia ante Venezuela en el torneo Preolímpico?
—Un partido muy difícil, complejo por lo que significa Venezuela, que en los últimos años ha sido una de las selecciones que ha mejorado muchísimo en cuanto a un proceso bastante largo y que hoy por hoy la mayoría de sus jugadores están en equipos de Europa.
En un debut siempre hay la ilusión de ver cómo vamos a reaccionar, porque no tenemos competencias en el país, mientras en otros países los jugadores de 23 años ya son profesionales, entonces hay un montón de cosas, de antecedentes, para analizar el partido, desde qué nos va a presentar Bolivia, con qué nos va a sorprender, pero vimos un equipo muy convencido más allá de que todavía nos falta el funcionamiento, nos faltan algunas cosas que son importantes dentro del desarrollo de una selección.
En este momento no estamos entre las mejores, pero hemos mostrado que tenemos mucho talento, es una de las mejores selecciones, está bien estructurada en cuanto a individualidades. A partir de ahí habrá gustos para diferentes paladares en lo futbolístico. A algunos les gustará Pedrito, Juanito, Andresito, y a otros Jaimito, Rolandito, para no dar nombres, pero ese convencimiento, esa garra que mostró la Selección boliviana nos deja muy contentos, sobre todo ilusionados en lo que pueda venir más adelante.
—¿Dónde estuvo la fortaleza?
—Más allá del funcionamiento, de que nos guste o no el sistema de juego, Bolivia presentó un 1-4-2-3-1, con dos volantes centrales como Gabriel Villamil y Marco Salazar, Lucas Chávez, como un mediapunta, tenía a Miguel Villarroel, José Briceño y a Nava por el lado izquierdo, por lo que en ese 4-2-3-1 el retroceso nos costaba mucho. Nava y Briceño se quedaban un poco más estáticos y los que retrocedían eran Chávez y Villarroel para complementar en ese medio sector.
Dentro de ese planteamiento, Bolivia mostró cosas interesantes en salida para tener la pelota, después en el retroceso tras la pérdida de balón sentimos un poquito las ausencias en la marca porque el tercer gol de Venezuela llega porque Villarroel no cierra. Es un equipo en desarrollo, no hay equipos perfectos en el mundo, pero digo que Bolivia mostró algo que nos puede ilusionar y, sobre todo, en el recambio, porque mirando la banca tenemos a Jeyson Chura, quien tiene más de 80 partidos, a Javier Uzeda, jugadores que son importantes y determinantes, que cuando saltaron al campo de juego le dieron un poco de oxigenación y presión en zona ofensiva.
—¿Se nota la mano de Zago?
—Zago le ha debido dar algunas pinceladas. Hay que reconocer que él es entrenador de la Selección absoluta y que te dirija una Sub-23 ya es una motivación, porque si un jugador hace bien las cosas tiene las puertas abiertas para estar en la Selección boliviana, al margen si es titular o suplente, pero ya tiene una chance.
En esta Selección el trabajo es de Pablo Escobar, hay que reconocer que él ha hecho una labor extensa con estos chicos, los conoce a detalle, si bien en los partidos amistosos no tuvo los resultados adecuados, pero es el ADN de Pablo Escobar, con algunos retoques del profesor Zago que ha debido orientar a estos jóvenes hacia lo que significa competir en el ámbito sudamericano.
—¿Qué sector estuvo bien y dónde se notaron las falencias?
—Me gustó la línea defensiva, pero hay que ajustar y eso se hace en la competencia, porque es muy difícil que un equipo llegue a estos campeonatos que son bastante cortos y bien aceiteados. También estuvo bien el rendimiento de la ofensiva. En el medio nos falta trabajar un poquito más.
Además, en la defensa y adelante tenemos una variabilidad de jugadores y a medida que transcurra la competencia encontrarán un jugador o un sistema de juego para que el equipo mejore. Es el primer partido y se vienen rivales más difíciles.
—¿Cómo le irá a la Sub-23 contra Ecuador, Colombia y Brasil?
—Son rivales distintos. Hay que reconocer que Colombia tiene un buen trato de balón y Ecuador en los últimos años ha mejorado muchísimo en divisiones menores, por eso es protagonista en torneos internacionales, a nivel de clubes y selecciones. El haber estado en el último Mundial les permite mejorar en todo sentido. Son dos rivales totalmente distintos porque tienen un trato de pelota muy diferente a Venezuela.
El medio sector de Bolivia para mí es muy despoblado con dos volantes, más aún por la falta de oficio que tenemos en ese sector. Hay que ver qué conclusiones van a sacar Zago y Escobar para plantar el mejor equipo ante los dos adversarios a los que ya se los conoce.
Brasil será una sorpresa porque todavía no se lo ha visto, pero sabemos que es una potencia, aunque no está pasando un buen momento a nivel de selección mayor.
La Selección, más allá del ritmo futbolístico que ha mostrado, la entrega, ese convencimiento total y absoluto que desde el entrenador irradiaba una actitud ganadora, con jugadores que en ningún momento estuvieron tristes o bajoneados, debe mantener ese espíritu que es importante en una competencia de esta naturaleza.
—Mirando el futuro, ¿hay una buena base para la Selección mayor?
—Por supuesto, son cadenas, eslabones en el fútbol y el momento que vive la Sub-23 va a abrir la puerta a más de un jugador, aunque algunos como Diego Medina, Villamil ya conocen lo que es estar en la Selección mayor, pero es una motivación para los que todavía no han llegado.
No olvidemos que en las Eliminatorias estamos casi eliminados y por qué no soñar a corto o mediano plazo de que la Selección Sub-23 pueda terminar compitiendo en las clasificatorias mundialistas.
—¿Qué tenemos y qué nos falta?
—Tenemos jugadores con mucho talento, pero nos falta competencia. Las pocas competencias que hay en Bolivia son muy disparejas. En el eje entre Cochabamba, La Paz y Santa Cruz, el más alto nivel de competitividad está en Santa Cruz, segundo es Tarija, tercero Cochabamba, cuarto Beni y quinto La Paz.
El fútbol boliviano necesita en vez de que regalen un trofeo al campeón recompensen con la participación en un torneo internacional para que los chicos de los equipos ganadores puedan viajar a competir, ganar experiencia y roce, además organizar más competencias de divisiones menores de largo aliento y no de una o dos semanas.