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El activista político Luis Fernando Hamdan Calancha en el programa En Otro Formato, el 7 de junio.

Semanas previas al golpe, Hamdan afirmó que Arce abandonará el poder en “cortísimo plazo” y que Bolivia necesitaba un cambio de timón

Lo dijo el 7 de junio en el programa “En Otro Formato”, donde lejos de ese rol de activista por los derechos humanos, como se presentaba, asumía el papel de analista político.

Dieciocho días antes de la asonada golpista encabezada por el entonces comandante del Ejército, Juan José Zúñiga, el activista Luis Fernando Hamdan Calancha afirmó que el presidente Luis Arce abandonará el poder en “cortísimo plazo” y que Bolivia necesitaba un “cambio de timón” por la situación económica que derivará en problemas sociales “sin precedentes”.

Lo dijo el 7 de junio en el programa “En Otro Formato”, donde lejos de ese rol de activista por los derechos humanos, como se presentaba, asumía el papel de analista político y se ufanaba de tener contactos en espacios como el Ministerio de Relaciones Exteriores.

“Yo pienso que Luis Arce va a abandonar el poder en cortísimo plazo, en el cortísimo plazo; la pregunta es si primero va a dejar el país ardiendo antes de abandonarlo, porque no creo que anticipe las elecciones, no le da para anticipar las elecciones, o se decide a administrar la pobreza a plan de una represión, que posiblemente no tenga precedente histórico en el país”, aseguró ese viernes de la primera semana de junio.

Hamdan fue aprehendido el domingo 8 de julio por la Policía Boliviana en Santa Cruz, en el marco de las investigaciones por el golpe de Estado fallido del 26 de junio, impulsado por Zúñiga con la toma de la plaza Murillo con militares armados y tanquetas.

El ciudadano se presentaba como presidente de la Comisión Iberoamericana de Derechos Humanos Para el Desarrollo de las Américas (CIDHPDA) y activista de derechos humanos a pesar de no contar con una acreditación en el país.

Las investigaciones iniciales dan cuenta que el activista político llegó a La Paz procedente de Santa Cruz, el lunes 24 de junio a las 15h51, dos días antes del golpe de Estado Militar Fallido. En el aeropuerto de El Alto fue recogido por el capitán Ángulo, personal de Inteligencia de confianza de Zúñiga y se dirigieron al hotel “Don Nelo”, ubicado en el centro de la ciudad donde evitan su registro.

Ese mismo día, Hamdan y Zúñiga sostuvieron una reunión en el hotel para planificar el golpe de Estado.

Ya el día de la asonada golpista, el activista se contactó en al menos nueve ocasiones con Zúñiga por teléfono, entre las 15h43 y 16h56.

Hamdan justificaba que los militares se hagan cargo del país; en este sentido, entregó una lista de posibles ministros del gabinete de Zúñiga en caso de consumarse el golpe de Estado.

Pero no solo ello, sino que el activista daba línea discursiva a Zúñiga a quien en los contactos telefónicos con el entorno del excomandante se refería con la clave de “jota”.

En las entrevistas que brindaba Hamdan a los medios, como a En Otro Formato, éste mostraba su clara oposición al gobierno nacional y al Modelo Económico Social Comunitario y Productivo (MESCP).

Ese 7 de junio, dijo, por ejemplo, que el presidente, que por entonces se encontraba en un viaje en Rusia por invitación de su homólogo Vladímir Putin, estaba “contra la espada y la pared”, porque por un lado tenía la “presión ideológica que le va a representar sobrevivencia política” y por otro “la realidad económica que no tiene salida con esa misma receta”, en alusión al MESCP.

“Desde el año pasado te mencionaba (al dirigirse a su entrevistador) que Bolivia venía en el camino del desastre económico y no me equivoqué, ¿no? Es simplemente la lectura de la ruta que se toma para saber a dónde te llevaba”, justificó.

“La gente no perdona (que) la comida (falte) sobre la mesa, la seguridad familiar, si tenemos una parada súbita en el abastecimiento o un recorte mayor en el abastecimiento de carburantes, el país va a entrar en un freno en seco, el aparato productivo esta reducido en su capacidad precisamente por el racionamiento y esta intermitencia en este suministro de carburantes”, conjeturó Hamdan.

Incluso, dijo que el presidente, a quien llamaba “emperador”, pretendía que “el fuego sea máximo” en el país “para permitir que los que tienen la ambición de tomar la casa entren cuando el techo esté por caerse”.

Lo definió como una “retirada estratégica de socialismo boliviano”, porque la situación es insostenible y lo que se pretendería es que “quien tenga que asumir el control de Gobierno haga el trabajo sucio de reconstrucción, porque no va a ser ni sencillo ni corto y evidentemente va a perder popularidad política, por lo que se tiene que hacer y de repente ellos piensen en intentar volver cuando esté acomodado el país nuevamente”.

En otra parte de la entrevista Hamdan llamó dijo que al presidente, que está en Casa Grande del Pueblo, se le subvenciona su economía “y encima nos roba de nuestra propia billetera y este creo que tiene que ser motivo suficiente para que la ciudadanía se movilice”.

“Luis Arce es el emperador de Bolivia, es plenipotenciario absolutamente y ese es uno de los mayores daños que se han hecho a la democracia”, dijo en otra entrevista el 5 de mayo en el mismo programa, En Otro Formato.

Según su visión, “la única opción de Bolivia es un cambio de timón lo más rápido posible, eso es lo único que yo puedo afirmar como un hecho concreto”.


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