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Polarización política llevó a la crisis con el bloqueo de carreteras y créditos externos

La actual situación económica que vive el país tiene su origen en la polarización política que afectó la gestión del presidente Luis Arce con el bloqueo de créditos en el Legislativo y en las calles, como parte de una estrategia de la denominada ala evista y de los opositores.

 

Este hecho fue ratificado con la aprobación de los créditos por más de mil millones de dólares en puertas del inicio del mandato de Rodrigo Paz.

El analista económico Martin Moreira aseguró que la actual administración fue la más asediada, pese a que en sus primeros años logró sacar a Bolivia y la economía de un decrecimiento en el que fue sumida en la gestión de Jeanine Áñez, condenada a 10 años de cárcel por cómo tomó el poder en 2019, además de la pandemia del Covid-19.

Al primer trimestre de 2020 el crecimiento económico era cero, cuando no había pandemia, mientras que el segundo trimestre de ese año esa caída llegó al 13%, pero al tercer trimestre la contracción se consolidaba en el 12,6%.

Ni bien inició su mandato el 8 de noviembre de 2020, el presidente Luis Arce reencaminó el Modelo Económico Social Comunitario Productivo, del que es uno de sus principales artífices, y logró revertir los números rojos de la economía a tal punto que en 2021 el crecimiento alcanzó el 6,1% y el 2022 llegó al 3,5%, en medio de una crisis internacional.

Impulsado por la demanda interna, el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia creció en 3,1% en 2023 y se posicionó como la segunda mejor expansión de la región. Hasta ese año las perspectivas económicas mostraban una gestión atinada y con proyección, pero ese panorama no era bien visto por los evistas y opositores.

“Ha sido una estrategia de la oposición y del ala evista que en el país tengamos una crisis que no deberíamos tener. Lastimosamente la politización te ha llevado a ese punto de generar un malestar en los ciudadanos que se ha traducido en tema inflacionario y decrecimiento”, explicó el analista económico que siguió el desarrollo del también denominado boicot económico.

Evo Morales llegó a Bolivia el 9 de noviembre de 2020 de su autoexilio en México, primero, y después en Argentina, un día después de que asumiera el poder Arce. Llegaba, aunque no lo dijo públicamente, con la intención de trabajar en una nueva candidatura de forma sigilosa.

Quienes lo secundaban desde sectores sociales ya lo declaraban presidenciable en 2022 para las justas de 2025. No lo desmentía y, por el contrario, lo alentaba, pese a un acuerdo con Arce para evitar hablar de candidaturas hasta 2024, justamente con la finalidad de evitar la politización de la gestión de Gobierno.

Debía posicionar su candidatura, y la adecuada gestión de Gobierno se convertía en uno de sus principales escollos, sobre todo, por los elevados niveles de aprobación y el no allanado camino en el Movimiento Al Socialismo (MAS), donde ya se le había empezado a perder temor.

Quiso tener influencia en el gobierno de Arce, pero el presidente electo con más del 55% de la preferencia electoral no se lo permitió, lo que Morales no perdonaría nunca, al punto de tramar el acortamiento de su mandato. Este escenario configuró una estrategia de desgaste desde la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) y las calles.

Fue el 31 de enero de 2023 cuando se conoció un audio en el que Morales decía: “¿Hasta cuándo vamos a aguantar al Lucho?, ¿cómo podemos revocar a Lucho?”, confirmando sus intenciones de acortar el mandato presidencial.

En junio de ese año, el evismo y la oposición en una virtual alianza sumaron votos y censuraron en el Legislativo al entonces ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, lo que terminó por consolidar una “bancada evista” y el rompimiento con el MAS. Ese mismo año, Andrónico Rodríguez, hasta entonces incondicional de Morales, firmó un inédito acuerdo con la oposición para terminar de asegurar cinco años como presidente del Senado. Fue un punto de quiebre sin retorno.

La Asamblea Legislativa Plurinacional, primer poder del Estado, fue utilizada por Morales y el evismo como el escenario de confrontación política, a la que se sumaron sin mayores inconvenientes las opositoras Creemos y Comunidad Ciudadana (CC). Se bloqueó créditos y leyes estructurales.

