Encuéntranos en:
Búsqueda:

Evo Morales elevó en 82% el precio del diésel y en 72% para la gasolina como lo reflejó la prensa en 2010. Foto Ahora el Pueblo

Evo propone eliminar subsidios a carburantes y el Gobierno le recuerda que esa medida provocó un estallido social

Morales elevó el precio de los combustibles en 82%. Ocurrió en diciembre de 2010 y provocó un levantamiento social que casi termina con su administración.


El expresidente Evo Morales planteó la posibilidad de eliminar la subvención a los carburantes y en respuesta el ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño, le recordó que en 2010 intentó eliminar el subsidio mediante un decreto y que, ante la convulsión social, la dejó sin efecto.

Montaño recordó que en aquel momento, la medida fue dejada sin efecto debido a una fuerte ola de rechazo y movilizaciones sociales que llevaron al gobierno de Morales a revertir la decisión.

“Morales busca posicionarse como salvador de una crisis que él mismo habría intentado gestionar en el pasado sin éxito”, remarcó Montaño.

El 26 de diciembre de 2010, el presidente Evo Morales tomó una medida sin precedentes, que ni dictadores ni neoliberales se atrevieron: elevar en 82% el precio del diésel y en 72% para la gasolina.

Luego de enfrentar protestas y paros que amenazaban con paralizar el país, el entonces mandatario revirtió su decisión de aumentar los precios de los combustibles. Lo hizo el 31 de diciembre, dos horas antes del 1 de enero de 2011.

El Decreto Supremo 748, que eliminaba la mayoría de los subsidios al combustible, estuvo vigente cinco días.

El mandatario anunció la anulación del controvertido decreto como resultado de haber “escuchado al pueblo”.

La medida provocó una revuelta popular que ya había dejado al menos 15 heridos.

Grupos que históricamente apoyaron a Morales se distanciaron de él durante las protestas. La Federación de Juntas Vecinales de la ciudad de El Alto, antiguo bastión del entonces presidente, emergió como una de las voces más fuertes en contra del aumento.

ESTALLIDO SOCIAL

La decisión fue una chispa que estalló con furia en las calles. Comenzó con una escalada en las tarifas de transporte y en el coste de los alimentos de primera necesidad. Algunos, como la carne, la harina y el azúcar comenzaron a escasear.

El pánico se apoderó de los ahorradores, que en apenas unos días retiraron masivamente su dinero: se fugaron del sistema financiero 200 millones de dólares.

Las agrias críticas a Evo Morales precedieron a las movilizaciones contra el decreto, que alcanzaron dimensiones violentas.

Las huelgas de transportistas dieron paso al corte de carreteras, que a su vez despejaron el camino a multitudinarias marchas que acabaron con enfrentamientos contra la policía.
En el Alto, los manifestantes quemaron las estaciones de peaje que ardían al mismo ritmo que el apoyo popular de Evo.

A pesar que el también dirigente cocalero intentó calmar la tensión social con medidas como el aumento del 20% de los salarios públicos, la congelación de las facturas del teléfono, el agua y la electricidad y un aguinaldo adicional —políticas que también fueron derogadas — las manifestaciones fueron en aumento.

Tras la cruda respuesta, Morales dio marcha atrás.

AEP Digital

Ahora El Pueblo logo

Búsqueda