El gobierno del presidente Luis Arce extrema esfuerzos para garantizar que los alimentos con los precios más bajos de la región se queden en el país.
El ministro de Planificación del Desarrollo, Sergio Cusicanqui, informó que Bolivia registró, durante los últimos cuatro años, la inflación más baja en comparación con el promedio de América Latina. El gobierno del presidente Luis Arce aplica cinco acciones clave para proteger el bolsillo de los bolivianos frente a la fluctuación de los precios.
Según los datos del Ministerio de Planificación del Desarrollo, el promedio de inflación en América Latina fue en aumento desde 2021, cuando se situó en 9,8%; subió a 14% en 2022 y alcanzó 16,7% en 2024. Sin embargo, Bolivia mantuvo una inflación por debajo de este promedio. En 2021, el país registró una inflación de 0,9%; en 2022, 3,1%; y en 2024, una cifra de 5,5%, menos de la mitad del promedio regional.
Para el Gobierno, estas cifras representan un logro debido a la relativa estabilidad en los precios de los productos.
“Dentro del comportamiento de la inflación en la gestión 2024 identificamos dos causas: por un lado, la crisis climática, y por otro, la inflación importada, que tiene dos efectos en nuestra economía”, explicó Cusicanqui.
En relación con los fenómenos climáticos, el ministro señaló que, entre junio y agosto, el país sufrió una severa sequía. En junio se registró un déficit hídrico del 73%; en julio, del 64%; y en agosto, del 61,8%.
“Esto afecta los calendarios agrícolas en Bolivia y, por ende, la producción de ciertos alimentos”, señaló la autoridad.
Cusicanqui explicó que el segundo factor, la inflación importada, agrava el contrabando a la inversa, es decir que los productos salgan de manera ilegal hacia otros países, lo que genera especulación en los precios. “Permanentemente vemos que los precios en Bolivia, en productos como el tomate, la cebolla, la papa y el arroz, son menores en comparación con otros países”, señaló.
El hecho de tener una inflación reducida y precios más bajos que en otros países de la región, ha incentivado la salida ilegal de alimentos hacia el extranjero. “Lamentablemente, esto también afecta a los precios en la economía boliviana. Estos precios bajos, en comparación con otras economías, generan especulación. No hay que olvidar que muchos de estos productos están subvencionados por los hidrocarburos, y deben quedarse para las familias bolivianas”, subrayó Cusicanqui.
Para enfrentar estos desafíos, el Gobierno implementó cinco medidas clave con el fin de proteger el bolsillo de los bolivianos.
La primera es la reducción del Gravamen Arancelario a 0% hasta el 31 de diciembre. Esta medida busca amortiguar los efectos de la inflación importada en productos como trigo, harina de trigo, medicamentos, materia prima para agroquímicos, maíz, maquinaria agrícola, y plantas industriales para la producción de biodiésel.
La segunda corresponde a los controles en los mercados. El Gobierno, a través del Viceministerio de Defensa de los Derechos del Usuario y del Consumidor, está coordinando con las alcaldías para ejecutar controles en los mercados y centros de abasto, con el objetivo de reducir el riesgo de especulación.
La tercera es el establecimiento del Centro de Monitoreo de Seguridad Alimentaria, el cual garantiza el abastecimiento de productos de primera necesidad.
La cuarta acción son las ferias Del Campo a la Olla. Estas ferias se desarrollan para ofrecer a la población boliviana la oportunidad de adquirir productos alimenticios directamente de los productores, evitando intermediarios.
La quinta es el refuerzo en los controles fronterizos para evitar que la producción salga sin autorización.
“Se han intensificado los controles para evitar la salida ilegal de productos como carne y arroz. A partir de estas acciones, el presidente Luis Arce ordenó la militarización de las fronteras para evitar la fuga de estos productos y garantizar que el beneficio de los alimentos permanezca en el país, asegurando así la tranquilidad de las familias bolivianas”, concluyó la autoridad.
La Paz/AEP