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El presidente Luis Arce. Foto Presidencia archivo

El presidente, que recibió un país en bancarrota, encara su último año de gestión con logros y nuevos desafíos

El mayor reto de Arce en este tramo final será lograr que los avances y transformaciones alcanzados en estos cuatro años se traduzcan en un legado tangible y duradero, especialmente en la celebración del Bicentenario.

La administración del presidente Luis Arce cumple este 8 de noviembre cuatro años de mandato constitucional y se prepara para afrontar nuevos desafíos en el marco del Bicentenario de la nación.

Arce asumió la presidencia tras una victoria electoral en medio de la crisis política y social de 2019.

Al asumir el mando de la nación, en noviembre de 2020, el Producto Interno Bruto al tercer trimestre registraba una contracción del orden del 12,6%.

“El pueblo boliviano sintió el rápido deterioro de nuestra economía. Aumentó la pobreza, el hambre, las desigualdades, y el desempleo. La actividad económica al cierre de la gestión 2020 registró una contracción del 9%, cifra no vista desde 1953”, rememoró el mandatario en las fiestas julianas de 2023.

Durante el gobierno de Jeanine Áñez, los indicadores sociales sufrieron importantes deterioros: 300 mil personas retornaron a niveles de pobreza moderada y 120 mil personas a pobreza extrema. A la par, más de 115 mil personas perdieron su fuente laboral, incidiendo en un incremento de la tasa de desocupación de hasta 11,6% en julio de 2020, el más alto en la historia reciente de nuestro país.

Ese deterioro se vio reflejado en una abrupta paralización de la inversión pública.

Al tercer trimestre de 2020 la inversión púbica caía en 66,2% y en el departamento de La Paz caía a una contracción de 68,3%, privando al país del acceso a proyectos públicos por más de $us 430 millones.

Las exportaciones cayeron en más de 21% en 2020 y las importaciones en más del 27%, provocando un menor flujo comercial que terminó con el cierre de empresas y la paralización de obras públicas.

MODELO

En el primer año de su administración, Arce, un reputado economista, retomó el Modelo Económico Social Comunitario Productivo y rencauzó la economía.

El Modelo permitió alcanzar al país una tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto del 6.1% en 2021, por encima de Brasil, Uruguay, Paraguay y Ecuador, países que venían de recesiones menos severas que la boliviana.

Además, la administración socialista revirtió la paralización de las obras de inversión pública y el Estado retomó su rol protagónico como motor de crecimiento económico.
También diseñó medidas para reconstruir la economía, luchar contra la pobreza y la desigualdad.

Por ejemplo, se concretó la promesa electoral del Bono Contra el Hambre, se estableció la devolución del IVA a los sectores de menores ingresos, se creó el Impuesto a las Grandes Fortunas y se introdujo el crédito para proyectos de inversión orientados a la industrialización con sustitución de importaciones.

Con esas políticas de Estado, se redujo la pobreza moderada y extrema de un 39% en 2020 a un 36,3% en 2021; y de un 13,7% en 2020 a un 11,1% en 2021.
Con estos resultados Bolivia se convirtió en el país que más redujo la pobreza en la región.

ORGANISMOS

Tras la crisis mundial generada por la pandemia del coronavirus y los efectos derivados del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y la luego la guerra en Medio Oriente varias naciones experimentaron el incremento de precios y altos niveles de conflictividad social.

Bolivia, sin embargo, demostró estar mejor preparada ante la contracción económica, lo cual ha sido reconocido a nivel internacional en diferentes instancias, tanto académicas, de organismos internacionales y la prensa económica especializada.

Medios como la BBC británica, The Economist Intelligence Unit (EIU, por sus siglas en inglés), Trading Economics, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Bloomberg destacaron a la economía boliviana por su inflación muy baja, respecto a otras naciones y ante los efectos mundiales de la guerra entre Rusia y Ucrania y la pandemia del Covid-19.

Un informe publicado por The Economist Intelligence Unit en su momento señala que Bolivia es el país mejor posicionado a nivel de América Latina para resistir los efectos mundiales del conflicto bélico en Europa.

Esta instancia ubicó al país en primer lugar “en capacidad de adaptabilidad al problema o los efectos económicos de la guerra”.

PLANTAS

Uno de los ámbitos que ha recibido especial atención en estos cuatro años ha sido la construcción, en los nueve departamentos, de 170 plantas de industrialización de los recursos naturales y materias primas,

La inversión en esa materia es colosal: Bs 32.000 millones.

Las plantas industriales, una gran parte de ellas que empezarán a operar en 2025, tienen el objetivo de establecer una economía de base ancha y no depender de un solo sector económico.

El presidente señaló en su momento que se trata de un esfuerzo sin precedentes en la historia económica del país y reafirmó que la política de industrialización con sustitución de importaciones es “clave” para el futuro.

En esa línea también está la industrialización del litio y de los recursos mineralógicos, como las tierras raras, que nunca fueron explotados en el país, que están en procesos avanzados.

BICENTENARIO

El gobierno de Luis Arce enfrenta un año decisivo con logros en diversos sectores y desafíos complejos en la recta final de su mandato.

La ejecución de obras, programas y políticas públicas es clave para que el país pueda conmemorar su Bicentenario.

AEP/Redacción Central/Mac


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