Desde 2015, el Banco de Desarrollo Productivo se convirtió en un banco de primer piso, que otorga financiamiento directo a este tipo de emprendimientos.
La Ley 393, de Servicios Financieros, y el Decreto Supremo 2055, establecen la priorización en la asignación de recursos por parte del sistema financiero a las actividades económicas del sector productivo.