Huarachi pidió garantías porque reveló que hace tiempo que recibe amenazas.
Un grupo de personas encabezado por Humberto Claros, ligado a Evo Morales, ingresó la tarde de ayer de forma violenta a la sede del ente matriz de los trabajadores en La Paz. El ejecutivo de la COB, Juan Carlos Huarachi, denunció un intento de golpe sindical con “tinte político”.
De acuerdo con los afiliados de la Central Obrera Boliviana (COB), el grupo liderado por Humberto Claros ingresó con armas punzocortantes, agredió a la secretaria y a otra persona que estaban en las oficinas del ente matriz, además denunciaron que se robaron algunos equipos de computación.
“Quiero denunciar ante la comunidad internacional que ha venido gente encapuchada, pandilleros, que ni es afiliada ni aporta a la COB, para dar un golpe sindical con fines políticos”, denunció Huarachi en conferencia de prensa.
Destrozos en el interior de la COB luego del intento de toma de parte del evismo.
Las organizaciones del ente matriz se preparaban para la marcha de hoy convocada por la COB en demanda de la aprobación de créditos a la Asamblea Legislativa y en defensa de la democracia ante los intentos de opositores que buscan acortar la gestión del gobierno de Luis Arce.
“La gente sabe de quiénes se trata, pero queremos decirles que con intentos de golpe no se hace democracia. Nosotros vamos a convocar a un congreso, pero no vamos a permitir que se pretenda generar paralelismos y menos con la Central Obrera, que vela por los bolsillos de todos los trabajadores”, enfatizó.
Huarachi pidió garantías porque reveló que hace tiempo que recibe amenazas, y que no quiso hablar de ello hasta ahora, cuando se intentó tomar la sede del ente matriz de los trabajadores, la COB, reconocida mundialemente en defensa de la clase trabajadora.
Investigación
En estos momentos, la Policía investiga y evalúa los daños y los objetos sustraídos y se anunció que se dará con los responsables de estos actos violentos.
La COB declaró estado de emergencia y e hizo un llamado a la ciudadanía ante un riesgo que pesa sobre la democracia.
La Paz/AEP