El Tribunal Superior de las Fuerzas Armadas determinó en agosto de 2024 la baja definitiva de cinco generales implicados en el golpe de Estado fallido de ese día.
Tres militares en servicio pasivo fueron incorporados en la investigación sobre la asonada del 26 de junio de 2024 en la plaza Murillo, encabezada por el excomandante del Ejército Juan José Zúñiga. Así lo confirmó el abogado Ricardo Rodríguez.
Los investigados son Tomás Héctor Peña y Lillo Tellería, Juan Carlos Calderón de la Riva Lezcano y Roberto Vargas Blacutt, quienes, si bien no habrían participado activamente en los hechos, estarían vinculados con la planificación del levantamiento, según elementos de convicción recabados en la causa.
“El círculo de oficiales superiores del general Zúñiga, en sus declaraciones ampliatorias, mencionó que estas personas se reunieron previamente en el domicilio del excomandante para coordinar las acciones del 26 de junio”, afirmó Rodríguez a los medios en la ciudad de Cochabamba.
En el marco de la investigación, se han solicitado medidas cautelares por seis meses debido a la existencia de diligencias pendientes. Entre ellas se encuentra el análisis de teléfonos celulares incautados, el desdoblamiento de comunicaciones y la toma de declaraciones a testigos vinculados a los grupos Alfa, Omega y Bravo, quienes tendrían conocimiento de la planificación del levantamiento, detalló el abogado.
Juan José Zúñiga, señalado como el principal instigador de la asonada militar, permanece en detención preventiva en la cárcel de El Abra, en Cochabamba.
La tarde del 26 de junio, Zúñiga movilizó a un grupo de militares encapuchados con quienes tomó la plaza Murillo —centro del poder político de Bolivia— con tanquetas y efectivos con armas de grueso calibre.
AEP