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Crisis climática global: una historia en tiempo real

Durante los últimos más de cuatro años, Bolivia ha vivido una de las etapas más críticas de su historia reciente frente a los impactos del cambio climático.

La crisis climática no llegó como un rayo en cielo despejado. Fue una tormenta anunciada. Una acumulación de advertencias ignoradas, informes desoídos y decisiones pospuestas.

Hoy, en cada rincón del planeta, los síntomas son visibles: ríos secos, mares desbordados, bosques en llamas, glaciares en fuga y ciudades que se asfixian bajo cielos cubiertos de humo o lluvia ácida. La emergencia climática ya no es una posibilidad futura. Es el presente.

Una gran parte de este deterioro del medio ambiente se debe a la llegada de la Revolución Industrial. Durante décadas, las grandes potencias industriales sabían lo que estaba ocurriendo, pero no detuvieron el daño y continuaron perjudicando el eco sistema sin precedentes afectando a varios países.

América Latina no estuvo exenta de esta situación y más con la llegada de fenómenos adversos nunca antes vistos que tuvieron que ser atendidos con medidas urgentes para evitar la afectación en la producción y en recursos que hoy se encuentran en serios riesgos, como el agua y otros.

Bolivia frente al abismo climático

Durante los últimos más de cuatro años, Bolivia ha vivido una de las etapas más críticas de su historia reciente frente a los impactos del cambio climático. Lo que antes eran fenómenos naturales ocasionales, hoy son emergencias permanentes.

La crisis climática no solo ha trastornado el clima, ha reordenado la vida cotidiana en el campo, ha comprometido la seguridad alimentaria y ha puesto al Estado ante una tarea urgente: responder a un fenómeno que no distingue regiones ni estaciones.

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Arce y la crisis climática: el mayor asedio de su gestión

Cuando Luis Arce Catacora asumió la presidencia de Bolivia en noviembre de 2020, sabía que heredaba un país golpeado por una pandemia, una economía frágil y una crisis institucional poselectoral.

A esto se sumó la crisis climática que desde el 2021 hasta 2024, Bolivia vivió fenómenos extremos nunca antes vistos: sequías prolongadas, incendios fuera de control, heladas devastadoras, granizadas destructivas y emergencias hídricas que afectaron desde comunidades rurales hasta ciudades capitales.

Las medidas del Gobierno: reacción, contención y asistencia

El gobierno de Arce activó una serie de acciones inmediatas y programas estructurales para hacerle frente a estos eventos, algunos con carácter de emergencia, otros con vocación de política pública.

Se activó el Plan Plurinacional de Respuesta Inmediata a la Sequía para afrontar este fenómeno natural, beneficiando a 300 municipios y más de 7.500 comunidades. Se entregó tanques de almacenamiento de agua, semillas, fertilizantes y herramientas agrícolas, la excavación de pozos para garantizar el acceso al agua en zonas rurales y la asignación de recursos en proyectos de riego y saneamiento.

Se priorizó la inversión en proyectos de agua y saneamiento, destinando recursos significativos para garantizar el acceso al agua potable y mejorar la infraestructura hídrica en todo el país con la construcción de sistemas de riego, plantas de tratamiento de agua y la rehabilitación de infraestructuras existentes.

Se trabajó en la conservación y restauración ambiental para proyectos de forestación, reforestación y recuperación de suelos para fortalecer la resiliencia de las cuencas hidrográficas frente al cambio climático.

Se impulsó las energías limpias y sostenibles, mediante el Decreto Supremo 4539, la exoneración de aranceles e IVA para la importación de maquinaria y equipos destinados a plantas de biodiesel y la creación de un fondo de incentivo por parte del Banco Central de Bolivia (BCB) para financiar proyectos de energía limpia.

Se promovió políticas de finanzas sostenibles para movilizar recursos hacia proyectos de adaptación y mitigación del cambio climático, que incluye la asignación de recursos líquidos al sistema financiero nacional para respaldar iniciativas en sectores como agua, riego y energía limpia.

Se fortaleció la soberanía alimentaria, mediante estrategias como la industrialización regional, la promoción de la construcción de plantas de acopio y plantas industrializadoras en diversas regiones, enfocadas en productos agrícolas clave de cada zona.

La implementación del riego tecnificado para mejorar la eficiencia en el uso del agua en la agricultura. La construcción de represas para almacenar agua y mitigar los efectos de sequías prolongadas.

Para la protección contra heladas, se planificaron medidas para proteger las zonas altas productoras de alimentos, como la instalación de carpas para resguardar los cultivos de las heladas.

Se amplió el Plan Plurinacional contra la sequia por “Agua para la vida, agua para la producción” con la conformación del Consejo Nacional para la Reducción de Riesgos y Atención de Desastres y/o Emergencias (Conarade) para garantizar el acceso al agua para consumo humano, animal y la producción agrícola, implementando acciones inmediatas para abordar la crisis hídrica.