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Hasta antes de las elecciones del 17 de octubre de 2025 el bloqueo de créditos externos superaba los $us 1.800 millones, lo que impidió el ingreso y disponibilidad de divisas para el mercado interno y compra de carburantes, que se tradujo en la falta de divisas y la existencia de un mercado paralelo, y problemas en la provisión de diésel y gasolina.

Si bien fue una decisión política del evismo y la oposición, terminó creando “malestar económico y luego una crisis en la población”, aseguró Moreira sobre el efecto del accionar evista y de la oposición que apuntó a desgastar la gestión de Arce, porque era el adversario y el obstáculo en la ruta de su nueva postulación presidencial.

La motivación política de la estrategia de desgaste fue comprobada por el accionar de los legisladores al filo de concluir su mandato, este 8 de noviembre. Como no lo habían hecho en los últimos años, empezaron a aprobar los créditos paralizados, sin mayores inconvenientes ni debates en el Legislativo.

Fue el propio Arce que el 24 de octubre, saludó la aprobación de varios créditos, aunque, dijo que “llegan tarde y después de tres años de bloqueo deliberado".

“Recién ahora, a pocas semanas de concluir su mandato, pretenden mostrarse como promotores del desarrollo, cuando en realidad fueron responsables de frenar proyectos vitales que habrían dinamizado la economía, fortalecido las reservas en dólares, y sobre todo habría garantizado la importación de combustibles y evitado los perjuicios que soporta la población”, cuestionó.

Pero, no solo impidieron la aprobación de créditos como parte de la estrategia en contra de Arce, sino la llegada de inversiones al evitar el tratamiento, por ejemplo, de los contratos de industrialización del litio firmados con la empresa rusa Uranium One Group y la china Hong Kong CBC por un total de $us 2.000 millones, pese a que está garantizada la presencia del Estado en toda la cadena productiva.

“El daño que han causado estos asambleístas es irreparable, porque no ha habido esa inversión extranjera que tanto necesita el país”, cuestionó y explicó que el bloqueo de carreteras del evismo también formó parte de esta estrategia con fines políticos electorales, pero con efecto significativo en la economía.

En mayo de 2024, Morales advirtió que sería candidato “por las buenas o por las malas”, intensificando la presión. El 15 de septiembre de ese año, el presidente Arce denunció públicamente que Morales intentaba forzar su salida y lo retó al diálogo, apertura que no tuvo respuesta.

En La Paz se activó un bloqueo de nueve días, exigiendo la renuncia de Arce. Poco después, Morales encabezó una marcha de otros nueve días, pero lo peor vino con la interrupción de caminos por 24 días, nuevamente presionando por su habilitación como candidato, pese a sentencias constitucionales que lo impedían.

El también dirigente cocalero, que se encuentra atrincherado en el Chapare para evitar su detención por haber mantenido una relación con una menor en 2014, no cesó en su empeño electoral y en 2025 hizo un nuevo intento con un bloqueo que acabó con el asesinato de tres policías.

“Estrangulamiento de dólares y de créditos de organismos internacionales, bloqueos que nos han costado en 2024 al menos 4.500 millones de dólares y en 2025, 2.200 millones de dólares” reflejan el asedio al que fue sometido la actual administración, a la que debe añadirse la situación de los empresarios que tienen déficit de 12.000 millones de dólares, aseguró Moreira.

Arce renunció a su candidatura presidencial con la finalidad de liberar los créditos en el Legislativo, pero no fue suficiente para Morales. La estrategia continuó y terminó provocando problemas en la provisión de combustibles, largas filas de vehículos en surtidores, una inflación acumulada a octubre de 2025 del 18,33% y un decrecimiento de -2,40% del Producto Interno Bruto (PIB) al segundo trimestre de 2025.

“Según algunos organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, Bolivia no hubiera tenido esta inflación y decrecimiento si hubiera tenido gobernanza, que es cuando el Ejecutivo y Legislativo trabajan conjuntamente”, explicó Moreira.

En Bolivia no hubo esa gobernanza, pero, pese al bloqueo y boicot económico como lo definieron autoridades de Gobierno, el modelo económico demostró su potencial y permitió que, con las utilidades de las empresas públicas, pago de impuestos y la Ley del Oro, se cumpla con el pago de la duda externa y la importación de combustible con subvención.

“Es un modelo resiliente a la hostilidad política y de intereses político-personales”, aseguró el analista a días de concluir una gestión de gobierno que marcó una etapa importante en la historia de Bolivia.

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ABI


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