Con la misma actitud y garra que mostró en la goleada a Venezuela (4-0), la Verde derrotó en su casa a la Roja después de 31 años en el marco de las clasificatorias mundialistas.
La Selección boliviana logró un triunfo histórico y memorable al vencer por primera vez a su par de Chile por 2 a 1 en condición de visitante. El partido de la octava fecha de las Eliminatorias Sudamericanas al Mundial 2026 se disputó ayer en el estadio Nacional Julio Martínez, de Santiago.
Con la misma actitud y garra que mostró en la goleada a Venezuela (4-0), la Verde derrotó en su casa a la Roja después de 31 años en el marco de las clasificatorias mundialistas.
El equipo nacional fue práctico y contundente a la hora de ir al frente para llegar al gol, contra un elenco chileno que jugó obligado a ganar, pero con un fútbol abúlico y sin orden no encontró la fórmula para superar la sólida y firme defensa nacional, que se defendió con prestancia y buena marca. Otro factor importante fue cuando recuperó el balón se fue con todo al campo contrario.
Bolivia desplegó un buen fútbol, con mucha actitud, apretó cuando tenía que hacerlo e hizo la pausa cuando el juego así lo ameritó, con buenos relevos, mucha solidaridad en la cobertura de espacios y velocidad a la hora de atacar, aspectos que fueron determinantes para impedir el control del juego del rival, que tuvo la posesión de la pelota, pero fue incapaz de llegar con claridad y profundidad sobre el arco de Carlos Lampe, primero, y Guillermo Viscarra, después. Al minuto 39, Lampe se lesionó y fue reemplazado por el ‘Billy’ Viscarra. Ambos tuvieron una gran actuación.
El técnico Óscar Villegas tuvo el acierto de elegir a los actores para desplegar un buen juego amparado en una buena respuesta física, técnico-táctica y futbolística, porque los conoce muy bien y sabe dónde y cómo pueden responder al máximo de su capacidad.
Lo de ayer no fue la excepción, todos trabajaron sobre un libreto que lo interpretaron casi a cabalidad, con algunas desatenciones en la defensa e imprecisiones en el medio campo.
Desde el inicio, Chile se puso en campaña de ir al frente para inaugurar el marcador, pero sin alma ni corazón agrupó muchos jugadores adelante que, en vez de desarrollar un juego ordenado, se toparon entre ellos y eso les salió en contra, porque no encontró espacios para llegar al gol.
En la primera llegada con claridad y profundidad sobre el arco contrario, Bolivia abrió el marcador. Carmelo Algarañaz recuperó una pelota en media cancha y envió un pase largo que Matías Catalán no pudo despejar y le llegó a Roberto Carlos Fernández, quien ingresó por la izquierda y mandó un centro para el ingreso de Algarañaz, que definió de zurda para el 1 a 0, a los 12 minutos.
El local intentó reaccionar, pero no encontró el juego para hacer daño, además que fue imposible superar la buena marca de Bolivia. A los 19’, Fernández volvió a enloquecer a la última línea chilena, envió un centro que Paulo Díaz cabeceó el balón al córner.
A los 27’, Catalán remató de media distancia y fue la primera insinuación de Chile. Llegó el momento fatídico a los 39 minutos. Marcelo Suárez envió un pase retrasado para Lampe, quien antes de despejar la pelota sufrió una lesión y dejó servida para Eduardo Vargas, quien marcó el 1 a 1.
Antes del final del primer tiempo, en otra rápida acción, Fernández corrió por izquierda y envió un centro para Miguel Terceros, quien dominó el balón y con un zurdazo anotó el 2 a 1, a los 46 minutos.
A los 48’, Vicente Pizarro pudo igualar el marcador, pero la pelota que cabeceó pegó en el vértice del ángulo izquierdo del arco de Viscarra y así finalizó el primer tiempo. En el complemento, Chile se fue con todo sobre el arco de Viscarra, pero volvió a caer en la desesperación y no tuvo el ingenio para abrir espacios y llegar con claridad para convertir el gol.
Ensayó disparos de media distancia, pelotazos al área buscando una cabeza salvadora, pero ninguno con éxito. Y las dos posibilidades que generó, Viscarra ahogó el grito de gol.
A los 79’, los chilenos reclamaron por una supuesta mano de Gabriel Villamil dentro del área, pero el árbitro Juan Benítez la desestimó. A los 82’, Benítez sancionó penal por una posible mano de Diego Medina, que el VAR la desvirtuó porque la pelota pegó en su rostro, hasta que el juez pitó el final para alegría de Bolivia y tristeza de Chile.
La Paz/AEP