Entretanto se aplican mejoras para el control de la venta de carburantes, como la incorporación de pistolas lectoras, adquiridas por la estatal YPFB.
El ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, destacó la necesidad de renovar el sistema B-SISA debido a sus vulnerabilidades que limitan la fiscalización, y planteó la compra de una nueva tecnología más moderna, segura y que garantice controles más eficientes en la venta de combustibles.
“Cuando ingresé como ministro hice una evaluación y, para mí, el sistema B-SISA no es óptimo. No cumple los requerimientos de seguridad y ha sido vulnerado de múltiples maneras. Lo ideal es planificar la compra de un nuevo sistema más actualizado, con mayor seguridad en la lectura y con un enfoque distinto que permita a la ANH (Agencia Nacional de Hidrocarburos) realizar controles más eficientes”, señaló la autoridad.
Mejoras
Gallardo explicó que, mientras se avanza en esa planificación, se aplicaron mejoras en el sistema vigente, entre ellas la incorporación de pistolas lectoras adquiridas por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para algunas estaciones de servicio.
Estos dispositivos permiten verificar la roseta y evitan la duplicidad de cargas o el ingreso manual de placas. “Actualmente, cuadrillas de YPFB y la ANH utilizan estas pistolas de manera aleatoria para detectar irregularidades, lo que ha contribuido a mejorar los controles y fortalecer los algoritmos del sistema B-SISA”, indicó.
Autos chutos
Además alertó de la existencia de vehículos indocumentados, conocidos como ‘chutos’, que utilizan placas duplicadas para adquirir combustibles. “Se estima que en el país hay alrededor de 500.000 de estos vehículos. Incluso, con el ofrecimiento de un candidato de legalizarlos, el número estaría incrementándose”, advirtió.
Abastecimiento
En cuanto a la provisión de combustibles, Gallardo detalló que se desarrolla a través de contratos con proveedores internacionales, logística de importación y transporte hacia las plantas de almacenamiento, donde se mide la autonomía del país.
“Manejamos un promedio de entre dos y cinco días de stock por producto, pero con recarga continua. Es un flujo constante de alrededor de 400 cisternas diarias, lo que requiere precisión, como un reloj suizo, para evitar discontinuidades en la entrega”, dijo.
Para frenar desvíos, recordó que se trabaja en la regulación del uso de bidones a través del Decreto 5400, actualmente en pausa por negociaciones con el autotransporte, y que se aplican algoritmos de control para detectar placas falsas o usos indebidos.
“Si un vehículo aparece cargando en dos departamentos distintos en un tiempo imposible, el sistema bloquea automáticamente el acceso hasta que el propietario demuestre la legitimidad de los documentos”, explicó.
AEP