El ministro Franklin Molina afirmó que la subvención a los hidrocarburos “generó durante todo este tiempo problemas en la demanda”.
La subvención a los hidrocarburos en Bolivia pasó de $us 200 millones, en 2008, a casi $us 2.000 millones en 2024, según reveló ayer el ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina.
De esta manera defendió la propuesta que el martes 6 de agosto lanzó el presidente Luis Arce, en ocasión de su discurso por los 199 años de vida independiente de Bolivia en la ciudad de Sucre, de llevar a una consulta popular la decisión de mantener o no esta subvención.
“Por allá, por 2008, 2009, el costo de la subvención era del orden de los 200 millones de dólares, aproximadamente. Durante la gestión 2023, el costo de la subvención de combustibles se aproximaba a los 2.000 millones de dólares, que es más o menos lo que cerrará durante esta gestión, lo que significa al erario nacional”, indicó Molina durante una entrevista en radio Panamericana.
Agregó que la “subvención generó durante todo este tiempo también problemas en la demanda” y que parte de los combustibles sean orientados al contrabando a otros países, donde el precio es más alto.
Contrabando
“Nosotros estimamos que entre un 30 y hasta casi un 40 por ciento de esta demanda es una demanda artificial generada precisamente por este problema de los subsidios en los combustibles. ¿Qué significa eso? Que mientras usted está adquiriendo el combustible, la gasolina, a un valor de 3,74 bolivianos, en el caso del diésel a 3,72 bolivianos, ese combustible es derivado y se ha convertido en un negocio totalmente ilícito porque se va a las fronteras”, denunció.
Es decir, dijo, “estamos subvencionando a personas inescrupulosas que llevan el combustible y lo venden a 9, 10 bolivianos”.
En esa línea, destacó la propuesta del Presidente de ir a un referéndum para que los bolivianos decidan eliminar o continuar con la subvención.
La Paz/AEP