Celebración. Esta ciudad fue declarada municipio independiente de La Paz el 6 de marzo de 1985. En la década de los años 50, la urbe tenía mil habitantes, ahora, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda de 2024, llega a 885.035 personas.
Con un crecimiento vertiginoso, El Alto celebra 40 años de su declaratoria como municipio independiente de La Paz.
Esto se debe principalmente a la migración y a la actividad comercial-gremial, explicó el profesor de historia Miguel Ramos, a Ahora El Pueblo.
A través de las imágenes, que se presentan en esta nota extraídas de páginas como Altupata 1900’s: fotografías antiguas de El Alto, se puede evidenciar el crecimiento acelerado de El Alto, sobre todo desde que fue elevada como municipio, el 6 de marzo de 1985, hasta ahora.
Pasó de ser una zona altiplánica árida a una donde residen los denominados qamiris aymaras, que muestran su poderío económico en sus grandes mansiones cholets y edificios ‘Transformers’, entre otras construcciones que llaman la atención de turistas.
El profesor Ramos indicó que el protagonista de este crecimiento fue y es el propio alteño, quien luego de la migración explosiva tras la relocalización de las minas y empresas estatales en 1985 por la emisión del Decreto Supremo 21060 se asentó en esta ciudad para dedicarse principalmente al comercio informal.
“La característica del alteño y alteña es comercial- gremial, esa es su fortaleza económica”, destacó.
Es más, la feria 16 de Julio, considerada la más grande de Latinoamérica, que incluso pasó el límite con La Paz y está en las laderas del macrodistrito Max Paredes, impulsó la aparición de otros mercados en los barrios alejados, algunos conocidos como Sajra Q’atu, vocablo aymara que significa mercado del diablo.
También resaltó la construcción de unidades educativas en zonas alejadas, algo que hace 40 años no se veía.
CAPITAL ANDINA
El Alto, la segunda ciudad más grande del país después de Santa Cruz, se erige como la capital andina debido a su diversa población que incluye aymaras y quechuas, y su profunda conexión con Perú y Ecuador.
Su importancia trasciende lo político, siendo un centro clave en la región.
En octubre de 2003, El Alto fue el protagonista del cambio de la política en el país por la masacre del gas y la salida del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada, que puso fin al neoliberalismo en Bolivia, expuso Ramos.
El crecimiento de su población también fue veloz. De acuerdo con la página Estadísticas de Bolivia, entre 1940 y 1950, esta urbe tenía unos 1.000 habitantes. Luego, en 1985, cuando fue reconocida como ciudad, se calculó una cantidad de 400.000 personas. Ahora cuenta con 885.035 habitantes, según el Censo de Población y Vivienda de 2024.
Aunque para el historiador, quien conserva documentos e imágenes antiguas de esta urbe, la cantidad sobrepasa el millón porque la mayoría de los alteños habita entre el campo y la ciudad.
Pese al cambio que se registra de esta ciudad, Ramos opinó que su gente no cambió y si hubiera una amenaza a los intereses nacionales, se volvería a levantar como sucedió en octubre de 2003 o en 2019.
“El alteño y la alteña tienen identidades muy marcadas con su historia y con la historia del país, por eso su papel fundamental en la política, aunque no siempre fue retribuido por su defensa”, sostuvo.
AEP
