El piloto Jaime Mauricio Hidalgo Araoz es el campeón paceño de automovilismo de circuito de la categoría R2B Libre de la gestión 2023.
La Paz, 08 de enero de 2024 (AEP).- Levantar la copa de campeón es el principal desafío en cualquier disciplina deportiva y lograrlo es gracias a la virtud del deportista y el equipo.
El piloto Jaime Mauricio Hidalgo Araoz es el campeón paceño de automovilismo de circuito de la categoría R2B Libre de la gestión 2023, que ha conquistado con mucho esfuerzo, sacrificio y desafiando el peligro.
—Mauricio, ¿cuándo y cómo nació su pasión por el automovilismo?
—La pasión por el automovilismo nace desde muy chico, he sido un amante de los autos y es algo hereditario porque mi padre, José Hidalgo, era también corredor de automovilismo en el 65, 70 y 77.
Hace años corrí las pruebas de cuarto de milla y algunas pruebas de circuito en el autódromo de Pucarani. Nos metimos de lleno en las competencias en 2019 y hace dos años que corremos el calendario completo de la Asociación Municipal de Automovilismo.
—¿Qué le impulsó a correr?
—Es por la pasión, el hobby que uno tiene, toda la vida he sido amante de los autos. Me hablaban de coches y me fascinaba. Me encantaba todo lo que era el tema de vehículos, carreras, y ahí se formó uno de mis sueños, que era correr en circuito porque muy joven siempre iba a ver las carreras de la especialidad y decía qué lindo sería participar en algún momento, y las cosas se dieron porque Dios así lo quiso. Hemos cumplido y acabado de la mejor forma. Iniciamos una carrera que es totalmente complicada porque son autos bastante fuertes en la categoría.
Hemos luchado con autos de clases superiores, con vehículos turbo, corremos a la par con alguno que otro turbo; entonces eso es lo lindo del automovilismo, de las carreras, uno va midiendo, cada vez trata de lograr más metas y de seguir con la pasión que uno tiene.
—¿Con qué dificultades tropezó al comienzo?
—El primer año que corrimos un poco el tema logístico, de organización. Hemos tenido problemas con alguno de los corredores en temas de pelear la posición, presenté varias veces reclamos y no se nos atendía, porque no contamos con inspectores, con banderilleros, porque ellos puedan observar las anomalías en las carreras. Ha sido algo que nos ha costado asimilar porque son cosas que te desaniman y no es igual la forma cómo te tratan, cómo te llegan a plantear.
A nivel de carreras nos costó agarrar el ritmo del circuito porque los corredores con los que competimos en mi categoría corren a lo máximo que da el vehículo y todos teníamos que llegar a lo mismo para luchar por una buena posición. Desde el año pasado comenzamos a festejar los primeros triunfos.
—¿Qué le costó más al armar su equipo de competición?
—Me facilitó tener un taller mecánico, entonces teníamos a disposición a los mecánicos para preparar el coche. Lo que me preocupó un poco fue la preparación de la maquina porque corremos en la categoría Open, donde uno puede potenciar al máximo el auto. Si no lo haces, es difícil ir a luchar un buen puesto, eso es lo que más me ha costado, pero con la ayuda de un gran amigo y preparador como Iván Gutiérrez, quien ha sido el que ha asentado el motor, que preparó el tema de logística de la computadora, de ver cómo podíamos sacarle un poquito más de potencia al vehículo, y en la parte mecánica, la suspensión, frenos, carrocería, se encargó mi mano derecha, Edwin Ururi, quien ha hecho una labor cien puntos. Con ellos estoy muy agradecido porque hemos podido cumplir un sueño.
—¿Qué experimentó cuando corrió su primera carrera y cuándo fue?
—Fue hace tres años, cuando terminó el calendario de 2019. Tuve la posibilidad de correr la última fecha en medio de un montón de emociones, de sentir la pasión del rugir del motor, la adrenalina, de tener un adversario lado a lado, de luchar una buena posición, fue lo que más emocionó y marcó en las carreras durante la temporada.
—¿No sintió miedo y pensó en abandonar?
—Es un deporte de riesgo. El año pasado tuve un percance con el vehículo, nos quedamos sin frenos en una de las rectas que llegamos a correr a un promedio de velocidad de 165 a 170 kilómetros por hora, más bien fue un accidente con mucha suerte, incluso pude acabar la carrera.
Me salí del circuito y el auto voló más o menos unos tres metros hacia un hueco, en ese momento sentí bastante miedo, especialmente cuando el auto no se detenía, pasó todo eso y estoy muy agradecido con Dios, quedé asustado y me costó volver a correr a una alta velocidad como antes, porque es algo que te marca, empiezas a pensar en todo lo que te podría pasar en un accidente. Para no lamentar desgracias es primordial la seguridad en los coches, manejar con cinturones de seguridad de cinco puntas y tener una buena estructura de la jaula, entre otras cosas.
—¿Qué siente hoy?
—Un montón de emociones, especialmente a fin de año. Sabíamos que la lucha por el campeonato era viable después de que tuve ese accidente y pude acabar la carrera, sumamos puntos importantes porque si no terminaba la carrera, hoy no puedo decir que soy campeón. Todo tiene su momento y su lugar. Agradezco infinitamente a todo mi equipo, al preparador que hace un esfuerzo gigante, los sacrificios de cada uno para llegar a estar en un buen nivel.
—¿A qué le lleva haber ganado el título departamental?
—Es un sueño que teníamos pensado hace tiempo y nos metimos en la cabeza luchar por el campeonato, porque sabíamos que era difícil correr con pilotos que están bastantes años en el automovilismo, son experimentados y conocen bien el circuito.
Una de las cosas que más nos costó al comienzo era tener un auto confiable y rápido. Cuando lo empecé a probar respondió bien y eso nos dio confianza para ir por el título. Tenemos que seguir trabajando para correr más y mejor.
—¿Está en sus planes competir en pruebas nacionales e internacionales?
—Estábamos pensando en un proyecto a largo plazo. Estamos viendo la posibilidad de correr en el circuito de Cochabamba y en el circuito Óscar Crespo. Todo dependerá del apoyo de la familia y, fundamentalmente, de la parte económica. Para ir a correr las carreras nacionales hay que tener un coche bien preparado y veloz, eso demanda mucha inversión. Vamos a trabajar para que la idea se haga realidad.
—¿Competir en una carrera internacional?
—Cuando uno empieza a correr, quiere seguir corriendo y corriendo, porque se te abren todas las posibilidades de pensar y soñar en grande. Soy un fanático de la Fórmula Uno, del Rally Dakar, hicimos seguimiento y me encantaría correr fuera del país, pero uno tiene que poner los pies sobre la tierra y pensar hasta dónde puede llegar para cumplir con todo eso.
—¿A qué pilotos admira?
—A nivel de la Fórmula Uno a Alain Prost y Nelson Piquet. Hoy a Max Verstappen. En el Rally Dakar a Stephane Peterhanse y Nasser Saleh Al Attiyah.
A nivel nacional mi ídolo es mi papá, José Hidalgo. También admiro a Armin Franulic (+).