El uso eficiente del agua con la reutilización de aguas residuales tratadas fue otros prioridad. Se impulsó el desarrollo de cultivos resistentes a la sequía, la recuperación de suelos y vegetación con iniciativas para recuperar suelos degradados para la restauración de la vegetación, contribuyendo a la protección de cuencas hidrográficas y la biodiversidad.

La Política Plurinacional de Cambio Climático establece la reducción de la vulnerabilidad de los sistemas de vida frente a los impactos del cambio climático, promoviendo la igualdad y la transparencia.

Se implementó medidas enfocadas en la mitigación y adaptación a través de cinco ejes de trabajo clave: agua potable y saneamiento básico, manejo de cuencas, riego, bosques y cambio climático, biodiversidad y pueblos indígenas.

Se emitieron declaratorias de emergencia y desastre nacional para canalizar recursos rápidamente, el envío de cisternas móviles, alimentos, forraje y kits agrícolas a comunidades afectadas, la movilización de las Fuerzas Armadas y la Policía para combatir incendios forestales, la contratación de aviones cisterna y helicópteros “bambi bucket”.

Atención al fenómeno de la Sequía

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De acuerdo a los datos del Viceministerio de Defensa Civil, durante los cuatro años de gestión del presidente Luis Arce Catacora, se atendieron 31 veces a los nueve departamentos, a 346 municipios y se benefició a 199.097 familias damnificadas con la entrega de 3.893,83 toneladas de ayuda humanitaria con un monto de Bs 19.764.191.

Con el total de esta inversión se hizo la entrega de arroz, harina, fideo, aceite, ponchos de agua, botas de pvc, frazadas, carretillas, cubrecamas, mantas, calcetines, kits de cocina, pastilla potabilizadora, alcohol 70% v/v, carpas, pijama, cortinas de dos piezas, kit de higiene, kit d/filtros p/ purificar agua, botas de goma, lampara de exploración, ponchos de agua, pala con mango, picotas con mango y kit ración seca.

En insumos de rehabilitación se entregó urea, tanques de agua, tanques y poli tubo, cemento, mallas de gavión, apoyo de maquinaria, retroexcavadoras, motoniveladoras, cisternas y excavadoras.

Atención a damnificados por heladas

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Para garantizar la producción agrícola y los alimentos en la mesa de los bolivianos, el Gobierno también destinó importantes recursos para la atención de las heladas registradas, principalmente en la parte del occidente.

Entre el 2021- 2024, se atendieron 29 veces a los 9 departamentos del país, a 264 municipios y se benefició a 112.694 familias afectadas con la entrega de 3.370,60 toneladas de ayuda humanitaria con un monto de Bs 25.519.498.

Se entregó arroz, harina, fideo, aceite, ponchos de agua, botas de pvc, frazadas, carretillas, cubrecamas, mantas, calcetines, kits de cocina, pastillas potabilizadoras, alcohol 70% v/v, carpas, pijamas, cortinas de dos piezas, kit de higiene, kit d/filtros p/ purificar agua, botas de goma, lampara de exploración, ponchos de agua, palas con mango, picotas con mango y kit ración seca.

En insumos de rehabilitación se entregó urea, tanques de agua, tanques y poli tubo, cemento, mallas de gavión, apoyo de maquinaria, retroexcavadoras, motoniveladoras, cisternas y excavadoras.

Atenciones para hacer frente a las lluvias

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Las lluvias fue otro fenómeno que golpeó duro al país, con inundaciones, el desborde de ríos y la afectación a miles de familias, tanto del oriente como en en el occidente, que lo perdieron todo.

Las acciones fueron inmediatamente activadas por el Gobierno para atender las principales necesidades de los damnificados que pedían ayuda, con la entrega de toneladas de ayuda humanitaria y el trabajo desarrollado de forma conjunta con diferentes ministerios que iniciaron campañas para la recolección de víveres.

Según datos del Viceministerio de Defensa Civil, entre 2021 al 2024, se atendió 34 veces a los nueve departamentos del país, a 523 municipios, se benefició a 190.225 familias damnificadas con la entrega de 5.139,22 toneladas de ayuda humanitaria con un monto de Bs. 91.114.695.

Se entregó arroz, harina, fideo, aceite, ponchos de agua, botas de pvc, frazadas, carretillas, cubrecamas, manta, calcetines, kits de cocina, pastilla potabilizadora, alcohol 70% v/v, carpas, pijama, cortinas de dos piezas, kit de higiene, kit d/filtros p/ purificar agua, botas de goma, lampara de exploración, ponchos de agua, pala con mango, picotas con mango y kit ración seca. 

Asimismo, en insumos de rehabilitación se entregó urea, tanques de agua, tanques y poli tubo, cemento, mallas de gavión, apoyo de maquinaria, retroexcavadoras, motoniveladoras, cisternas y excavadoras.

