Comercios privados y oficinas administrativas del Estado de venta de alimentos han cerrado sus puertas ante el temor de saqueo y violencia y hay resguardo de la fuerza pública de instituciones gubernamentales.
La ciudad sede de gobierno vive una jornada tensa. Las actividades escolares y universitarias fueron suspendidas, edificios estatales están con resguardo de la fuerza pública y las detonaciones de dinamita de bajo poder y petardos siembran temor en el casco viejo de la urbe.
Comercios privados y oficinas administrativas del Estado de venta de alimentos han cerrado sus puertas ante el temor de saqueo y violencia la tarde de este lunes cuando arriben las fuerzas de Evo Morales que pretende forzar la dimisión del presidente Luis Arce y el vicepresidente David Choquehuanca para colocar al mando de la nación al presidente del Senado, y fiel aliado político del exgobernante, Andrónico Rodríguez.
Organizaciones sociales y la sociedad civil organizada instalaron una vigilia pacífica en la plaza Murillo —donde se ubican el Palacio de Gobierno, el Legislativo, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la sede de la Gobernación de La Paz — en defensa de la democracia, ante la llegada de la denominada “marcha de la muerte”.
La movilización, que partió el pasado martes desde Caracollo, Oruro, dejó a su paso por poblaciones paceñas y la ciudad de El Alto a periodistas golpeados, al menos una docenas de ciudadanos heridos y vehículos con serios daños materiales.
La alcaldesa de El Alto, Eva Copa, pidió a los vecinos de la urbe que permanezcan en sus domicilios para evitar la confrontación porque “los evistas son violentos”.
“Nosotros convocamos a la ciudad de El Alto de que no entre al juego de la provocación, de que cuando está marcha esté pasando mejor quedarse en la casa”, convocó en contacto con medios de comunicación.
Copa denunció que recibió amenazas en su contra y de la dirigencia de la Asamblea de la Alteñidad.
“Hay llamadas telefónicas muy temerarias diciéndonos que tenemos los días contados, que vamos a desaparecer”, relató.
En redes sociales circulan direcciones de domicilios de autoridades de La Paz y El Alto para “incendiarlos”.
Además, voceros del exgobernante amenazaron con “guerra civil”, “un baño de sangre” y advirtieron a los vocales del Tribunal Supremo Electoral con ir preparando sus casos para dejar el cargo.
El presidente Luis Arce pidió a Morales la noche del domingo aceptar la convocatoria del Defensor del Pueblo a un diálogo.
Arce descartó renunciar, tal como exige la marcha que tiene como meta principal forzar la candidatura del expresidente para las elecciones de 2025.
El mandatario demandó al dirigente cocalero respetar el pacto social que se materializó en la Constitución Política del Estado que promulgó en 2019, y que establece una sola repostulación continua.
“La persistencia de tus posiciones y tu negativa a dialogar nos hacen ver que solo te motiva una obsesión política electoral y una ambición personal de poder que se reviste de una inexistente preocupación por los problemas del pueblo. Pese a todo este ambiente de confrontación que se ha generado el gobierno ratifica su decisión de convocarte en el marco del respeto mutuo a ti y a una delegación de quienes te acompañan a sostener un diálogo”, insistió Arce.
Grupos de choque provocaron incidentes que dejaron al menos ocho heridos de entre las personas que acudieron a una convocatoria del Pacto de Unidad en defensa de la democracia, en el cruce Ventilla, El Alto. Los enfrentamientos se prolongaron por varias horas, mientras la cabeza de la marcha, donde estaba Morales, se quedó en Achica Arriba.
“Una guerra civil como dice uno de tus operadores es precisamente lo que quisieran los enemigos internos y externos de nuestro Estado Plurinacional de Bolivia, para ofrendar nuevamente al imperialismo, no lo permitiremos. Para que haya guerra civil, se necesitan al menos dos frentes antagónico y ese es un gusto que no te daremos, nuestra apuesta es por la paz”, afirmó.
AEP Digital/Mac