Un polémico penal por una presunta infracción de Vanja Drkusic sobre Diogo Jota le dio la chance a Cristiano Ronaldo y Oblak le atajó.
Tal como se preveía, el espectáculo que animaron Portugal y Eslovenia en Frankfurt tuvo un claro dominador: el seleccionado liderado por el español Roberto Martínez. Los lusitanos se adueñaron de la pelota y amenazaron constantemente a la zona defendida por Jan Oblak. La claridad de Bruno Fernandes, la técnica de Bernardo Silva, la velocidad de Rafael Leao y la jerarquía de Cristiano Ronaldo se presentaron como los argumentos más sólidos para que el equipo que supo ganar la Eurocopa de 2016 abriera el marcador de forma prematura. Sin embargo, los de Matjaz Kek presentaron un duro bloque defensivo que atentó contra las intenciones de su rival.
Sin victorias, pero sin derrotas durante la fase de grupos, los eslovenos apostaron por mantener el cero para tener un partido extenso y apreciar la posibilidad de llegar a los penales. Los contragolpes propuestos por Benjamin Sesko y Andraz Sporar no le generaron grandes inconvenientes a Diogo Costa. Y en contrapartida, Cristiano Ronaldo se lamentó las intervenciones que no terminaban de exigir al arquero Oblak. Por lo tanto, la etapa inicial se diluyó en una igualdad sin emociones.
En el complemento no se modificó la tendencia del pleito. Portugal no pudo romper el cerrojo defensivo de los eslovenos y el resultado forzó al tiempo suplementario.
La primera parte de la prórroga se vivió con intensidad y nerviosismo. Un polémico penal por una presunta infracción de Vanja Drkusic sobre Diogo Jota le dio la chance a Cristiano Ronaldo y Oblak le atajó. Al final se arribó a los penales.
Fue Diogo Costa quien salvó a Cristiano Ronaldo al consolidar una noche inolvidable. El arquero desvió los remates de Ilicic, Balkovec y Verbic para mantener el invicto y permitirle al propio CR7, Bruno Fernandes y Bernardo Silva festejar en sus ejecuciones para llevar a Portugal a los cuartos de final.
Agencias
