El Jefe de Estado recordó que, además de la dependencia por la importación de diésel y gasolina, Bolivia ahora enfrenta el “incremento descomunal” de los precios de los carburantes; sin embargo, el Gobierno mantiene la subvención a pesar de la crisis internacional.
Se trata de una campaña de desprestigio en contra de la autoridad y a ese juego también se presta el expresidente Evo Morales.