El exárbitro criticó el bajo nivel del arbitraje boliviano y sugirió que la autonomía de la Comisión de Árbitros podría mejorar la situación, evitando la dependencia de los dirigentes de la FBF.
La Paz, 20 de mayo de 2024 (AEP). – Para el exárbitro Óscar Soria, el nivel del arbitraje boliviano está muy abajo y esto puede cambiar con que la Comisión de Árbitros tenga autonomía, porque así se evitaría dependencia de los dirigentes de la Federación Boliviana de Fútbol.
—¿Cómo está el arbitraje boliviano en este momento?
—No está atravesando una etapa regular, están muy desprestigiados los árbitros y eso se genera desde la estructura de la Federación Boliviana de Fútbol.
—¿Qué le falta para llegar a un nivel aceptable?
—La organización de la Federación Boliviana de Fútbol está trabajando fuera de los cánones que la FIFA exige. Ese es el problema.
—¿Dónde radican los problemas?
—En que la Comisión de Árbitros no goza de autonomía, porque la designa el presidente de la Federación Boliviana y a partir de eso se genera una serie de situaciones anómalas que favorecen a un determinado equipo, quiérase o no, como árbitros sabemos que la Comisión de Árbitros está manejada por el presidente de la Federación, además hay algunas sugerencias, por muy sutiles, que señalan que el equipo X debe ganar; entonces los árbitros están presionados y condicionados a que ese club gane y ese es el problema mayor de la Federación, que en muchos lugares se ha dado, pero a partir de que las comisiones han logrado autonomía se maneja de diferente forma. Puede haber susceptibilidades y errores, pero cuando los directivos de la Federación tienen acceso y son los que nominan árbitros, se crea una serie de complicaciones.
—¿La nueva modalidad para designación de jueces tampoco es clara?
—El sorteo se ha anulado a fines del siglo pasado, la FIFA ha pedido que no se haga sorteos por el hecho de que eso crea mayor susceptibilidad. Mediante una nota dirigida a todas las asociaciones del mundo, la FIFA ha solicitado que no se debe sortear, pero en una época la ha puesto como gran novedad en la entonces Liga Profesional y no ha dado ningún buen resultado.
El sorteo no mejora para nada, sería otra cosa si se lo hace entre los 20 o 30 que están habilitados y no entre dos, porque así ya está todo direccionado y ahí radica el problema mayor.
—¿Los bolillos ya estarían marcados?
—No. El tema es que se eligen dos árbitros, pero el problema es quién los elige. Los dos tienen que estar alineados a los intereses de quien está en la Comisión de Árbitros.
—¿Con autonomía cambia y mejora el nivel del arbitraje?
—Con una autonomía de gestión esto puede cambiar. Los equipos de Santa Cruz han pedido que la Comisión tenga total autonomía y sea manejada por árbitros que hayan tenido un buen desempeño, demostrado calidad y, fundamentalmente, honestidad.
Si se revisa en las comisiones anteriores, siempre ha ido gente afín al presidente de turno. Ese es el gran negocio.
Se ha denunciado en los colegios de árbitros de que estas comisiones cobran un porcentaje para nominar a los colegiados y nadie les ha hecho caso, porque quieren pruebas, testimonios y un árbitro que está vigente no quiere arriesgar su situación por el hecho de que lo van a marginar por denunciar estos aspectos.
Es la primera vez que la Comisión está manejada por un exárbitro de Sucre, siempre se trató de que sea uno de La Paz o Santa Cruz, porque tienen más equipos en la División Profesional.
—Si no es la Federación, ¿quiénes deberían elegir a la Comisión?
—Los propios árbitros, es así como se maneja en toda Sudamérica, no hay un solo país donde igual que en Bolivia sean los dirigentes de clubes que se metan en el tema arbitral. En Perú, Argentina, Brasil, Paraguay, en todos los países son los árbitros los que eligen su Comisión, que se organiza internamente en los departamentos, unos que se encargan de la preparación de árbitros, otros que hacen la evaluación de árbitros y en conjunto hacen las nominaciones.
—¿Han planteado esa situación a la Federación?
—Estábamos en ese camino. En décadas pasadas teníamos relativa autonomía porque teníamos a don Alfonso Seligmann (+), quien nada tenía que ver con ningún dirigente y éramos los árbitros los que lo elegíamos. En otro momento fue Óscar Ortubé, quien estuvo al frente de la Comisión, y fue él quien sugirió a la Federación que cambie la modalidad y que sean los dirigentes los que elijan la Comisión y de ese modo se aseguró unas dos o tres gestiones y sacarlo del medio a don Alfonso Seligmann. Es una jugada de esa época que todos nos recordamos y le ha hecho mucho daño al arbitraje.
A partir de que la Federación ha procedido de ese modo, los dirigentes han metido las manos; en cambio, en la época de don Alfonso nadie podía sugerir ni pedir que se designe a tal o cual árbitro.
—¿Es mejor volver al anterior sistema?
—Lógicamente. Podría haber malos arbitrajes, podría haber errores, pero nunca por la presión de los dirigentes ni para congraciarse con ellos. Las comisiones se han manejado vendiendo cargos e insignias, ha habido algunos árbitros que aseguran haber visto que ponían en subastas las insignias FIFA y al mejor postor le daban la insignia, al mejor pagador o al que ponía más de 10 mil dólares.
Recientemente hubo un caso muy bullado y es cuando Wilson Estrada estaba en la Comisión, ha ido como asesor a un partido en Pando, donde había un joven árbitro que quería debutar en la División Profesional, se había graduado unos meses antes, pagó un determinado monto y debutó como cuarto árbitro dejando de lado a muchos otros que habían hecho carrera y que estaban con la posibilidad de ser nominados como cuartos.
Eso fue denunciado y fue el momento que empezaron a dudar de la honestidad de Wilson Estrada, de ese modo lo han tenido que sacar de la Comisión. Fueron los mismos árbitros pandinos que han dado la alerta a sus colegas de todo el país.
—¿Por qué no dirigen los árbitros pandinos?
—En cualquier país toman a los mejores de todo el país. En Bolivia hay una disputa entre cruceños, cochabambinos y paceños que siempre quieren hegemonizar y lograr que sus colegiados estén nominados en niveles internacionales. Santa Cruz nos ha dejado atrás porque ha hecho mejor trabajo. Oruro tiene árbitros FIFA y La Paz está fuera de ese esquema porque no muestra calidad, no hay trabajo. Muchas veces nos han invitado a trabajar, pero en esas condiciones no lo pueden hacer.
A los de la Comisión les pagan un sueldo; entonces hay una disputa bárbara y mucha gente está tocando la puerta de los dirigentes para recibir el apoyo y tener el privilegio de estar ahí porque se gana un sueldo, ignoro el monto, pero ese hecho hace que vayan a ofrecer sus servicios y también un sometimiento que en la actualidad está degenerando el arbitraje.
—La FIFA analiza la posibilidad de eliminar la implementación del VAR en los partidos, ¿cómo lo ve usted?
—Me parece una medida acertada. Antes arbitrábamos y no había tanta interrupción para que el árbitro vaya a ver el VAR, no había la injerencia de la tecnología, se daban errores, pero no se dudaba de la honestidad. Ahora que hay VAR hay más dudas que antes, ese es el gran problema y se interrumpen constantemente los partidos y le quita la esencia del fútbol cuando se convierte un gol todo el mundo festeja grita y se alegra, ahora hay que esperar que el VAR ratifique para poder celebrar.