El Gobierno combatió sin tregua los incendios forestales

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En los dos últimos años de gestión, el presidente Luis Arce afrontó uno de los problemas más preocupantes; los incendios forestales, que en su mayoría fueron generados por la mano del hombre.

Para luchar contra estos desastres, el Gobierno no escatimó recursos ni esfuerzos y trabajó en coordinación con los gobiernos departamentales y municipales teniendo claro que el trabajo debe realizarse de manera unida para tener mejores resultados.

En 2024, una de las acciones que lanzó para que el fuego no sea descontrolado fue los incentivos financieros a productores para que no quemen y produzcan de manera sostenible con el Medio Ambiente. “Producir de manera responsable tendrá beneficios en nuestro país”, señaló el jefe de Estado.

Asimismo, se declaró una pausa ambiental mediante la promulgación del Decreto Supremo 5225 que establecía que las autorizaciones de quemas queden suspendidas. También declaró situación de desastre nacional debido a los incendios que afectaron principalmente la zona oriental del país, con el objetivo de proteger el medio ambiente, la salud y la vida de las personas, la biodiversidad y las actividades de la población boliviana.

El Decreto 5235 fue promulgado tras una reunión llevada a cabo con autoridades de Gobierno liderado por el primer mandatario con el gobernador del departamento de Santa Cruz, Mario Aguilera, y alcaldes de los municipios afectados por los incendios.

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También se conformó el Centro de Monitoreo del Comando de Combate Contra Incendios. Desde esa instancia las autoridades tanto departamentales, municipales como el Gobierno informaban los trabajos que se realizaban en los departamentos y municipios afectados por el fuego.

En 2022, el Gobierno desplazó para el apagado de los incendios 66 unidades militares, seis helicópteros, un avión y seis avionetas, y distribuyó 999.600 litros de agua descargados en 1.428 operaciones.

En 2023, se movilizó 56 unidades militares, siete helicópteros y 1.239.950 litros de agua descargados en 991 operaciones.

En 2024, el año más conflictivo, el Estado extremó todos los esfuerzos y no claudicó un solo día para mitigar los incendios que afectaron seriamente al medio ambiente, la salud de la población y pusieron en riesgo a la producción.

De acuerdo a la información oficial del Viceministerio de Defensa Civil, se emplearon 95 unidades militare, dos aviones Electra Airspray, tres Hércules C-130, cinco helicópteros y una avioneta. Además, se utilizó 4.871.620 litros de agua descargados en 3.845 operaciones.

La ayuda internacional no dejó de llegar ni un solo momento al país

En 2023, Venezuela y Francia movilizaron dos contingentes de bomberos forestales que apoyaron en las labores del sofocado de incendios.

En 2024, el despliegue del recurso humano estuvo concentrado en un contingente de bomberos forestales y especialistas de España, Brasil, Chile, Venezuela y Canadá.

Varios países donaron en especie y equipos. Chile prestó el helicóptero airbus h145 (10 días), entregó 70 equipos de protección contra incendios y 400 raciones de combate.

Canadá donó dos equipos fire trucks skid, dos drones m3t con cámaras termales (global medic), un bambi bucket de 1.000 litros (canada airspray). Mientrea que la India entregó equipos de lucha contra incendios y medicamentos.

Brasil donó equipos para bomberos forestales, Corea entregó botas, mochilas y barbijos. La Unión Europea coadyuvó en el acceso a información satelital de copernicus; Japón donó 120 equipos completos para bomberos forestales, y los Emiratos árabes Unidos dio alimentos de primera necesidad.

Se realizaron también donaciones económicas. La República Popular de China entregó Bs 381.936, el Banco de Desarrollo (Fonplata) $us 100.000 para el equipamiento de bomberos forestales y la Cooperación Andina de Fomento (CAF) Bs 1.715.000.

El trabajo continua sin tregua alguna

Este año (2025) las heladas y granizadas afectaron a más de 398.000 familias causando estragos en seis departamentos del país. Según el reporte del Viceministerio de Defensa Civil, 224 municipios sufrieron consecuencias directas por las inclemencias del clima: 92 se declararon en desastre municipal y 12 en situación de emergencia. En el ámbito departamental, Tarija declaró desastre y Potosí se encuentra bajo emergencia.

El Gobierno realiza las evaluaciones correspondientes para determinar la magnitud total del daño para canalizar la asistencia humanitaria necesaria para las familias damnificadas y se coordina acciones con los gobiernos subnacionales para mitigar los efectos de estos eventos.

Asimismo, para prevenir los incendios forestales y evitar que las quemas ilegales afecten como el pasado año a 12.6 millones de hectáreas, el Gobierno elaboró un Plan de Prevención de Incendios que contempla la instalación de puestos de control militar para la reacción inmediata ante cualquier emergencia, el uso integral del fuego, la creación de un instituto del fuego y el acceso a un financiamiento climático para el equipamiento y la realización de programas y proyectos que eviten los incendios forestales.

AEP


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